Relatos porno de Gays
Relatos eróticos de Gays
Terminé sometido siendo enculado en su coche.
Al poco vi cómo salÃa el hombre que se habÃa metido en el cubÃculo de los aseos con el chaval, y tras este, lo hacÃa el chaval que tanto me gustaba, si antes tenÃa los mofletes de la cara enrojecidos, ahora todavÃa estaban más. Era claro que al chaval le habÃan dado por el culo o follado la boca, y ahora una vez satisfecho, salÃa de la estación de autobuses.
Aún faltaban unos cuantos dÃas para que comenzara ...
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Relatos eróticos de Gays
Follado en la playa de Lazareto de La Coruña.
El muy cabrón vio como yo me quedaba embobado mirándolo, se percató de que no le quitaba la vista a su polla. Y asà era, estaba embobado mirando aquella maravilla de polla, con la que la naturaleza habÃa dotado a aquel hombre.
Aquella tarde de finales de verano, hacia un dÃa de calor como pocas veces recuerdo, solemos llamarle el veranillo de San Miguel. Aún faltaban 10 dÃas para el San Miguel, pero es que ese mes de ...
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Un dÃa follando con Juan (Ricitos de oro).
Juan y yo, nos veÃamos todos los dÃas, y todos los dÃas terminábamos follando entre ambos. Con él empecé a conocer la mayorÃa de los mariconcitos de nuestra edad que iban a ligar a los jardines de Méndez Núñez, muchos de ellos por no decir la mayorÃa, chaperos, ya que solÃan quedarse exhibiendo en una de las esquinas que hay entrando a los jardines, en espera de algún maduro que los invitara a subir al vehÃculo. También habÃa ...
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Relatos eróticos de Gays
Sin esperarlo, me encuentro con el amigo de mi padre, 2.
cuando apareció de nuevo por la puerta del dormitorio, al verlo venir asà desnudo con la verga hinchada, bamboleándose como si fuera el badajo de una campana, el cuerpo se me estremeció. La polla me dio un respingo, a la vez que el culito se contraÃa, olvidándoseme por completo el tema de la puerta.
Después de haberme follado allà en el sofá de la sala, me estuvo magreando y metiendo mano hasta volver a conseguir tenerme excitado ...
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Sin esperarlo, me encuentro con el amigo de mi padre.
acercándose a mi oreja, me susurra al oÃdo, te voy a follar bien follado, me dice muy bajito para que nadie lo escuche.
Yo poniéndome todavÃa más colorado de lo que ya estaba, agaché la cabeza, muerto de vergüenza.
Aquel dÃa iba buscando quien me diera por el culo, habÃa ido a los aseos de la estación de ferrocarril, ya pasaban de las 10 de la noche y todas las veces que habÃa entrado en los aseos, no habÃa ...
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