Relatos porno de Fantasias
Relatos eróticos de Fantasias
El discreto encanto de las horas punta
HacÃa mucho, mucho calor. Cuando sudaba tanto, mi sexo olÃa siempre de una forma especial; aunque acabara de salir de la ducha. OlÃa a almizcle, a hendidura salada en la piel, una sal casi dulce brotando entre rizados pelos desde poros recónditos, zumo de mi cuerpo, una humedad Ãntima y penetrante que excitaba mi deseo. Me gustaba olerme cuando estaba solo en casa y el bochorno se cerraba sobre la ciudad. Hubiera querido poder abrir mi ...
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Relatos eróticos de Fantasias
El calor de un amor en un bar
Empuje la puerta verde y esta cedió sin apenas resistencia dejando paso a la penumbra. Caminé en dirección al trozo de barra que aunque mal aparecÃa iluminado. Al son de "To love somebody" me mantenÃa erguido y me sentÃa el blanco de todas las miradas que partÃan de la oscuridad. Miradas que una vez que examinaban al recién llegado y comprobaban su escaso interés desaparecÃan en el espacio.
Tiré del banco de madera y me senté, los ...
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Relatos eróticos de Fantasias
Desconocido
VolvÃas de la facultad cansada, habÃa sido un dÃa duro. Aparte de un montón de clases habÃas estado encerrada en la biblioteca el tiempo restante. Con la cabeza caliente te diriges en autobús a casa. Es uno de esos dÃas en los que no puedes fijarte en nada de lo que sucede a tu alrededor, vas ensimismada en tus propios pensamientos.
Piensas en tus exámenes, en tu carrera, los problemas cotidianos y no deja de rondarte la cabeza ese ...
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Relatos eróticos de Fantasias
Circulo infernal
La atracción que ejercé sobre mi el culo de mi mujer es algo que está fundado en la historia misma de nuestra relación. Yo dirÃa que desde los inicios apareció como el fundamento concreto y real , pero inconfesado sobre el cual se contruyera todo.
Ella es una mujer hermosa, formidablemente atractiva en su maduréz , inteligente y algo reprimida . Si bien conoce perfectamente el poder que su figura ejerce sobre mà , finje ignorarlo y ...
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Casualidades
La pareja, resguardada por la oscuridad de la noche, se besaba calurosamente en el portal del edificio número sesenta y seis mientras el silencio reinaba en la calle. Él, vestido con unos sucios vaqueros y una camiseta de manga corta color rojo, manoseaba los pechos de su novia rudamente, mientras ella, también con pantalones tejanos pero con una blusa de seda blanca, acariciaba su culo. Las lenguas se abrazaban en medio de una corriente de ...
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