Relatos Eróticos Zoofilia

SEXO ANAL CON BARTOLO | Relatos Eróticos de Zoofilia

Publicado por CAMILA el 05/06/2014

Hola amigos, soy Camila nuevamente. En esta ocasión sigo reviviendo el pasado y quiero contarles cuando me animé a que mi perro Bartolo me la metiera por el culo.
Como les conté en relatos anteriores, me encanta sentir una verga gruesa por mi orto, esto paso cuando cumplí 17 años y me hice mi propio regalo.
Ya había probado variedad de pijas pero aún no me sentía preparada para tener la del perro adentro, en realidad le temía al abotonamiento, al ser arrastrada, lastimada y a que me descubran así. Por mi vagina nunca tuve problemas con esto pero al ser mi ano más estrecho no quería que sucediera.
Mi cumpleaños cayó un día miércoles, al ser día laboral mi familia se fue a dormir temprano, era en pleno septiembre y ya comenzaba a hacer calor. Don Carlos (uno de mis machos) no estaba durante esa semana, le dieron unos días de vacaciones y se fugó con su familia a Mendoza, nos pidió que le cuidáramos la casa.
Este fue el golpe de suerte que necesitaba, podría ir a esa casa y estaría sola sin riesgos a que me descubran.
Entonces tipo 12 de la noche, saque mi gel íntimo y me fui con Bartolo a esa casa, me dirigí directamente a la habitación de Miguel, de inmediato me desnudé, estaba ansiosa, excitada… y mojada. Me puse a $ patas y bartola de inmediato comenzó su trabajo, largas lengüeteadas por toda mi vulva, clítoris y ano. Tomé el pomo del gel que tiene la punta redondeada y me lo metí en mi ano, luego giré y le indiqué a Bartolo que se recostara, él ya tenía buena parte del pene afuera, sabía que tenía fiesta. Me abalancé sobre él y se la chupe de forma torpe y rápida, lo hacía como desesperada, lo hice acabar con mi boca y continúe para dejársela limpia.
Yo estaba muy caliente así que me senté sobre él y lo cabalgué hasta acabar, fue tan rápido que no llegué a meter su bola en mi concha. Inmediatamente me puse a 4 patas y Bartolo me monto de inmediato, yo puse mi mano para evitar que su pija se fuera a meter en mi concha y la guié hasta mi orto que estaba lleno y chorreando de gel íntimo. En el tercer intento la introdujo, tengo mi hoyo tan bien preparado que no me dolió para nada a pesar de la violencia de la estocada.
Lo hacía muy rápido, yo estaba tan caliente que también empujaba en sentido contrario para me entrara más. En un rato sentí como la bola se empezaba a hacer lugar para ingresar en mi ano que no oponía resistencia alguna, todo lo contrario se estiraba más y más para recibir tremendo pedazo de carne. Una vez que entro todo hizo unos cuantos movimientos más y me lleno el culo de leche… ¡¡¡que hermosa sensación!!! Lo tomé por el cuello y lo hablaba para tranquilizarlo y principalmente para que no quisiera bajarse, me encantaba sentir su peso sobre mí.
Lo contuve por 5 minutos en esa posición, yo no me quedaba quieta, movía mi trasero para que su verga me estirara bien las tripas ya que todavía seguía firme. Luego giro y se bajó quedando pegados, me tomé de la cama y esperé el tirón, salió muy despacio por lo que no sentí dolor alguno. Me recosté en la cama boca abajo y él se comenzó a limpiar la verga.
Pasaron como 15 minutos, yo me estaba durmiendo cuando siento los lengüetazos del perro nuevamente sobre mi intimidad, se sentía tan rico que lo deje y poco a poco fue excitándome, lo único que hice fue bajar un poco mi trasero y esperar que me monte. No tardó nada en hacerlo, volví a tapar mi vagina y me la metió nuevamente por atrás, tenía el orto lleno de fluidos por lo que ya estaba lubricado, esta vez yo le ajustaba el orto para que le costara más entrar y eso le gustaba porque lo hacía con más fuerza y yo lo disfrutaba el doble. Cuando sentí que su bola hacia presión sobre mi ano, coloqué mi mano y controle su entrada, no deje que entre por completo, directamente hice que quedara justo en el esfínter para así sentir esa hermosa sensación de que te están partiendo en dos. Lo tuve así hasta que acabó. Volví a acariciarlo para que no se baje, nos quedamos un buen rato así hasta que quite mi mano detrás de la bola y me estiré hacia atrás haciéndola entrar en mi hoyo. Él se bajó y tiro para sacar su
verga, pero esta vez ni sentí cuando salió, yo quise incorporarme pero no podía hacer reaccionar las piernas, mi culo soplaba leche y sentía mis tripas acomodarse nuevamente. El perro me destrozó, me dejó como yo quería, con el culo bien roto. Tomé mi celular, vi que eran como las 1:30 de la mañana así que directamente coloque el despertador a las 4:30 y me acomodé a dormir en la cama de Miguel.
Cuando sonó despertador del teléfono, comencé a buscar mi rota, el perro seguía a dentro así que me buscaba para cogerme nuevamente, lo pensé un momento… y accedí. De nuevo a 4 patas, el comenzó a lamer pero me monto de inmediato, deje que me lo metiera por la vagina, bombeaba frenéticamente, yo sentía como se hinchaba cada vez más su verga así que intente hacer algo raro: justo cuando el la estaba sacando yo bajé rápido mis ancas y logre que saliera y entrara en mi ano. Y comenzó a fulminarme nuevamente, me daba duro y yo no paraba de morder las sábanas como lo había hecho toda la noche, gozaba mucho, con una mano me pellizcaba los pezones, con la otra mi clítoris, cuando terminó de meter su bola me acabe, quise gritar pero me contuve, bombeó un rato más y también termino.
Se quedó quieto un rato y luego se bajó, cuando me tome de la cama para que tirara… o sorpresa, estábamos bien abotonados. Siguió tirando hasta que me hizo que soltara la cama, como la puerta de la habitación estaba entre abierta, el desgraciado salió conmigo a la rastra, trabaja de pillarme del alfombrado y de usar un poco mis pies pero no había caso. Cuando llegamos a las escaleras me tome fuerte y creo que la posición en la que quedamos también ayudo pero fue ahí donde logramos soltarnos. Me recosté en este mismo lugar un rato y luego me costó pero me incorporé, regrese a la habitación, recogí mis prendas y me marche caminando bien abierta hacia mi casa.
Por supuesto no fui al otro día a clases por que no podía caminar, pero sinceramente, valió la pena. Aprendí mucho de esta experiencia y puedo coger con más confianza y también me ayudó mucho cuando tuve que soportar más adelante la verga de mi perro tato un hermoso mastín con una pija descomunal y deliciosa. Esa historia se las debo para más adelante. Besos

 

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