Relatos Eróticos Zoofilia

Profesora con perro | Relatos Eróticos de Zoofilia

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

A continuación os voy a narrar una historia que me sucedió hace algunos años con una amiga. Un día, nos encontrábamos en casa de un amigo para cenar, varias personas de mi reunión, éramos unos doce, algunos emparejados y otros solos, estuvimos comiendo, y después nos fuimos al salón, donde estuvimos tomándonos unas copas y charlando. La conversación fue de muchas cosas, pero llegó un momento en la noche que salió no sé como muy bien el tema del sexo con animales, todos lo veían raro, cosas de desesperados o degenerados, así que el tema duró lo justo, y se cambió a otras cosas. De esta forma terminó la reunión y nos fuimos para casa. Por el camino y mientras acompañaba a mi novia en aquellos momentos, Esther, me dijo algo de lo que no salía del asombro, me comentó que Lupe, una amiga nuestra muy intima de mi novia, mientras ellas dos estaban en la cocina recogiendo un poco, le había preguntado si había tenido relaciones sexuales con animales, a lo que ella le respondió que sí, que a veces las tuvo con su perro Rocky, y tras esto Lupe sin mucha cara de asombro, le dijo que ella sentía curiosidad por eso, y Esther sin ruborizarse la invitó a que fuera un fin de semana de los que se quedaba sola en casa para probarlo, y Lupe le contestó que ya vería. Esta conversación me dejó flipando, me acababa de enterar de que Esther había tenido relaciones zoofilicas y de que Lupe sentía curiosidad por tenerlas. Al otro fin de semana, nos quedamos Esther y yo en su casa, los padres se habían ido al campo como de costumbre, estábamos almorzando, y llamaron a la puerta, era Lupe, venía con unos vaqueros azules gastados, y una camiseta blanca que dejaba imaginar sus tetas redondas perfectamente, llevaba su pelo moreno cogido con una coleta, la verdad que venía espectacular, aunque no era una mujer despampanante, ese día lucía muy bien sus 170 cm y sus apenas 60 kilos. Terminamos de comer y nos fuimos al salón, Esther le dijo a Lupe que si venía por lo del perro, ella se cortó, sobre todo al verme a mí, y Esther nuevamente le dijo a Lupe que se tranquilizara, que yo no iba a hacer nada, que iba a ser cosa de las dos. Esther metió al perro en casa, y este, un magnifico pastor alemán, se echó en el suelo, mi novia lo acarició un poco, e invitó a Lupe que lo hiciera, cuando esta lo hacía, Esther se fue a su cuarto diciendo que se iba a poner cómoda. Allí estábamos, el perro en el suelo, Lupe acariciándolo, y yo sentado en el sofá del salón, sin salir de mí asombró por la naturalidad que Esther tomaba la cosa, pasando incluso de mi presencia.
Al rato ella salió en una bata transparente, sin nada abajo, su cuerpo se apreciaba fácilmente, su coñito rasurado, y sus senos duros, lucía su cabellera castaña al aire, medía sobre 174, pesaría alrededor de 60. Esther le preguntó a Lupe por lo que le parecía el perro, ella dijo que era hermoso, y mi novia se dirigió a la cocina. Al regresar ella tenía un frasco de mermelada y me preguntó mirando a Lupe por lo que yo iba a hacer, si irme o quedarme tranquilito en el sofá mirando, yo respondí que lo que Lupe dijera, y esta muy avergonzada dijo que le daba igual, por lo que decidí quedarme a ver la cosa, pues sentía mucha curiosidad por saber si aquello sería verdad. Esther con la mermelada en la mano, le dijo a Lupe que iba a ver lo que hacía el perro, se untó bastante mermelada en la punta de sus senos y llamo al perro este se acercó y empezó a lamerle los senos, tenía una lengua descomunal, entonces ella siguió, y se untó mermelada ahora en su vagina, el perro puso su hocico en la rajita, y la empezó a limpiar, a Esther se le veía tremendamente excitada, entonces tomó al perro y lo llevó a la alfombra, se acostó a un lado de él, y ella bajó su mano tomándole el pene al animal, comenzando a masajeárselo, poco a poco del perro empezó a asomar una punta roja, cada vez más, yo me encontraba sentado enfrente de ellos, no Sabia ni que hacer. Ella se agachó, y de un bocado se metió la punta del pene del animal en la boca, la verga del perro seguía creciendo hasta tomar un tamaño descomunal, entonces ella que no había dejado de chupársela al perro en ningún momento le dijo a Lupe que se acercara, ella se aproximó y Esther le empezó a enseñar las partes del pene del perro, ella le señal un bulbo que se le forma en la base, y le dijo que si cuando estuviera penetrándola el perro, el bulbo entraba, se quedaba pegada hasta que el perro terminara, unos veinte minutos aproximadamente.
A continuación, Esther le dijo a Lupe, que le tocara el pene al perro, para que viera el tacto, pero ella no quiso, y se fue a sentar, entonces Esther le puso un par de calcetines a las patas delanteras del perro para que no la arañara y se dio la vuelta, colocándose a cuatro patas, entonces el perro pegó un brinco y salto a sus espaldas, parecía que el perro estaba acostumbrado a hacer esto, ella con su mano dirigió el pene del perro hasta la entrada de la vagina, y este la empezó a penetrar, Esther disfrutaba muchísimo, pero con su mano con sumo cuidado sostenía el bulbo del perro para que no le entrara. Yo era un espectador en uno de los mejores sitios, hacia como si yo no existiese, pasado un rato de penetración, ella le dijo a Lupe que si no quería disfrutar un tiempo, en ese momento ella súper excitada por lo que veía, le dijo que sí, se desnudó rápidamente, y se acercó a los dos, Esther le ordenó que se pusiera a cuatro patas, y Lupe se puso junto a ella, entonces ella se soltó del perro con algunos apuros, y lo colocó encima de Lupe, la cual tenía su coñito muy mojadito, y en un instante la tenía penetrada Rocky con suma facilidad, Esther sostenía el bulbo del perro con su mano para que no le entrase a Lupe, pero poco después y tras ir bien la penetración y disfrutándola, ella lo soltó, diciéndole a Lupe que ahora iba a sentir una verdadera follada de un perro, rápidamente esa cosa tan tremenda entró, y Lupe gritó de dolor, diciéndole a Esther que se lo quitase de encima que le dolía mucho, que la estaba reventando, Esther le dijo que no podía hacer ya nada, que hasta que el perro no terminase no había nada que hacer, que ya se lo dijo antes, Lupe gritaba de dolor, Esther se puso delante de ella, acariciándole la cara y sus pechos, intentándola consolarla, así estuvo un rato, hasta que empezaron a remitir esos chillidos, y se fue acostumbrando a tener la vagina tan abierta, el perro continuaba abriéndole la vagina, con una fuerza descomunal, y Lupe ya acostumbrada y tras haberse corrido varias veces, empezó a jugar con los senos de Esther, ambas estaban cachondísimas, y mi novia quería más, y puso su coñito enfrente de la cara de Lupe, y le animó a que chupara, Lupe en pleno nuevo orgasmo, empezó a chuparlo, mientras que el pene del perro taladraba el agujero, posteriormente Esther incitó a Lupe a que se la follara con los dedos, que hiciera que se corriese, y ella sumisa empezó la fiesta.
Pasarían unos quince minutos y en ese momento Esther se corrió, tras soltar un leve suspiro, mojó los dedos y labios de Lupe, y supuestamente el olor desprendido por esto, hizo que el perro desfasase y fuera a tope, hasta que explotó inundando la vagina de semen, para después el perro separarse de Lupe, y empezar su vagina a chorrear semen por todos lados, ella había tenido múltiples orgasmos, y ella tenía una cara feliz de estar fascinada por la experiencia.
Después de esto, mi novia me miró y me dijo que le daba pena, que había tenido que sufrir yo mucho, así que se acercó, me bajó la bragueta, sacó mi polla, y la tomó con la mano, y empezó a masturbarla, hasta que en poco tiempo logró que me corriese. De esta forma acabó la clase a la amiga de mi novia.

 

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