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Mi cabron y yo | Relatos Eróticos de Zoofilia

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Mi cabro y yo.

Hola, esta es la primera vez que le cuento a alguna persona sobre mi particular gusto, por lo que les pido no me critiquen, me pueden llamar Dora si gustan. Bien todo comenzó hace unos meses a tras cuando me ubique para trabajar como empleada pública en un pequeño pueblo, en si mis funciones laborales solo se limitan a recoger información y proveerla a la supervisión, así que al mudarme al pequeño pueblo donde trabajo, renté con opción a compra una pequeña finca dedicada a la cría de pollos, la cual con la ayuda de la oficina de agronomía fui echando para adelante. Aunque no soy una nena de 15 años debido a ser de talla pequeña y bien formada las personas me considerarían mucho más joven de lo que en realidad soy de no ser por mi cara que en realidad es algo fea, tan fea que yo misma me acostumbre a bromear sobre lo feo de mi rostro, por lo que no me extrañaba que mis amigos me dijesen la cebollita, ustedes se preguntaran la razón y es bien sencilla la respuesta, cuando salían con migo al llegar el momento de meter mano, me subían la falda hasta que esta me tapaba la cara y uno de ellos comentó que parecía una cebolla, de ahí en adelante todos se referían a mi como la cebollita, y si no fuera por lo mucho que me gusta el sexo, hace mucho que los hubiera mandado muy largo al carajo, y no es precisamente la isla que se encuentra al sur-este de África.

De vez en cuando viajo a la capital del estado para rendir cuentas de mis informes y aparte de eso aprovecho para divertirme, con mis amigos o como decía la abuela los marinovios los cuales me sacan a pasear, cenar y luego vamos a bailar para finalizar ya sea en su cama o en la de algún motel, desde luego no lo hago con todos a la vez, en ocasiones salgo con uno el viernes, y con otro el sábado y si me encuentro muy motivada hasta el domingo lo aprovecho para salir con uno de ellos.

Pero eso en realidad es una vez al mes, por lo que el resto del tiempo me dedico a cuidar mis pollos, trabajar y salir a pasear una que otra vez, me dirán por que no me busco un hombre en el pueblo, la razón es muy sencilla anteriormente trabajaba en un pueblo muy similar y tenía un par de amigos con los que compartía muy a menudo, hasta que se corrió la voz en el pueblo de que yo era aunque fea soltera y de fácil acceso, lo que no era del todo falso para serles sincera, en cosa de unas semanas mi nombre era sinónimo de puta entre las mujeres del pueblo, y entre los hombres también. En cierta ocasión comenzaron a llegar a mi casa todos mis amigos con el cuento de visitarme y darnos unos tragos, al día siguiente se corrió por el pueblo de que yo me había acostado con todos ellos y que borracha como me encontraba lo hice con tres a un mismo tiempo, lo peor de todo es que fue verdad, como comprenderán eso no es conveniente que le suceda a una servidora pública, luego que eso se repitió en par de ocasiones más el chisme llego hasta los oídos de mi supervisor, un viejo solterón misógino (que odia a las mujeres) que todavía vive con su madre, y cascarrabias. Por lo que se me ofreció un traslado a el pueblo más retirado que había, y como las cosas no estaban para perder el trabajo me vi obligada a aceptar el cambio.

No les voy a mentir diciendo que eso no me hace falta, yo he buscado mis propias alternativas, al principio tan solo me bastaba con pasar mis dedos por mi clítoris, luego me dí a la tarea de rentar y copiar videos porno, no pasó mucho tiempo en que comencé a usar los consoladores, pero siempre quedaba como que me faltaba algo, para colmo cuando me encontraba alimentando los pollos, aparte mantengo un grupo de gallinas que me proporcionan huevos y carne y desde luego que tengo más de un gallo, yo me quedaba esperando que el gallo llegase se le trepase a una de mis gallinas, yo de verlos disfrutaba y en más de una ocasión deseé ser gallina para ser pisada por un gallo colorado. Un día me encontraba de visita en una finca recogiendo información cuando vi por primera vez a un rebaño de cabras de raza, el machó lo tenían aparte del grupo con una cabrita joven, realmente era el padrote y lo tenían listo para recoger su semen, como el dueño del animal consideraba que eso no era un espectáculo apropiado para una dama nos fuimos del lugar, pero me quedé con la visión del macho cabrío trepandose sobre la cabrita. En casa tengo un par de perros satos, o sea que no son de raza los dos son machos grandes y fuertes, pero el tan solo pensar que un perro me lo meta me da nauseas sera por que siempre he pensado en lo de las enfermedades que pueden transmitir y todo eso, además creía que ha esos perros míos si les doy la oportunidad, no se van a querer salir de la casa, he imaginense que alguien me visitase un día y los condenados perros se la pasasen metiendo sus narices debajo de mi falda, no que va no estaba dispuesta a pasar una vergüenza como esa en mi vida. Además he escuchado muchas historias de tipas que terminan en el hospital por que el perro las trancó, y yo no pensaba que estaba tan desesperada como para eso.

Yo continuaba pasando mis largas noches con los consoladores que compré para distraerme, y de día me dedicaba a mi trabajo y a la cría de los condenados pollos, hasta que llegó la feria agrícola del estado a la cual asistí tanto en mi función de servidora pública y como criadora de aves de corral, me divertí como nunca, bebí comí y me acosté un sin numero de veces con varios hombres, y para completar mi felicidad me enteré de un gran escandalo que sucedió a nivel central a mi supervisor lo agarraron con las manos en la masa, o mejor dicho con un nabo dentro de sus nalgas, sí lo sorprendieron con un empleado de la limpieza que le estaba limpiando el culo de mi supervisor con la verga del empleado, según me dijeron solicitó su retiro y desde esa fecha no se le ha visto ni el pelo. Mientras me encontraba en la feria me gané una rifa, realmente fue el tercer premio pero me lo gané era un bello cabrito de apenas dos semanas de nacido. En honor a mi antiguo supervisor lo llamé Carlos Juan, pero desde que me lo dieron le digo C. J. Desde que me lo llevé a mi finca lo alimenté con la leche que me regalaban en la cría de cabros, luego me enteré que era de la raza Nubia que es como decir un pura sangre. El cabrito como les dije lo crié yo misma y como al año tenía todo un macho cabrio para la re-cría, durante el primer año de su vida yo lo traté casi como a un perro faldero, me acompañaba a todos los lugares de mi finca, y lo contento que se puso la primera vez y todas las demás que lo llevé a la finca de las cabras donde luego comenzaron a usarlo como padrote.

Lo único malo de todo eso era que yo quedaba como ya les dije antes como si me faltase algo, ya que durante el proceso yo debía estar con mi cabro para llevar la cuenta de cuantas cabras montaba, ya que ese era parte del negocio que yo tenía con los dueños de esa finca, como ya les dije yo crié a C. J. como si fuese un perrito faldero lo bañaba y secaba por lo menos una vez a la semana, lo cepillaba, y lo cuidaba mucho siempre estuve pendiente a matarle los parasitos y todas las cosas que uno debe hacerle a sus animales, pero una vez que creció dejé de bañarlo con la misma regularidad. Pero hará cosa de un mes y medio más o menos C. J. apestaba a lo que era, por lo que ese fin de semana luego de regresar de la finca de la re-cría me decidí darle un buen baño, para lo cual tengo de tras de la casa un área adecuada para ello, o sea una manguera y una especie de tina donde lo metía para no encharcar la entrada trasera de mi casa, como yo vivo relativamente retirada de otras personas me puedo dar el lujo de andar medio desnuda en mi patio trasero ya que no se ve desde la carretera, una vez que tenía todo listo y para no mojar la ropa me la quité quedando únicamente en pantaletas y sostén, luego agarré a C. J. y lo comencé a mojar con la manguera, luego me dediqué a pasarle el jabón por todo su cuerpo, primero por su lomo, luego el cuello, las patas delanteras, el pecho y la barriga, cuando comenzaba a enjabonar sus patas traseras vi con asombro como se le iba poniendo dura su verga a mi cabrito, al principio traté de no darle importancia pero ya conocen el dicho "la curiosidad mató al gato" de momento se lo rozaba con mis manos tan solo para ver como se ponía, pero el solo ver lo largo que tiene los cojones me asustaba y yo misma me metía miedo pensando que pasaría sí yo me dejase montar por C. J.

Realmente lo que comenzó como un juego de mi parte de momento tomó otro giro, ya que en un momento en que le dí la espalda y me incliné para recoger el cepillo que se encontraba lleno de jabón sentí la lengua de mi cabro pasando por encima de mis pantaletas y sobre mi vulva, justo en ese momento sentí como sí una especie de corriente me recorriera todo mi cuerpo, del tiro me quedé paralizada ya que de por sí yo me encontraba algo excitada con el juego, pero no esperaba que me pasase eso, luego casi de inmediato volvió a pasar su larga lengua por mis entrepiernas suave y lentamente, al voltear mi rostro para verlo me pareció ver una chispa de lascivia en sus ojos, yo lentamente sin quitarle la mirada de encima me fui incorporando y una vez que estuve de pie ante él, acercó su boca a mis muslos y con la misma suavidad de antes me volvió a lamer por encima de las pantaletas, sentí como su aliento caliente daba contra mi piel, y en ese momento algo me hiso dejar de pensar en lo que podía pasar y comencé a sentir una voz dentro de mi que me decía hazlo ahora no tienes nada que perder y nadie lo va a saber, la voz era la misma voz mía.

Como una autómata me quité el sostén y tirandome al suelo las pantaletas, abrí mis piernas y como si lo hubiese amaestrado se dirigió directo a mi vulva, su lengua comenzó a lamerme con suavidad y a cada lengüetazo que me daba mi cabro mi cuerpo respondía quebrandose sobre el suelo, ya yo me encontraba que no me aguantaba las ganas de ser penetrada, pero aun tenía algo de temor, como pude alargué mi mano hasta su miembro y lo palpe con mis dedos se sentía sumamente caliente y vigoroso, pero a pesar de considerar que su tamaño era grande, mejor dicho largo me fui poniendo en posición de cuatro patas, dejandole mi coño a su total disposición, no tuve que esperar mucho tiempo, primero me lamió par de veces más ya mi vulva se encontraba toda húmeda por dentro y por fuera, luego se me fue encaramando sobre mi al tiempo que su larga verga comenzaba abrirse camino dentro de mi coño, fui sintiendo como me iba penetrando, y yo ha esa altura había alcanzado más de un orgasmo por lo excitada que me encontraba, sentí su caliente verga dentro de mi y llegué a creer que me moriría de la dicha, C. J. se comenzó a mover y yo a menear mis caderas para disfrutarlo al máximo, para mi el placer era infinito jamas había disfrutado tanto el tener una verga dentro de mi coño, algo en lo que se me pasó pensar lo fue el chorro de semen que me soltó el cabro dentro de mi fue tal la cantidad que se me chorreó por los muslos y aun me quedó bastante a dentro de mi, cuando el cabro se me bajó yo quedé como en un sueño de placer.

Hasta que sentí su cuerpo frente a mi cara, me observaba detenidamente como esperando que yo hiciera algo, y de momento sentí el impulso de chuparsela con mi boca, al yo posar mis labios sobre su glande su verga se comenzó alargar nuevamente como si antes no hubiese pasado nada, me pegue como una cabrita y no dejé de chuparsela hasta que nuevamente sentí su semen correr por mi boca y parte de mi cuerpo, después de eso mi cabro se retiró al pesebre donde acostumbraba dormir, yo estaba por entrar en mi casa cuando me di cuenta que uno de mis perros se encontraba tratando de entrar al patio, así desnuda como me encontraba fui y le abrí la puerta y moviendo su cola saltó sobre mi como era su costumbre, pero de momento comenzó a olfatearme y dirigió su hocico a mi coño directamente yo pensaba retirarlo pero sería que estaba como borracha de placer, y deseando continuar que ahí mismo me tiré al suelo y mi perro comenzó a lamerme los muslos primero tragandose el semen del cabro, y luego se centró en mi coño pasandome su lengua una y otra vez dentro de mi vulva y sobre mi ya inflamado clítoris, los pensamientos de temor que tuve en algún momento a realizar el sexo con uno de mis perros desaparecieron en ese momento, solo escuchaba mi voz nuevamente que me decía atrevete y así lo hice pero en esta ocasión no me puse en cuatro, aproveché los peldaños de la escalera que dan al patio para sentarme en ellos y abriendo mis piernas le permití a Duque (ya se que el nombre no es muy original pero así se llama) que se fuese trepando sobre mi, desde mi punto de vista vi como su pene se iba introduciendo dentro de mi y me acuerdo como ahora como lo disfrute, yo lo abrace mientras que el lo metía y sacaba de mi coño, de momento comienzo a sentir como si aun creciera mas su verga dentro de mi, como yo estaba sola me asusté algo al principio pero luego me acordé de las trancadas pero para mi fue de lo más deliciosa, no se cuanto tiempo pasó hasta que Duque logró soltarme, pero así como me encontraba me dirigí a la ducha y me dí un buen baño, luego me llené por dentro con una crema para uso exclusivamente ginecológico, y me acosté.

Desde ese día lo he echo tanto con mi cabro como con mis perros que también me han dado por el culo unas cuantas veces, y cada vez soy más atrevida, ante lo hacía tan solo en el patio trasero de mi casa, pero ya hasta en la entrada a los gallineros lo he echo, todavía visito la capital del estado y salgo con mis amigos los cuales me han comentado que me estoy poniendo muy demandante en la cama, y que va a tener que buscar un burro para que me sacie, y si supieran estoy pensando comprarme uno para que trabaje en la finca, chao y besos...............

 

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