Relatos Eróticos Zoofilia

La vida nos da sorpresas | Relatos Eróticos de Zoofilia

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Hola amigos, espero me disculpen por haber dejado pasar tantos días y no escribirles. La verdad fue un problema de tecnología, o sea tuve que cambiar de PC por que el anterior era muy antiguo y murió el disco. Les pasara lo mismo a todo lo antiguo? Bueno habrá que ver que pasa con los años.
Les conté como fueron mis acercamientos a las primeras experiencias con el mejor amigo del hombre, verdad? Pues ahora quiero continuar contándoles mis experiencias y así poder tener contacto con otras personas que les guste la intimidad con nuestros “hermanos menores” que algunos de menores no tienen nada, al contrario, son “muy mayores”, jajajajaja. Aprovecho para disculparme por no haber podido contestar todos los correos a su debido tiempo, ya que mi correo había sido desactivado y perdí, seguramente, a muchos amigos y amigas que me habrán escrito y si no es así espero que ahora lo hagan, seria entretenido poder contar con personas que disfruten de los mismos gustos, sobre todo en un país tan cartucho como este, donde expresar nuestras necesidades y preferencias es motivo de crucifixión social y familiar.
Bueno, les conté de mis dos amigos, o mejor dicho de mis tres amigos, los dos míos y el de mi amigo, o sea Sultán, Zeus y Plutón.
Bueno mis visitas a la casa de mi amigo, o mejor dicho de Sultán quien se había convertido a estas alturas en mi verdadero amigo, se hicieron cada vez mas asiduas y por que no decirlo disfrutadas.
Un día que me encontraba muy ansioso fui a ver a Sultán para que me ayudara a solucionar mi problema. Fui ya oscureciendo para correr menos riesgos y cuando rodeaba la casa buscándolo, pase frente a la ventana de uno de los dormitorios de las hermanas de mi amigo y no pude dejar de mirar de reojo, y al ver a Verónica semi desnuda no pude mas que pararme frente a su ventana detrás de unos arbustos. Seguramente ella no ponía cuidado a que la vieran por que no había casas cerca y como era una parcela muy grande se suponía que nadie transitaba por ahí, se suponía. Nunca había visto a Verónica desnuda. La había visto en traje de baño y la verdad era muy atractiva y tenia unos hermosos senos, algo que siempre me a gustado en las mujeres, se que algunos amigos prefieren el trasero en las mujeres, pero la verdad es que prefiero los senos exquisitos, mmmmm. Estaba frente a la ventana y veía como Verónica se desnudaba para entrar a la ducha, tenia puesto solo la ropa interior que se quito sin mayor demora dejando ver unos suaves y tersos senos y un trasero de verdad hecho a mano. Tomo ropa interior limpia y se metió en el baño. Me acerque cuidadosamente a la venta del baño, una celosía que mantenían entreabierta para la ventilación y pude ver como regulaba la temperatura del agua, dándome la espalda y dejando ver su hermosa figura. Luego se metió a la ducha y era poco lo que se podía ver a través de la cortina de baño. Pero al cabo de unos minutos salió y comenzó a secarse y luego a echarse crema por todo el cuerpo, con lo que se le veía brillante y aun mas deseable, de pronto sentí un tirón en el pantalón y quede petrificado, el corazón me quedo a mil, me habían pillado y no sabia como reaccionar, pero fue la insistencia de los tirones lo que me hizo voltear y ver que era Sultán que mordisqueaba mis pantalones para llamar mi atención. Pasaron algunos minutos antes de recobrar mi aliento y el pulso de mi corazón, ya a resguardo de unos matorrales. Por supuesto Sultán no entendía nada de esto, a el solo le interesaba que “jugáramos” e insistía en olerme a través del pantalón e insistir en tocarme con su hocico lo que me puso el pené muuuy duro, una vez ya calmado pude acceder a los pedidos de mi fiel y golozoo amigo. Abrí el cierre y solté el cinturón dificultosamente por que al parecer Sultán estaba mas ganoso que nunca e insistía en meter su hocico por el marrueco para darme placer y que por supuesto yo le diera a el. Logre sacar mi pene muy duro e hinchado y el se lanzo a lamer como loco, estaba realmente caliente y me puso igual a mi, termine por sacarme los pantalones y sentarme en el mismo lugar de siempre mientras Sultán hacia locuras con su lengua. Por supuesto mis cariños no se hicieron esperar y acaricie su cabeza y el lomo, pero el torcía su cola hacia mi como diciéndome que no era su lomo ni su cabeza lo que requería mi atención si no algo mas abajo y atrás, su miembro, el que me apresure a tocar y estaba duro pero aun adentro de su funda y no muy grande. Entonces lo masajee y comenzó a crecer. Lo acerque a mi y como al estar sentado quedaba un poco mas debajo de su lomo pude juntar su rico pené con el mío, nos tocábamos las puntitas, mmmmm que rico sentir su punta junto la cabecita de mi pene. Luego le cubrí la punta de su pene con la piel que cubría el mío y así lo hice sentir como si se lo estuviera metiendo a una zorrita de una perra. Sentía como intermitentemente se hinchaba y soltaba un chorrito de semen, el que al cabo de unos instantes goteaba desde mi pene ya muy caliente. Cuando sentía que crecía mucho lo retiraba para que se demorara mas en acabar, no quería que esta tarde de placer terminara tan pronto. Así fue como sentía el pené de mi Sultán crecer dentro de la funda del mío y aumentaba mi tamaño y mi calentura, tanto así que en un momento el ya no aguanto mas y comenzó con el vaivén típico de los perros y termino por salir toda su verga con la bola y todo, mmmmmmmmm que gozo tener la punta dura de ese tremendo pené dentro de la piel del mío, y con el palpitar de su pico termino por excitarme tanto que acabamos juntos, mezclando nuestros respectivos líquidos seminales. Después de lamerse el hasta terminar con su miembro dentro de su funda se acerco a lamer el mío y dejarlo limpio y brillante con su lengua, y por supuesto duro otra vez. Pero lamentablemente el ya no quería nada mas, por ahora. Fue en ese momento que me acorde de Verónica. En que estaría? Volví sigilosamente a la ventana de la pieza pero no la encontré y en el baño tampoco por lo que decidí volver a mi casa. Cuando llegue fui recibido cariñosamente por mis guardianes Plutón y Zeus, que seguramente sentían el olor de Sultán y mi calentura y no dejaban de menear la cola y girar alrededor mío acercando sus cabezas a mi marrueco otra vez, como lo ya había hecho Sultán. Nos fuimos los tres rápidamente a nuestro escondite predilecto y procedí a sacarme los pantalones otra vez y con el pene nuevamente muy duro pero esta vez aproveche la ansiedad de mis amigos y me puse en cuatro patas para que pasaran su lengua por mi ano, era algo que me encantaba sentir esa lengua húmeda mojando mi colita, mmmmmmm era tan rico. Mientras Zeus me lamía por atrás, Plutón lo intentaba con mi pene, parecía que hubieran estado entrenados de lo rico que lo hacían. De pronto sentí que Zeus me montaba por atrás el muy fresco seguramente respondiendo a su instinto e intentaba penetrarme, pero eso era algo para lo que no estaba preparado todavía, así que lo deje jugar un ratito y después me pare para evitar cualquier sorpresa. Pero la sorpresa vino igual. En un momento sentí que alguien llamaba a Zeus y Sultán. Me puse muy rápido los pantalones y me escondí lo mejor que pude. Estaba muy nervioso por que no distinguía todavía la voz que los llamaba, además los llamaba muy despacio. De pronto me pareció oír una voz de mujer y mas intrigado estaba, hasta que pude ver de quien se trataba, era mi hermana Patricia, la distinguí por la voz que es un poco mas aguda que la de Fernanda, mi otra hermana. A todo esto me había olvidado por completo de Plutón y Zeus, que una vez que la vieron acercarse corrieron hasta ella, quien se encuclillo y comenzó a acariciarlos en la cabeza. Yo no salía de mi asombro, de que se trataba esto? Después de algunas caricias Patricia se irguió y camino en dirección a la viña que había en la parcela. No sabia que hacer. La curiosidad era muy grande, pero el temor de ser descubierto también. Finalmente pudo mas mi calentura y la curiosidad, en ese orden. Camine a pie pelado y sigilosamente hasta el sector de la viña donde había visto entrar a mi hermana y trate de escuchar para saber exactamente donde estaban. De pronto oí que ella decía – mmmmm, que lindo mis perritos regalones, ahora le van a dar a mami lo que le gusta ya?- eso me calentó muchooooo y trate de acercarme lo mas que pude para poder mirar de que se trataba lo que tanto le gustaba a “mami”. Y cual no fue mi sorpresa cuando vi a Patricia de espaldas en el suelo sin calzones y con las piernas abiertas y los dos “amigos” lamiéndole la vagina. Me calenté mucho de ver a mi hermana así abierta de piernas y los dos perros lamiendo su conchita. Cada cierto rato ella habría un frasco de manjar y se untaba en su conchita. Los dos hermanitos habían descubierto la debilidad de los “amigos” por la leche dulce y utilizábamos el descubrimiento para sentir placer con nuestros amigos y guardianes, claro que ahora yo estaba en ventaja por que sabia algo que mi hermana no, y pensé en aprovechar esta información para mas adelante. Mientras mi hermana disfrutaba con las lenguas de Zeus y Plutón ellos disfrutaban de sus manos que acariciaban sus penes, que hermana mas golosa, nunca lo habría imaginado, pero bueno, la sorpresa no podía ser mucha, yo también disfrutaba de lo mismo, la sorpresa era mas bien por todas las ideas que vinieron a mi cabeza después de estas escenas. De pronto mi hermana atrajo hacia ella a Plutón y se dedico solo a masajearle el pene a el y de pronto cuando ya tenia una buena parte afuera se coloco debajo de el y se lo metió en la boca. Lo metía y lo sacaba, mientras yo no podía dejar de masturbarme, con algún temor ya que en cualquier momento alguno de los perros podía sentirme, si es que no lo habían hecho ya, y ladrar o acercarse lo que habría sido un desastre. Mi hermana estaba loca de ganas y lo seguía chupando. Luego decidió cambiar y se acercó a Zeus y se me tio toda la punta del pene también a la boca mientras Plutón seguía con su conchita, hasta hacerla acabar un par de veces. Nunca me habría imaginado esa escena. Después de que había acabado varias veces, al parecer era multiorgasmica, acaricio a los perros en la cabeza y se puso de pie a lo cual yo me tendí en el pasto para no ser visto. Se alejo y los perros se quedaron oliendo el pasto sobre el que se había tendido mi hermana. Yo no cabía en mi de las miles de ideas que se me cruzaban por la cabeza. Decidí llamar a mis amigos y terminar con la tarea para lo cual volví a mi escondite y me saque los pantalones y ellos iniciaron una rica y larga sesión de lamidas que acabo con mi eyaculacion en sus hocicos, lo que les encantaba por que no paraban de lamer el semen que seguía saliendo de mi pene, hasta que ya terminaba por quedar flácido y sin una gotita de leche. Luego me volví a la casa. Tenia que poner en orden mi cabeza y organizar alguna de las ideas que se me habían ocurrido. Otra vez les envió una rica lamida a ellas y ellos donde mas les guste.

 

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