Relatos Eróticos Voyerismo
La mirona | Relatos Eróticos de Voyerismo
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Hola a todos, llevo mucho tiempo leyendo todos los relatos que acá en este sitio maravilloso publican, hoy me he decidido a contar mis vivencias que llamaremos relatos para evitar disgustos en unos y alegrías en otras.
Les diré que tengo 32 años, mido 1,86 M, peso aproximadamente 92 Kg. Pese a eso se me nota delgado, tengo el cabello bien negro, ojos color café, y casi siempre ando vestido de negro.
Esta vivencia me ocurrió hace aproximadamente 6 años, en el 2006 para ser más exactos.
Sucede que había conocido a mi esposa por medio de la Red Informática Cubana de Salud, yo vivía en una isla y ella en otra provincia o departamento a finales del 1999, fui a su encuentro y realizamos nuestro sueño, que era vivir juntos por siempre. Ya nos conocíamos por medio de muchos E-Mail y llamadas telefónicas.
Encontré entonces el primer problema, resulta ser que aunque mi esposa pertenecía al consejo de dirección de su hospital, no tenía vivienda, así que tuvimos que vivir un tiempo en casa de su padre.
En esta casa vivían mi suegro, su mujer (no madre de mi esposa) y la hija de esta última, una muchacha bien bonita, de buenas curvas y apenas 24 años de edad, adicional a estas 3 personas nos integramos mi esposa, el hijo de ella y yo.
En estos primeros días fue imposible continuar nuestras sesiones de sexo desenfrenado, comenzado en la luna de miel. Ya que teníamos que adaptarnos a las costumbres de la casa.
Esta casa, y vale explicar esto por ser motivo de mi desliz sexual. Era de madera, con divisiones entre habitaciones que no llegaban al techo, esto llevaba a que todos los sonidos producidos en una habitación eran perfectamente escuchados en el otro y posiblemente en toda la casa.
Adita, como le decían a estas muchacha, solía siempre ver televisión hasta muy tarde en la noche, yo en cambio solo lo hacia los sábados, ya que los domingos no trabajaba.
Un sábado como a las 11 de la noche estábamos viendo un films los tres, mi esposa, su hermanastra y yo, al cabo de un rato, mi esposa ya estaba cabeceando, producto del sueño, lo cual la desperté y le dije que fuera a dormir a la cama, cosa que hizo sin falta, entonces nos quedamos Adita y yo solos en la sala.
Yo estaba sentado en un sillón y Adita acostada en el sofá.Esta muchacha solía siempre la televisión con una corta bata de casa que apenas tapaba sus nalgas. Yo siempre me hacia el desentendido enfrente de mi esposa pero siempre había una oportunidad para darle un buen vistazo.
Al cabo de 15 o 20 minutos yo estaba inmenso en el films y al hacerle un comentario a Adita me fijo que ella se había dormido y virado de espalda a donde me encontraba y desde mi posición se veía claramente la tanga hilo dental que tenia puesta. Era el mejor culo que había visto y tenia que ser precisamente el de mi cuñada prácticamente.
Era una vista espectacular, lo que debía hacer en ese momento era despertarla para que se fuera a dormir, pero no lo hice, me quedé viendo la escultura que tenia enfrente.
Caminé en torno a ella para verle el culo de diferentes ángulos, desde todos era la misma maravilla, unas carnes bellas sin una arruguita, con ese hilo que se le perdía buscando el chochito, se le marcaba la parte prieta del agujero del culo. Poco faltó para que me le tirara encima de ella, pero al final la cordura fue más fuerte y no lo hice.
En este entretenimiento estuve hasta que acabó la programación y ya no quedó más remedio que irse a dormir. La llamé y para mi sorpresa de una sola llamada se levantó y se fue a su habitación, me pareció que ella no estaba realmente dormida, sino más bien que lo hizo para provocarme.
Otro día, estábamos mi esposa y yo solos en la casa, mi suegro y su mujer habían salido y no regresaban hasta el otro día, Adita estaba para la playa y el hijo de mi esposa estaba en casa de su papá. Todo indicaba que era el momento propicio para aprovecharlo en la cama, cosa que hicimos, yo soy del dicho y el hecho de que las mujeres primero y después yo. Ya llevábamos en lo nuestro como 2 horas, mi esposa había tenido como 6 orgasmos y yo seguía en mi pelea, dándole con mi miembro mucho placer y por donde deseara. Teniéndola en mi posición favorita, que es ella en cuatro y yo detrás, dándole por el culo sentí que la puerta de la calle se abría, eso me puso alerta pero no dejé de hacer lo que estaba haciendo, mi esposa no lo escuchó por culpa de sus gemidos incontrolados y por tener su cabeza enterrada literalmente entre las almohadas, la privacidad de las habitaciones es de solamente una cortina como puertas, y me fijé que Adita era la que había entrado en la casa y nos estaba espiando, de seguro por los inconfundibles sonidos del acto sexual, y que mi esposa no gemía por lo bajo, sino todo lo contrario.
Ella llevaba un short bien cortico y arriba la parte superior de su traje de baño.Eso me excitó de sobremanera y le seguí dándole por el culo a mi esposa con demasía y miraba a su hermanastra, cuando Adita se dio cuenta que yo la estaba mirando se quitó, pensé que eso era todo, pero que va, al momento se volvió a poner en la misma posición que tenia, pero esta vez sin el short solo con el bikini en la parte de abajo, se le podían ver sus dos tetasas bien grandes para ahogarse con ellas en la boca.
El bikini era de esos pequeñitos que apenas podían tapar sus bellas carnes.
Yo le guiñe un ojo a Adita y ella se tocaba mientras le daba más duro por el culito a mi esposa, yo no pude aguantar más y le di toda la leche acumulada en su culito rico, dando unos alaridos enormes. Adita al verme terminar me hizo una señal y se fue para su habitación.
Mi esposa y yo nos quedamos acostados en la cama y hasta nos dormimos. Al despertarme vi que estaba solo en la cama, así que me levanté y al pasar por la sala me encuentro a mi esposa y su hermanastra hablando.
Mi esposa me dijo que a Adita la habían dejado vestida y sin ir a la playa y que había regresado mientras estábamos durmiendo, yo solo miré a Adita sin decir palabras y ella sonriendo me hizo una señal con sus bellos ojos.