Relatos Eróticos Sexo con maduras
Mi suegrita caliente | Relatos Eróticos de Sexo con maduras
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Esto comienza cuando un día al llegar a casa de mi novia me di con la sorpresa de que no estaba, había salido con una amiga que no veía desde hace tiempo. Bueno, mi suegra al abrirme la puerta me dijo todo eso y yo ya estaba preparado para retirarme cuando ella me dijo:
- "Si quieres puedes pasar y esperarla, llegara dentro de un par de horas" - a lo que yo asentí gustoso.
Hasta ese momento no se me había pasado por la cabeza fijarme en mi suegra, pero en el momento de mi llegada la sorprendí con un pijama que no dejaba nada a la imaginación, vale decir a medio muslo y con un escote pronunciadísimo que hizo que la verga se me pusiera durísima.
Al entrar me senté en el sofá y ella me ofreció algo de beber a lo que yo me negué pues aunque había mucha confianza entre los dos, no quería incomodarla. Yo agarre una revista de las muchas que hay en la sala para pasar el tiempo cuando al levantar la mirada note que se había cambiado el pijama por una bata transparente que dejaba ver sus lindos y duros senos y su sexo que solo estaba cubierto por sus bragas. Yo que estaba con un pantalón deportivo comencé a notar que mi verga crecía considerablemente y se ponía muy dura y parece que mi suegra también lo noto porque me dirigió una mirada coqueta. Me puse nervioso y trate de fingir como que nada pasara, hasta que ella me dijo:
- "¿Que te pasa?, se te ve muy tenso"
Y yo le respondí:
- "Es que me amanecí estudiando y ya no puedo mas"
Entonces la tía me propuso hacerme unos masajes a lo que yo, que para ese momento estaba durísimo no pude negarme.
Primero comenzó acariciándome la espalda y los brazos, hasta que poco a poco bajo sus suaves manos a mi culo y me bajaba poco a poco el pantalón. Yo me puse nervioso a lo que ella me decía:
- "Tranquilo papacito, esto nadie te lo va a hacer sentir".
Entonces hizo que me pusiera boca arriba y comenzó a darme la mamada más sensacional que me han dado en la vida, sus labios carnosos y deliciosos hacían que aun se me ponga mas dura la polla y a los pocos segundos de tan cachondo que estaba me vine en su boca haciéndola atorarse pero en fin se trago toda mi leche. Un poco cansado recupere terreno y le ordene que se quitara la bata y le baje sus braguitas que ya estaban empapaditas. La puse boca arriba y le comencé a meter la lengua por todo su rico coño, mi suegrita gritaba y daba gemidos de placer, me rogaba que no pare hasta que se vino en mi boca.
Hasta ese momento no me había fijado en sus senos, cosa que me pareció rara, porque ya desde hace mucho tiempo atrás sus senos eran lo que más me atraía y varias veces me había sorprendido mirándoselos con verdadero deleite. Bueno, el detalle es que se los comencé a acariciar hasta que sus redondos y negros pezones se pusieron durísimos como piedra, eso la excitaba mucho porque la hacia gemir de placer como nunca había escuchado hacerlo a una mujer. Ya en ese momento mi verga se había recuperado, ella me pidió que se lo metiera por el coño, yo ni tonto cumplí sus deseos ahí mismo sintiendo la más rica corrida que he dado en toda mi vida cabalgando sobre sus muslos, sobre sus piernotas q llamaban al deseo, hasta que me vine dentro de ella inundándola toda con mi esperma y arrancándole un grito enorme de dolor y placer a la vez.
Yo que ya estaba cansado me eche boca arriba sobre el sofá, pero parece que mi suegra era una maniaca sexual porque siguió jugando con mi polla hasta que la puso dura otra vez, mas dura que las veces anteriores, y esta vez yo no tuve que hacer nada, ella se sentó en mis piernas y me la coloco en su agujero que para mi sorpresa no resulto ser su vagina, sino su ano. sin ponerse previamente lubricante la empecé a penetrar por atrás, poco a poco, hasta que entro toda la cabeza y note que se le salían un par de lagrimas a lo que yo intente parar la acción, pero ella me dijo:
- "Sigue por favor, es lo más rico que he sentido en mi vida".
Recién en ese momento me di cuenta que era virgen por el culo y entonces se lo hice con suavidad, hasta que estaba tan excitado que le empecé a dar duro y me metí dos corridas en su ano, llenándolo de leche hasta el límite y dejándola dormida de placer y dolor a mi linda suegra.
Al ver la hora vi que solo faltaba media hora para que llegue mi novia, desperté a mi suegra, nos bañamos juntos y nos metimos un ultimo polvazo en la ducha. Luego de esa experiencia sucedieron muchas más y aprovechamos cada vez que mi novia no esta para hacer el amor, pero eso ya lo contaré más adelante.