Relatos Eróticos Orgias
Mis nuevos amores, parte 2 | Relatos Eróticos de Orgias
Publicado por Fantasito el 28/10/2020
Como relaté al principio, después de una abstinencia total durante casi 20 años, me volví una puta desenfrenada. Mi hijo/macho, con su potente pija y mi perversión hizo de mí una esclava sumisa y caliente. Mis orificios se llenaban, mi panza era un depósito de semen.
Un día llega a casa y con voz que no tenía forma de negar me dijo: - Apronta todo que nos vamos a la playa, al departamento de un amigo. -
Allí fuimos. El departamento no era en una lujosa torre, era de una sola planta, al final de un pasillo algo deprimente con un patiecito cerrado por altas paredes.
El amigo, Tomás estaba con el torso desnudo y un shorcito, descalzo. Mi hijo, mientras se desnudaba totalmente me ordenó: - Desnúdate. -
Ni pensar en negarme. Además los hombres ya se habían desnudado y si mi hijo tiene una verga formidable, Tomás lo superaba por mucho. Era larga, gruesa, recta, dura con el prepucio muy atrás, dejando ver una cabeza de una forma hermosa y ancha. La boca se me hacía agua, la vagina me temblaba de ganas.
Mi lñe dice a su amigo: - Aquí tenés a la puta degenerada de mi mamita. LLenale la concha de leche y rompele el culo todo lo que quieras. -
Tomás hizo al pie de la letra lo dicho. Después que se la mamé hasta que no pude abrir más la boca me agarró las piernas, las levantó, las abrió al máximo y me enterró esa hermosa pìoja hasta el útero..Embestía con una gran fuerza, con violencia, yo encantada, no tardé más que segundos en mi orgasmo, que comnzó a repetirse cada vez más frecuente, creo que ya era solo una prolongadísimo. Mi hijo, de rodillas me hacía que le mame su pija. LLegó un momento que Tomás, con un gemido eyaculo en mi concha. Mi hijo lo copió. Eran dos cataratas de semen. Mi concha rebalsaba de leche, yo tragaba como podía la leche de mi hijo mientras él me decía: - Te gusta cojer, mamita querida, puta degenerad, puta asquerosa. -
Sus palabras más me calentaban.
Nos levantamos a comer algo y tomar unas cervezas.
Volvimos a la cama con sus pijas muy paradas. Mi hijo, siempre con su loca imaginación comentó: - Viste que puta es mi mamita. -
Siempre en el sexo me dice mamita.-
- Que te parece si la cojemos los dos a la vez? - - Vamos. contestó Tomás -
El amigo se acostó panza arriba con su garrote vertical, me hicieron sentar hasta que su verga se metió hasta el fondo, yo con mis piernas apuntando asus pies y abiertas. Mi hijo se montó y me penetró fuertemente. Comenzó el mete y saca, estos desgraciados tenían práctica para eso. Yo sentía que mi concha se abría más y más, que mi vientre se revolvía con esos palos moviendose como locos dentro mío. Mi placer era indescriptible, mis orgasmos eran feroces. Sus eyaculaciones monumentales, lo que no quedó en mi concha quedó en mi boca cuando se las mamé a los dos juntos..
Quedamos apretados en la cam, yo en el medio mientras me pellizcaban las tetas hasta hacerme gritar.
Descansaron un rato y Tomás opinó: _ Vamos a romperle el culo los dos juntos. Eso fue palabra mayor. Tomás trajo un pomol con una crema y un tubito para introducir. Me metieron bastante crema en el recto, después se acomodaron y debo decir que no fueron suaves cuando me rompìeron el ojete con esas vergas.
La piedad no era su objetivo. no solo que me abrieron tanto la puerta del culo sino también la tripa interior. A los pòcos segundos comenzó mi placer se movían en el mete y saca pero también en forma circular, abriendome el ojete en forma increíble. Yo gozaba y gozaba, en un momento comencé a sentir algo como un sueño, una debilidad, no cuánto pasó, en un momento sentí sus risas y comentarios, me despejé, abrí los ojos y los vi.
- Te desmayaste, pelotuda,. - me dijo mi hijo.
Así siguió la semana. Cuando volvimos, buscamos una casa lejos de nuestro barrio y nos mudamos los tres juntos, ellos pasan por hijos míos, pero en casa ahora tengo dos machos que me mandan, me someten y me ordenan.
Puiedo decis que nunca fui tan feliz.