Relatos Eróticos Orgias
Mi secretaria, su amiga y la chacha | Relatos Eróticos de Orgias
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Como ya les comenté en mi narración anterior mi vida sexual era especialmente intensa con mi secretaria y la nifomana de su amiga. Tenia todo lo que el más ambicioso de los hombres podia desear. Por una parte un bombón con un fisico espectacular con la que no me cansaba de follar y por otra una mujer insaciable y viciosa capaz de dejar extenuado a todo un regimiento.
Pero en esta vida nada es eterno y si bien pasé unos meses maravillosos, la relación con mi secretaria comenzó a deteriorarse. Al principio todo fue perfecto y haciamos el amor continuamente sobre todo en el trabajo, ya que a mi me daba mucho morbo hacerlo en mi despacho, sin embargo ella que hasta la fecha había sido la secretaria perfecta, muy pronto cambió y su rendimiento laboral dejaba mucho que desear, es decir que debió de creer que al acostarse conmigo le permitía hacer lo que que le daba la gana. Además cada vez permanecía más tiempo en mi casa y se quedaba más noches, hasta el extremo de que practicamente vivía allí. En el aspecto sexual se hacia la remolona y cuando no le dolia la cabeza, estaba cansada. La gota que colmó el vaso fue el que un día me dijo que le volvería la pasión en el momento que formalizásemos nuestra relación. Ante esto, no tuve más remedio que actuar de inmediato y sin que ella se enterase empecé a mover los hilos para trasladarla de su cometido laboral por lo que dí, lo que vulgarmente se dice, una patada hacia arriba y coseguí que la nombrasen jefa de compras por lo que mi contacto con ella dejo de ser tan continuo. Luego con un par de broncas dimos por concluida nuestra relación (más sexual que sentimental). Como ella era ambiciosa, se dio cuenta de que me habia perdido, pero que su nuevo puesto y salario le recompensaba y no protestó ni montó migún escándalo.
Mientras tanto, yo me habia seguido viendo con su amiguita y el sexo desenfrenado y la locura eran una constante en cada encuentro. En cierta ocasión, estando en un pub que podriamos definir como un lugar refinado, estabamos en una esquina de la barra que hacia un recodo y ella empezó a acariciar mi pene por encima de los pantalones y cuando este estuvo erecto, desabrochándome lo bragueta empezó a masturbarme y no contenta con esto se agachó y empezó a chuparmela. Yo estaba violento, por el lugar que nos encontrabamos y que se podria definir como un sitio de gente pija y con un alto poder adquisitivo, además de ser muy conocido allí. Pero era tanto el placer, que el deseo se impuso a la razón y deje que continuara. Su lengua parecía que tuviese un motor de lo rápido que se movía, por lo que muy pronto me corrí y ella se tragó todo mi semen. Cuando acabó, yo sentí una gran vergüenza, aunque parecía que nadie se dio cuenta, o al menos eso creía yo, pues cuando volví solo unos dias despues, el encargado del local me dijo que en sus establecimientos no estaban permitidos ciertos numeritos, y teniendo en cuenta que yo era un buen cliente daba por zanjado el asunto pero que a la más minima lamentándolo mucho me prohibiria la entrada.
Del servicio domestico de mi casa se encargababa y se encarga como interna una joven filipina de 19 años, que había contratado como interna a través de una agencia. Era una chiquita preciosa, aunque algo pequeña, tan solo mide 1’52. Era eficiente en su labor, respetuosa y educada. Yo nunca la había mirado con ojos libinidosos, pues por su aspecto aniñado no me llamaba la atención, ya que soy radicalmente opuesto a los pedofilos y a la pedofilia. Un día regrese a casa muy cansado y ella al notarlo me dijo que me iba a preparar un baño y luego me iba a dar un masajerelajante que me iba a dejar nuevo, ya que en su país había aprendido a darlos en una academia especializada. Preparó el baño con sales y un whiski largo con mucho hielo, yo me sumergí en el baño y estuve más de veinte minutos con lo que me relaje mucho. Al salir del baño tapado con una toalla, ella habia preparado todo tipo de aceites (nunca supe de donde los habia sacado) y me hizo tumbar boca abajo de espaldas sobre una tumbona de madera de ebano de la terraza del atico. Empezó por las cervicales, y yo me iba relajando, para seguir por mi espalda hasta llegar a la cintura, aquí me quiró la toalla i siguio masajeándome entreteniendose de una manera especial en los gluteos para luego seguir por las piernas y bajar hasta los pies prestándoles una atención especial a la planta de los mismos. Yo me encontraba totalmente relajado y ella comenzó a chuparme el dedo gordo de un pie y luego el otro, cosa esta que me daba un gran gusto y me produjo una erección enorme. Despues paró y tras desnudarse por completo se untó todo su cuerpo en aceite y se tumbo encima mio (yo seguía de espaldas) y empezó a restregarse por todo mi cuerpo. Notaba sus tetas de tamaño mediano pero durisimas y erectas, hasta que no pude resistir más y me corrí. Ella simuló no darse cuenta y prosiguió con su balanceo sobre mi espalda, hasta que untándome en otra sustancia me lamió todo el cuerpo, sin dejar un centimetro de mi piel sin ser recorrido por su hábil lengua. Posteriormente apoyando sus pies en mi espalda procedió a hacerme unos estiramientos de mis brazos y piernas.
Más, ante mi sorpresa, lo bueno estaba por llegar, ya que me dió la vuelta y una vez tumbado boca arriba, con gran delicadeza volvió a untar mi cuerpo con diversas sustancias que mezclaba habilmente. Cuando acabo conmigo se untó ella y se tumbo sobre mi y empezó a moverse a un ritmo electrizante mientras sus cabellos negros azabache caian primero sobre mi cara, produciendome la sensación de haber entrado en contacto con miles de agujas eléctricas, para posteriormente ir desciendo por todo mi cuerpo. Dada nuestra diferenciade estatura ella se movia sin parar para que no quedase la más minima parte de mi cuerpo sin entrar en contacto con el suyo, su lengua empezó a abrirse camino en mi boca y empezó una lucha con la mia. Fue un beso salvaje. De repente se situó de horcajadas sobre mí y de un solo golpe se introdujo mi polla hasta el fondo de sus entrañas y aunque parezca imposible su ataque se hizó aún más frenético. Sus quejidos y sus ayes de placer fueron en aumento y sus cabellos se movían como un látigo, siguiendo el ritmo de su cabeza hasta que yo me corrí al mismo tiempo que ella llegaba al climax con un orgasmo violento soltando un grito aterrador, que para mi fue toda una descarga de lujuria, y se quedó extenuada sobre mí, como si se hubiese desmayado. Así permanecimos durante varios minutos hasta que ella se apeó y se quedó relajada y con cara de pícara,como dándome a entender con sus ojos y su sonrisa que estaba a mi servicio.
Tras varias sesiones de sexo con ella, pasado un tiempo decidí darle un premio al tiempo que me hacia un regalo a mí mismo. Para ello llamé a la amiguita de mi ex-secretaria y le dije que cogiese un taxi (que yo pagaría) y viniese a mi casa (donde nunca había estado, ya que lo haciamos en hoteles, el coche y otros sitios pero nunca en mi casa) que tenía una sospresa preparada para ella. Mi sirvienta Mary vestía siempre que estaba en casa con un ajustado ajustado vestido negro con minifalda unos 20 centímetros por arriba de la rodilla con delantal y cofia blancos. Yo habilmente le había sonsacado que nunca había tenido relaciones lesbicas, y es más cuando le hablaba del tema se escandalizaba. Cuando llegó Nuria (la amiguita) nos sentamos en un amplio sofá de cuero blanco en el salón, a la vez que le pedía a Mary que sacase una botella del mejor cava. Nuria y yo empezamos a magrearnos y cuando Mary llegó con la botella en una cubitera de plata y dos copas, le dije que faltaba una copa ya que ella iba a compartir nuestra tertulia, a lo que ella muy corrtecta y sumisa me contestó, pero señor como voy a beber champañ con usted y con esta señora. Yo le contesté que era una buena amiga que quería conocerla pues estaba buscando una mujerde servicio y quería ver si posible contratar a una filipina. Cuando llegó con su copa, Nuria y yo (que habiamos hablado y planeado mientras ella sacaba el cava) nos hicimos a un lado y la dejamos que se sentase enmedio. Tras unos minutos de charla yo me fui aproximando a ella que se mostraba violenta pues no podía apartarse porque al otro lado estaba Nuria, hasta que rodeando con mi brazo sus hombros le dí un beso que ella al principio acogió con timidez pero que progresivamente respondió con pasión. Mientras una mano se entretenia en sus duras tetas y otra recorría sus cortos pero prietos muslos, entre beso y beso lamía sin parar su cuello y Nuria tambien se entretenía igualmente en sus muslos, mientras Mary jadeaba de placer. Yo llegué primero a su coño y pese a acariciarlo por encima de sus exiguas braguitas lo encontré completamente mojado. Nuria sin dejar de acariciarla, ora sus tetas ora sus piernas se arrodilló en el suelo y tras quitarle las bragas empezó a comerle el chocho con frenesí hasta que la filipina no pudo más y tras lanzar un grito estentoreo se corrio y Nuria se tragó todo un rio de flujos vaginales. A continuación nos desnudamos completamente los tres y les hice el amor a las dos hasta quedar totalmente extenuado. Por si ellas aún tenían ganas les dije que preparasen el yacuzzi y se dieran un baño y que Mary le hiciese un masaje a Nuria para relajarla. Ellas accedieron y no sé lo que pasó en el baño pero cuando salieron más de una hora despues, Nuria me dió un profundo beso y me dijo que pese a lo puta que era jamás habia disfrutado tanto. Por su parte Mary tan solo me dijo, gracias señor.