Relatos Eróticos Orgias

Campamento de compañeros y compañeras | Relatos Eróticos de Orgias

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

La siguiente narración cuenta lo que sucedió hace unos años, cuando cursaba estudios de bachillerato en el instituto, y al iniciar el curso se organizó un campamento con la intención de hacer una convivencia, íbamos todos los alumnos de bachillerato sea el curso que fuera el que estudiaras. Era principio de cursos, así que la mayoría no nos conocíamos, yo llevaba apenas un año en el instituto, tenía un pequeño grupo de cuatro amigos, Rubén, Antonio, Abraham y Lolo. Pasábamos el tiempo intentando comernos algo, ya que había algunas chicas espectaculares en el Centro, más aun con la idea del campamento.
Llego el día de ir al campamento, el autobús llegó a la entrada de la escuela, nos montamos y el viaje comenzó. Nos habíamos sentado junto a cinco chicas, Marta, Fátima, Amanda, Teresa y Leticia, eran espectaculares, con su ropa ajustada, marcando sus cuerpos, nosotros empezamos a hablar con ellas por el camino. Eran muy pijas, y bastante cachondas, nuestras conversaciones normalmente iban subidas de tono, ya que nosotros les exponíamos a lo que íbamos al campamento, a ver si se podía follar, y ellas nos decían que iban para lo mismo, a pesar de que tenían novios, los cuales estaban en otros institutos y no iban al campamento.
Llegamos por fin al campamento, era en un lago, bajamos las maletas y montamos las tiendas de campaña. Nos pusimos los bañadores, y fuimos a ver donde estaban las chicas, una vez en el lugar, saliendo las cinco, Fátima, morena, llevaba un bikini azul que resaltaba sus grandes tetas así como su respingón culito, Marta, rubia, con un bikini de flores estaba deliciosa, muy guapa, tenía un culito duro, con tetas medianas, Amanda, castaña, con su bikini rojo era la menos dotada, pero tenía unos andares espectaculares con sus piernas firmes, por último Leticia, morena, me excitaba mucho, un culo redondo, tetas duras medianas, piernas largas, con un bikini amarillo que dejaba entrever la raja, Teresa, rubia, portaba un bikini negro, tenía unas grandes tetas, un culo respingón, y un cuerpo moldeado por el deporte. Empezamos a jugar en la orilla del lago, después nos bañamos, nos rozábamos bastante, y alguna teta o culo siempre se agarraba. Así transcurrió la tarde y llegó la noche, estábamos todos alrededor de una fogata cenando, ya cada uno cerca de su chica, incluso algunos empezaron a agarrar a la suya, hasta que las parejas quedaron definidas, Rubén y Marta, Antonio a Leticia, Abraham a Fátima y Lolo a Amanda, y yo a Teresa. Al rato algunas parejas se fueron al bosque a pasear, hasta que Teresa y yo hicimos lo mismo, nos sentamos en la orilla del lago, empezamos a hablar, mientras cruzábamos miradas cómplices, lanzándonos bastantes indirectas. Estuvimos hablando un tiempo, hasta que empezó a hacer frió, regresamos al campamento y la gente estaba dormida ya, entonces la invité a mi tienda pero ella rehusó y me invitó a la suya, yo acepté, la abrió cautelosamente tratando de no despertar a sus amigas, nos metimos en ella y después en su saco de dormir nos abrazamos.
Estuvimos abrazados un rato, sin podernos dormir, el tenerla tan cerca y olerla me hizo empalmar, ella sintió mi erección, me miró, se pegó más a mí y me preguntó si tenía un problema, apreté mi pene contra su vientre, y le dije que sí, me besó en los labios y al rato entre susurros me dijo que me bajara el pantalón, me lo quité junto a los calzoncillos, ella se quitó igualmente la ropa, quedando desnuda de cintura para abajo, su suave piel se rozaba con mis piernas. Lentamente ella empezó a acariciar mi pene, yo hacia lo mismo con su clítoris, en la tienda había dos chicas más, era excitante estar entre tantas chicas semidesnudas a la vez que me liaba con una de ellas. Empezó a masajear cada vez más violentamente mi pene, yo empecé a besar sus pezones, hasta que de repente abrió sus piernas, y se metió mi pene en su vagina, era estrecha y muy húmeda, me agarró el culo, y fue poniendo el ritmo lento que ella deseaba, más que nada para no despertar a sus compañeras, se la metía y se la sacaba, sin hacer ruido, Teresa emitía gemidos de placer con la boca cerrada. Estuvimos así un gran rato, hasta que ella se vino, soltó sus flujos, yo continué y poco después solté toda mi leche, nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Por la mañana nos despertaron sus compañeras, las que no parecieron muy sorprendidas al verme allí, y continuamos nuestras actividades.
A la siguiente noche, estábamos todos nuevamente en la fogata, y nuevamente nos perdimos, nos fuimos a la orilla del lago, detrás de un grupo de piedras y ahí nos desvestimos, la pude ver entera desnuda, con su coñito depilado, y sus hermosas tetas, me tumbé sobre ella, y tuvimos nuestro segundo encuentro, mi pene salía y entraba de ella sin dificultad, Teresa gemía, me pedía más, cada vez más, le metía y sacaba mi pene, ella gozaba, y nos vinimos rápidamente.
Al regresar a la fogata, en el camino oímos varios gemidos provenientes de unas palmeras próximas, nos acercamos y eran mis amigos con las chicas, estaban follando. Nos escondimos detrás de unos arbustos y vimos como cada uno se tiraba a cada una de ellas, me excite mucho al ver la situación, tenía ante mí a todas las chicas desnudas, con sus senos al aire, y sus coñitos rasurados, estaban siendo penetradas, era una gran orgía.
Yo estaba muy excitado con lo que veía, me armé de valor, agarré de la mano a Teresa y nos acercamos a ellos, se dieron cuenta, no se inmutaron, nos unimos y empezamos a desnudarnos rápidamente y empezamos a follar frenéticamente, estábamos muy calientes. Rubén al momento mientras se tiraba a Marta, empezó a sobar las nalgas de Teresa, yo comencé a tocar los senos de Marta, estuvimos un tiempo así. Cuando Rubén se vino encima de Marta, ella se separó, se limpió con papel que había allí, y se acercó a nosotros, estaba follándome a Teresa, que estaba a cuatro patas y dándole detrás, Marta empezó a tocar mis testículos, para después chupármelos. Estábamos ya muy excitados, y al ver el libre albedrío que había, llamé a Leticia, la cual estaba masturbando a Antonio, ella se acercó y se unió a la fiesta, empezó a lamer los senos de Teresa, Antonio le ayudó, al mismo tiempo, Fátima y Abraham se acercaron a nosotros y ya cada uno manoseaba lo que deseaba, era exquisito todo. Cuando me cansé de penetrar a Teresa, la aparté, me puse boca arriba y comencé a follarme a Fátima, que cabalgaba sobre mí, tenía su coñito húmedo, aunque no muy cerrado, mientras Teresa se liaba con Abraham y Rubén, el cual le metía un dedo por el culo, Amanda viendo lo que pasaba se masturbaba mientras Lolo le lamía los senos.
Leticia estaba sola, metiéndose el dedo en su coñito, aunque no tardó en acercarse Lolo y Amanda a ella, el primero la penetró y la segunda comenzó a besar el cuerpo de Leticia. Cuando me cansé de Fátima, le pedí a Amanda que dejara a Leticia y me la chupara, ella acató las ordenes, Marta también se acercó y entre las dos empezaron a mamarme mi polla, mezclaban sus lenguas, dándome placer, yo estaba muy feliz, Al rato aparté a las chicas, y fui a donde estaba Leticia, la cual estaba nuevamente sola, la puse a cuatro patas y le metí mi verga en su coñito mojado, empecé a taladrarla frenéticamente, pues mi fin estaba cerca, mientras alrededor había una gran mezcla de sexo, las parejas cambiaban rápidamente, deseoso cada uno de probar a las más posibles. Al rato no aguanté más y me corrí, los demás chicos no tardaron mucho tampoco, y de este modo fuimos acabando la fiesta.

 

relatos eroticos
Los relatos eróticos más leídos

 

ENVÍA TU RELATO ERÓTICO

 

Más relatos eróticos

Relatos eroticos