Relatos Eróticos Intercambios

Un dia de senderismo | Relatos Eróticos de Intercambios

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Os voy a relatar algo que supuso una de las mejores experiencias que he tenido. Desde hace casi un mes estoy con Eva. La conocí en un pub de copas cuyo dueño es amigo mío, y frecuento con asiduidad. Ella fue con una amiga suya, Lisa. Solían ir bastante por el pub, así que conocían a mi amigo Ivan. Eso hizo que me las presentara y entablásemos una larga y distendida conversación. Los pase muy bien esa noche.

Cuando Ivan cerró el pub, nos fuimos los cuatro a discotecas y después de eso Ivan se fue con Lisa y yo con Eva. Una buena noche de sexo fue con la que me obsequió mi reciente amiga. El caso es que durante la noche uno de los temas de conversación fue que tanto a Ivan como a mi nos gustaba practicar el senderismo. Ellas decían que podía estar bien pero que eran de ciudad y que de andar nada, que preferían el coche o el autobús. Nosotros le dijimos que si querían probar. Eva, que era la más lanzada, dijo que sí. Así pues, el lunes decidimos partir a la Sierra de Grazalema. Elegimos el lunes ya que Ivan con el pub no podían los fines de semana. Llamé por teléfono y alquilé una cabaña en El Bosque.

El día que partimos a pesar de estar a 23 de diciembre no era un día frió, todo al contrario hacía calor. Cuando llegamos a la cabaña que había alquilado, como hacía bastante calor, a pesar de estar el cielo nublado decidimos cambiarnos de atuendos y aligerar un poco las mochilas. Eso sí, metimos unos chubasqueros dentro de las mochilas. Eva solo había traído pantalones vaqueros, así que como tenía unas calzonas del Madrid se las ofrecí para que fuera más cómoda. Lisa por su parte iba con unos vaqueros cortos y rasgados y una camiseta ajustada blanca en la que se distinguían claramente sus pezones. Lisa es una chica muy mona de cara. Tiene unos ojos verdes preciosos y el pelo corto como un chico. Tiene piercing en la lengua, nariz, cejas y ombligo. Mi amigo Ivan tambien tiene en la lengua y en la tetilla. Lisa no es muy alta una estatura normal para las mujeres pero para mi gusto es muy delgada y con pocas tetas. En cambio Eva tiene unos pechos medianos con un culo redondo y apretadito. Su pelo castaño y largo muy largo.

El caso es que cuando salió con las calzonas que le había dejado, se le transparentaba todo el tanga, puesto que a mi me molestan cuando juego al fútbol las hueveras, siempre se las suelo quitar a todas las calzonas. Por encima llevaba una camiseta de manga larga remangada por la mitad del antebrazo, que no pegaba para nada con las calzonas del Madrid pero a ella le daba igual, el caso era ir cómoda. Dejamos las mochilas de ellas en la cabaña puesto que con las nuestras bastaba. Cogimos los coches hasta el pueblo de abajo, lo dejamos allí, y comenzamos nuestra caminata rural.

El sendero, en gran parte del recorrido es estrecho, así que íbamos uno detrás del otro en fila. Ivan iba el primero, luego Lisa, Eva y yo. Mi situación era inmejorable. Delante de mí veía perfectamente el trasero de Eva. Veía su tanga transparentado por las calzonas que le había dejado. Delante de ella, Lisa. Con sus baqueros rotos y ese contoneo de caderas me estaba poniendo cachondo. Mi amigo Ivan iba haciendo de guía contándonos historias, inventadas claro, acerca de la ruta.

Tras una hora de caminata, decidimos hacer un alto para comer y descansar un poco. Momento que aproveche para darle un gran morreo a Eva, y por que no, manosearle un poco el trasero que había estado viendo durante cerca de una hora. Después de comernos el bocadillo, estuvimos un rato hablando. Habíamos llevado dos botellas de vino. Así que el alcohol empezaba a hacer su efecto y los temas iban desembocando en temas sexuales. De lo morboso que sería hacer el amor en un lugar como ese, etc... Pero de momento eso quedó solo en un tema de conversación. Decidimos emprender de nuevo el camino ya que estaba empezando a chispear. Pero claro, el alcohol hacía que estuviera empalmado viendo los traseros de las chicas. Y las chicas que se habían dado cuenta de que lo que estaba admirando no era precisamente el paisaje. Pero parecía que a ellas no les importaba, es más, como la lluvia apretaba, la camiseta de Lisa estaba empapada y se le marcaban perfectamente sus senos. Eso lo utilizaba para de vez en cuando volverse para decirle algo a Eva y mostrármelos en todo su esplendor. La cara de tonto que se me ponía, hacía que ambas se rieran continuamente. Mi amigo Ivan seguía sin darse cuenta de nada.

Pronto la lluvia empezó a aumentar. Cerca había un puente pequeño que cruzaba el riachuelo. Como el riachuelo no era muy ancho, había un hueco amplio debajo del puente donde decidimos refugiarnos. La verdad es que estábamos empapados. Las chicas no paraban de reírse. Se las notaba bastante ebrias. Decidimos esperar a que escampara. Me acerqué a Eva para ver si tenía frió y para mi sorpresa, su mano busco mi paquete. Me dijo que si me había puesto cachondo al mirar a Lisa. Yo fui sincero y le dije que me había puesto cachondo mirar a Lisa y mirarla a ella. Luego sonrió y me dio un beso profundo. Acto seguido me dijo que quería que se lo hiciera allí mismo. La verdad es que me cogió fuera de juego. No esperaba esa respuesta. Me tartamudeaban las preguntas; ¿Pero aquí? ¿Delante de ellos?. No es que me respondiera con palabras pero el hecho de coger mi mano e introducírsela en su sexo húmedo, dejó más que claras sus intenciones.

Eva empezó a pajearme muy lentamente a la vez que nos besábamos. Yo seguía recorriendo su sexo con mis dedos. Iba de atrás hacia delante y viceversa, llegando hasta el agujero de su ano. Ella se estremecía y comenzaba a masturbarme con más brusquedad. Mientras que le besaba el cuello, levanté la vista para ver a Ivan y Lisa. La excitación había hecho que no los hubiera tenido en cuenta. Pero mi amigo no se había quedado atrás. Lisa se hallaba si la parte de arriba e Ivan le lamía los pequeños pechos saboreando y absorbiendo las gotas de lluvia que resbalaban por su piel. Esa escena la verdad es que me calentó aún más si cabe. Mi imaginación se desbordaba. Comencé a magrear con la otra mano los senos de Eva. Primero por encima de la camiseta, luego por dentro. Con la otra mano apartaba con un par de dedos (índice y anular) sus labios vaginales y con el dedo "corazón" lo iba introduciéndolo con suavidad en su coño bien lubricado. También de vez en cuando lo acercaba al ano, hacía pequeños círculos por el borde y lo metía un poco. No podía aguantar más. Le quité la camiseta a Eva y ella a mí. Empezamos a desnudarnos. Ibamos tropezando quitándonos la ropa. Sin dejar de tocarnos. Sin dejar de besarnos. Casi sin querer estábamos fuera de la protección del puente.

La lluvia no había cesado del todo y caía sobre nuestros cuerpos desnudos. Eva se arrodilló ante mí y empezó a realizarme una felación. Ivan y Lisa al vernos se despojaron de la ropa y se pusieron al lado nuestro. Entre la mamada que me estaba regalando Eva y la que le estaba haciendo Lisa a mi amigo a poco centímetros, me estaba sacando de mis casillas. La cara de excitación de Ivan era poco o más que la mía. Pronto me vino la sensación de que iba a caer. Pensé que no podía caer sin antes obsequiar a Eva con una buena comida de coño. Así que la levanté y la acomodé como pude encima de una roca. La verdad es que la postura era bastante incomoda tanto para ella como para mí. Pero seguí adelante. Las gotas de lluvia se deslizaban por todo su cuerpo. Su sexo depilado con una fina capa de pelo en su monte de venus me facilitaba la tarea de lamerla hasta la saciedad. Pronto noté como Lisa se ponía a cuatro patas apoyada sobre la roca donde estábamos situados. Ivan empezaba a envestirla por detrás con bastante ahínco. La cara de Lisa con los ojos cerrados mordiéndose los labios a cada envestida que le propinaba mi amigo, era digna de ver. Decidí poner a Eva en la misma posición. Ambas quedaron una frente a otra. Pero la visión de Eva en pompa, mostrándome sus dos agujeros, hizo que siguiera comiéndome su sexo y su ano. Pero la voz de mi amigo dándole ánimos a las chicas hizo que dejara mi tarea y observara que estaba pasando. Me quedé atónito cuando vi a las dos besándose en los labios. Apunté mi polla hacia su coño y la empecé a penetrar si dejar de ver aquella imagen. Le hice señas a mi amigo el cual entendió a la perfección. Era una oportunidad que no podíamos dejar pasar. Levantamos a las dos y nos situamos detrás. Fuimos juntándolas y ellas empezaron a besarse y magrearse. Yo e Ivan además de magrear a nuestras parejas, alargábamos las manos para hacer lo propio con la otra.

Pero llegado a ese momento en el que todo puede ocurrir. Ivan echó hacia un lado a Lisa y se puso delante de Eva besándola y magreandola. Eva quedó entre nosotros dos, bien estrujada y tocada. Lisa no esperó y se dirigió hacia mí. Esperaba ese momento desde que me estaba poniendo cachondo durante la caminata. Pero son circuntancias que uno no piensa que puedan ocurrir en la realidad, si no que solo tienen lugar en la imaginación. Estaba tan fuera de mis cabales que empecé a manosearla sin orden ni sentido. Solo quería saborearla. Me arrodillé ante ella. Lisa apoyó una de las piernas sobre la roca. Puso sus manos sobre mi cabeza que se hallaba entre sus piernas lamiéndole el clítoris. Ivan por su parte había empezado a pentrar a Eva. La tenía en brazos y ella saltaba entre ellos clavándose esa enorme verga. Yo hice lo mismo aprovechando que Lisa es más delgada. Pero pronto empecé a tener una obsesión. Sabía que Ivan le había dado por el culo a Lisa. Y esta claro, por mi no iba a quedar. Así pues la baje de mis brazos la puse como antes apoyada en la roca. Y después de unas cuantas penetraciones vaginales, lo intenté con suavidad por el culo. Con una de mis manos seguía acariciándole el clítoris. Primero la puntita y luego poco a poco fue entrando. Que gusto. Lo cierto es que Lisa no se quejó apenas. Pero duró poco. Había sido tanta la excitación que estaba apunto de explotar. Me la saque y me corrí en sus glúteos. Mi amigo triunfó más que yo. Como todavía no iba a caer. Lisa se incorporó poniéndose al lado de Eva que ya estaba apoyada en la roca. Mi amigo iba penetrando a ambas. Yo me situé frente a ellas para que me la mamaran. Cosa que hizo Eva en cuanto le puse mi miembro cerca de la cara. Ivan que había visto como había penetrado a Lisa por el culo, y tras intentos fallidos con Eva, se la empetó a Lisa por su ano y se corrió dentro de él.

Tras aquello, nos vestimos con las ropas mojadas y emprendimos el camino. Lo cierto es que ya roto todos los tapujos. Durante el trayecto lo repetimos otra vez y en la cabaña también. Incluso conseguimos penetrar analmente a Eva.

 

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