Relatos Eróticos Infidelidad
Primera infidelidad, el placer de lo prohibido | Relatos Eróticos de Infidelidad
Publicado por Marina el 14/01/2017
Hola quiero hablar de mi primera infidelidad me llamo Marina tengo 44 años, morena pelo largo y un cuerpo cuidado y vistoso aunque con poco pecho, siempre he sido una mujer recatada, me gusta vestir clásica un poco pija como me dicen. Aun que e tenido más novios además de mi marido jamás había llegado a follar con ellos, por lo que no conocía más pollas que la suya.
Mi marido nunca a sido un buen amante y además ahora es importante y poco atento conmigo.
Hace años conocí a un amigo suyo que es visitador medico José bastante atractivo, desde el primer momento me gustó, su físico y su forma de ser, siempre me habla con mucha educación y me escucha, que todas sabemos que significa que nos escuchen verdad.
La semana pasada me encontré con el por casualidad en un centro comercial el muy educadamente como siempre me dio dos besos me pregunto por mi hija y mi marido y me invitó a un café yo acepté y tengo q aclarar que aunque José me gusta mucho en ese momento no se me pasaba por la cabeza la idea de liarme con el, charlamos un rato de los problemas del día a día y de como pasaríamos la Navidad, yo le conté que al día siguiente tenía una cena de amigas y donde terminaríamos la noche, pero por qué era lo que tenía en mi mente, no por insinuar nada, ya digo que no me lo planteaba en ese momento, después de un rato nos despedimos y yo seguí con mis compras. Cuando llegó mi marido de trabajar le dije que había visto a José y habíamos tomado un café el enseguida se alegró por qué aunque no se ven mucho le quiere y respeta mucho.
Llego el día de la cena y me vestí para salir una mini y una blusa escotada todo negro con unas medias negras de tópitos y ropa interior negra de encaje que estrene esa noche, cuando baje mi marido dijo que iba muy guapa y mi hija me izo fotos, que guapa mamá me decía.
Llegamos al restaurante y hablamos de todo un poco las seis amigas cuarentonas terminamos hablando de sexo como siempre y me jode por qué me da envidia a todas se las follan y yo me tengo que sentar en la boca de mi marido para tener un puto orgasmo debido a su impotencia, terminamos la tertulia y nos fuimos a el local de copas donde terminaríamos la noche, un sitio coqueto de moda dónde va gente de nuestra edad, pedimos en la barra y bailamos un rato, cuando sorpresa miro hacia la barra y José estaba mirándome, me acerqué a saludarle y le pregunté que haces aquí el me miró fijamente y me dijo e venido a buscarte, porque que pasa, nada tranquila necesito decirte algo, bueno tú dirás, os aseguro que no se me pasaba por la cabeza lo que quería.
Entonces fue cuando me dijo que quería hacerme el amor, joder ese tío bueno que tanto éxito tiene con las mujeres se había fijado en mí, me sentí alargada y enseguida me di cuenta que yo quería hacerlo con él también, sentía que me derretía, pensaba en una polla dura por fin, además no cualquier polla, la polla de José que está buenísimo.
Te espero en mi casa no tardes, me dijo, yo fui donde estaban mis amigas y me despedí alegando no sentirme bien.
No podía controlar mis ganas de estar con el, en el trayecto noté como se mojaban mis bragas.
Cuando llegue a la puerta de su casa, antes de bajar del coche, estaba súper nerviosa, pensé tia si entras ya no habrá vuelta atrás y arranque el coche queriendo salir de allí a toda velocidad, pero no lo hice, volví a parar, me retoque en el retrovisor y salí del coche decidida a entregarme a el.
Llame y José me abrió la puerta, llevaba unos vaqueros y una camisa blanca que le quedaba muy sexy, subí los tres peldaños que hay hasta la entrada de su casa y cuando estaba a su altura, como un flan, me abrazo y me dio un largo morreo que terminó de derretirme, me llevó a el sofá se sentó a mi lado, me acariciaba y besaba y note como una de sus manos acariciaba el interior de mi muslo yo abrí ligeramente mis piernas, para facilitar su llegada a mi coño, mientras mi mano se posó en su polla que note bastante dura, se levantó de repente y abrió su pantalón a escasos centímetros de mi cara, vi salir su polla dura, joder que ganas de tener una polla dura a mi disposición.
Era notablemente más grande y gruesa que la de mi marido, yo pensé una polla de macho de verdad. El me dio la mano y me levanto me desabrochó la falda que cayó a mis pies mientras yo le desabrochaba la camisa y dejaba al descubierto su pecho de gym que me volvía loca, empecé a besarle el pecho bajando despacio hasta que llegue a su polla que me metí en la boca, me puse de rodillas para estar a una buena altura para hacerle la mamada de su vida, me gustaba su olor y su sabor, tuve que parar un momento para que José me quitara la blusa, pero enseguida seguí haciéndole la mamada, de pronto me retiro me puso de espaldas a el y me bajo las bragas, le dije vamos a la cama, me acomodé con las piernas bien abiertas, el se puso encima y busco mi entrada con su polla, sentía un poco de dolor cuando me penetraba, yo llevaba dos largos años sin que nadie me la metiera, pero José consiguió clavármela entera y empezó un metesaca fabuloso enseguida tuve el primer orgasmo ! Hay que bien, hay que bien! Le repetía una y otra vez mientras el seguía follandome maravillosamente bien.
Me puso los tobillos en sus hombros para tenerme completamente a su merced y la clavó hasta el fondo, yo por primera vez en mucho tiempo me sentía mujer.
Le pedía que no me la sacara nunca, que la quería dentro de mi para siempre y le pedí que se corriera dentro, mientras me comía la boca, me dijo me corro y note como su semen inundaba lo más profundo de mi y me encantó.
Quedamos en la cama besándonos y acariciandonos.
José me a devuelto a la vida y estoy a su entera disposición