Relatos Eróticos Infidelidad

El muchacho en silla de ruedas | Relatos Eróticos de Infidelidad

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Hola amigos de Librored, soy una fiel seguidora de nuestra página y digo nuestra por que espero que me dejéis ser una pequeña parte de ella, bueno me presento, me llamo Ana y estoy casada, tengo 41 años, mido 1,76, ojos verdes, pechos grandes, sin hijos, morena, cabello rizado, me gusta bastante el sexo. Vivo en un pueblecito de la provincia de Sevilla llamado El Rubio, el relato que voy a contar es cierto aunque perezca increíble, mi marido es camionero y está muy poco en casa, yo me siento sola a menudo. Cierto día una amiga mía que tiene una cochera en una barriada que es nueva y que está poco habitada tuvo una experiencia un poco especial con un muchacho en sillas de ruedas, pero yo no le creí me dijo que aquel muchacho le había enseñado la verga, yo cuando me lo dijo, no le creí, pero mi amiga insistía en que era verdad. Pasaron varios días de aquella conversación con mi amiga, cuando oír a dos conocidas hablar sobre aquel muchacho y decían lo mismo que enseñaba la verga, un muchacho en silla de ruedas, la verdad es que aquello me despertó mi curiosidad seguí mi camino hacia mi casa y no podía dejar de pensar en aquello y decidí ir a dar un paseo por aquel barrio a ver si era verdad. Así lo hice, al llegar las seis o la siete de la tarde me preparé y me dispuse a salir hacia aquel barrio, la idea me parecía muy excitante. Bueno las seis de la tarde llegaron y salí de mi casa y me dirigí hacia aquel barrio me di unas cuantas vueltas caminando por su calle y no lo vi, ya yo me marchaba, cuando lo vi cruzar por una calle, entonces decidí seguir paseando haber si pasaba por mi lado. Pasaron un par de minutos hasta que nos cruzamos por la calle, él se dio la vuelta y me miró el trasero, le saludé con un hola. El me miraba con ojos muy abiertos y acariciándose su bragueta, seguí caminando y él me seguía con su mano puesta en la bragueta aquello era bastante excitante me estaba poniendo a tope, me metí en un callejón sin salida, y él venía detrás de mí, me volví y le dije: hola guapo donde va eh, me acerqué a él y me agaché acariciándole su guapa cara, en ese momento comenzó a masturbase por encima del pantalón, aquello me excitó todavía más. No dejó de masturbarse sin dejar de mírame, a mí me acarició con su mirada todo mi cuerpo hasta que llegó al orgasmo y fue tan fuerte que pude observar el vaivén de su vega latiendo por encima del pantalón y su rostro reflejaba el inmenso placer que sentía, y se fue. Yo me dirigí a mi casa muy, muy excitada nunca había estado tan excitada como aquella tarde, llegué a mi casa y llamé a mi amiga y le conté lo que me había pasado, ella también se excitó mucho y me dijo que ella conocía a la madre. Yo le pregunté a mi amiga que podía hacer yo para quedarme a solas con él. Y me dijo que él sabía mucho de ordenadores, yo tengo un ordenador, pero tenía un problema y no me funcionaba correctamente, ella me propuso, dile para ver si quiere venir a verlo, yo acepté, entonces mi amiga llamó a la madre y se lo dijo, le pedí a mi amiga si podía venir, ella dijo que si que podía venir a la tarde siguiente, lo cual me venía perfecto. Al día siguiente yo estaba esperando ansiosa aquel momento. La seis de la tarde llegaron y el muchacho con su madre, pero ella no se separó de él, me solucionó el problema y se marcharon, pero antes de marcharse le dije que si algún día necesitaba algo de mi no dudara en pedírmelo, el muchacho mientras que yo hablaba con la madre no me quitaba la vista de encima, me desnudaba con la mirada, se tocó la bragueta dos o tres veces mientras que yo hablaba con la madre, la señora exclamó ¡EA! ya nos vamos que mi hijo tiene que dar su paseo yo le pedí que se esperara un momento para darle mi móvil y se marcharon y yo también me marché detrás de él como una perra en celo, la verdad es que me daba morbo, llegué al barrio y se repitió la historia de la tarde anterior en cuanto me vio se vino hacia mi rápidamente con sus ojos como platos, pero traía un folio en la mano el cual me lo enseñó y ponía en letras grandes y mayúsculas una vulgaridad, pero que a mí me puse a mil: “CHUPAME EL CARAMELO QUE TENGO ENTRE LAS PIERNAS”, refiriéndose a su verga, yo lo deseaba con toda mi alma me quedé mirándole fijamente a los ojos verdes y le dije: convence a tu madre para que te deje dar un paseo conmigo que lo vas a disfrutar y me acerqué y le acaricié la bragueta, la tenía como roca, dios como deseaba una verga así, se la froté un poco por encima del pantalón, él me quitó la mano, yo creí que iba a hacer como la vez anterior, es decir, masturbarse por encima del pantalón, pero se la sacó, dios era enorme, me dieron ganas de arrodillarme y hacerle una felación, se masturbó hasta que se corrió, yo no podía dejar de mirarlo era hermoso verlo como se masturbaba, en unos minutos estalló en un orgasmo que templó todo el cuerpo, echó su esperma en su mano y la extendió hacia mí, me ofrecía su esperma como diciendo soy tuyo si quieres más ven por él y lo tendrás, yo extendí mi mano y lo recibí, estaba muy caliente me lo metí en la boca y chupé mis dedos mojado de su esperma hice como si me gustara muchísimo ummmmmmmmmm sin dejar de mirarlo a los ojos. Se fue yo también me fui. Caminando hacia mi casa me frotaba las manos para tener el olor de su esperma en las dos manos y no podía olvidar lo que ponía en aquel folio en aquellos momentos, era lo que más deseaba. Llego a mi casa, llamo a mi amiga y le cuento de punta a punta y mi amiga me pregunta, ¿quieres tener sexo con él?, y yo le contesto si, si, y mi amiga me dijo que intentaría hacer alguna cosa o artimaña para dejamos solos un tiempo cuando pudiera. Transcurrieron dos días de aquella conversación telefónica con mi amiga y sonó mi móvil lo cogí y era ella, me llamaba para decirme que la madre de aquel chico tenía que ir al médico y no tenía con quien dejarlo, que si yo quería aprovechar aquella oportunidad para estar con él a solas, yo le dije que si, pues muy bien, me lo llevaré en el coche a dar un paseo, bien le diré yo que eche su ordenador portátil para que podáis hablar, la madre se va al médico a las seis y media, tú te vas para su casa a la seis. Antes de las seis empecé a prepararme me puse un vestido rosa muy escotado de tirantes y sin sujetador y por encima de las rodillas zapatillas deportivas y mi perfume. Me dispuse a marcharme hacia su casa. Ellos ya me estaban esperando en la puerta llegué yo y me bajé de el coche para saludarlos, hola como está señora y la besé y me devolvió el beso, me dirigí al muchacho que estaba sentado en su silla de ruedas, me agaché a su lado y nos miramos, le acarició el pelo le dije vamos a dar una vuelta y me hizo un gesto afirmativo con la cabeza, pues venga vamos ¿a dónde te vas a montar?, le pregunta la madre. Quieres ser mi copiloto le pregunto yo, y me dijo que no que detrás sería mejor, la madre entró un momento a casa, mientras salió él y me dijo que atrás podíamos hacerlo mejor y yo le guiñé, la madre salió y lo ayudó a montarse le dio un beso de despedida mientras yo puse el espejo retrovisor mirando para él y nos marchamos, cuando nos habíamos alejado lo suficiente me paré y le pregunté que donde quería ir y le di dos opciones. Primera a un sitio que hubiera mucha gente, segunda opción un sitio que estuviéramos solos, él puso vaya tontería de pregunta opción primera o opción segunda, levantó dos dedos de su mano indicándome que se inclinó por la opción segunda, yo lo miré y le dije buena opción, el soltó una carcajada, mientras llegábamos al sitio donde por fin estaríamos complemente solos se empezó a tocar la bragueta, yo lo vi y le dije, no hagas eso no te toques que eso hoy es cosa mía, conduje hasta un olivar alejado del pueblo estaba atardeciendo, vi a lo lejos un olivar y allí fui a parar. Paré y pasé al asiento de atrás donde se encontraba él. Comencé a besarlo y él a mí me acariciaba los pechos por encima del vestido buscando el escote para meter la mano y lo encontró introdujo su mano en él y empezó acariciarlos, le pregunté quieres ver mis pechos y asintió con la cabeza. Me desabroché el vestido dejando mis pechos a la vista, me los estuvo observando un momento, después me acarició un pezón con un dedo y se lo llevó a la boca y se lo chupó, yo deduje que quería chuparme los pezones, se los acerqué a sus labios y él me los a acarició con su lengua yo lo cogí de lo nuca y se la acaricié, recorrió todo mi canalillo con su lengua yo gemía de placer, sus manos recorrieron toda mi espalda, mi trasero y mis muslos yo gemía fuerte de placer sin miedo que me oyeran, nadie estaba en el campo y éramos libres de demostrar lo que sentíamos lo tendí en el asiento trasero me quité las bragas y me puse en encima de él, le cogí su verga y se la puse en la puerta de mi vagina y di un empujón fuerte y seco para dentro aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh me dolía mucho, llevaba mocho tiempo sin ser penetrada me movía despacio y aquel dolor tan tremendo se fue convirtiendo en placer, ah si, si, esto está mejor, si uhmmmmmmmm, él tenía la respiración súper acelerada, yo decía córrete, córrete, no paraba de moverme, estaba sintiendo un placer inmenso y delicioso, mis pechos se movían sobre su cara lo cual aprovechaba para mordérmelos ahhhhhhh si esto es lo que queríamos, si mi vida yo sé que estás sintiendo lo mismo que yo, que dura la tienes cariño mantenla así uf, no me cesaba de mirar mis pechos, me clava los dedos en mis muslos, te vas correr. Quiero que te corras dentro de miiiiiiiiiiiiiiiiiiii, quiero sentir aquellos vaivenes dentro de mi. Cuando te corras hazme una señal quita las mano de mi cuerpo esa será la señal vale. Tienes unos ojos preciosos, las quitó ¿yaaaaaaaaaaaaaa? Si, si lo noto ummmmmmmmm ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, dioooooossssss mioooooooooooooooo, ya que bien, uf que gusto, lo mantuve dentro de mi unos minutos más, mientras nos besamos noté como perdía la erección dentro de mi, ese fue el fin de nuestro primer encuentro.

 

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