Relatos Eróticos Infidelidad
Con mi marido en su estudio cometí una infidelidad | Relatos Eróticos de Infidelidad
Publicado por Ckaudia el 16/02/2018
Luego de haber disfrutado unas horas con mi amante,llegue al estudio de mi esposo estaba totalmente decidida a entregarle su tan deseado premio.
Su secretaria me acompaño hasta el privado anunciandome y al entrar cerró la puerta, mi esposo gozaba viendome frente a él muy elegante.
Mira mi amor..! le dije (levantándome el fino solero de M Cher que lucia, con sandalias al tono, dejando ver mis lindas piernas bronceadas por el sol que a él le motivan).
Aún tengo su leche,.! le dije, fue maravillosa la cogida que nos dimos con mi amante… ¡Es semen amor !, Me lo guardaste para mi?... me preguntó enronquecido, Yo no sabía si de coraje o de placer, pues así me habla cuando está súper excitado…
Claro mi amor !, si no, no sería le hembra que soy, y la que siempre anda urgida por una buena verga…le dije, aún con el vestido levantado.
Me senté de su lado en el borde de su escritorio y con mi tanga blanca con encaje de V.Secret a un lado para demostrarle las huellas de esperma que aún brillaban en mis depilados labios vaginales.
De verdad que no me esperaba la reacción que tuvo, en un arrebato me atrajo hacía él y me besó en la boca y yo respondí, sentí su verga muy parada en mi pierna y esto me hizo temblar, sus besos en mi cuello me empezaron a calentar tal como él sabía que me ocurría; me abrazó y una de sus manos se fue directamente a mis gluteos, gemí y me seguí retorciendo de placer.
Cayó de rodillas entre mis piernas lamiendo todo el jugo que brillaba en mis labios vaginales, lo agarré de la cabeza y se la restregué contra mi, él gimió, me recosté y abrí de par en par mis piernas…mostrandome completa a él.
Mi vida sos hermosa me dijo… -, yo solo me acomodé y lo abracé mimosa a él.
Acto seguido fue bajando con su boca por los muslos y me metió su lengua en mi cueva como tanto le gusta. Me abrí lo más que pude dándole mi sexo en flor; de esa manera, su lengua se hundió hasta el fondo y me la empezó a chupar como un desesperado. Con esto logró que yo me pusiera más ardiente que nunca, era nuestra forma de empezar a amarnos
Te juro que me cogió como nunca y se vino en mi interior!... ¡Y eso que sale de mí, es su leche que guarde para vos .
Sin embargo mi marido absorbía como aspiradora el esperma junto con mis jugos.
¿Cómo fue?...me dijo. –
Estaba caliente mi amor, lo llamé y nos fuimos al hotel mi vida… Me senté sobre su verga y así me la meti todo completa… -
Me hizo gritar de goce,cuando me la metía toda...!
Me sorprendí al sentir su verga tan dura, así que se la mamé por un buen rato, después de esto me abrió de piernas y me quitó la tanga blanca completa, dejándome abierta ante sí. Se acomodó y me la metió de un golpe, se la sentí deliciosa y le rodeé con mis piernas para atraerlo y sentirlo aplastar mi cuerpo; él se las arregló para sacarme las lolas y me empezó a chupar mis pezones que parecían piedras. sabe que eso me enloquece y me pierde. Me besaba el cuello, los labios y me cogía delicioso. Esto me puso al borde del orgasmo y un poco después, me contraje en una deliciosa venida, él lo sintió y se empeñó más, sacándome la verga me hizo poner de rodillas dándole mis gluteos, los cuales me besó y aprovechó para lamer mi gruta. Me la metió de nuevo así como me tenía y empezó a decirme:
Te gusta así mi vida..?,
Así, cógeme asíiii, métela muy profundo!... ¡ sabes cómo me gusta que me cojas en tu estudio !... –
Desde luego que él estaba ardiendo al igual que yo y entonces vino lo inesperado… Se vació en mi interior en grandes chorros de leche, pero lo más curioso es que su verga no perdió la erección; me dio vuelta y se puso a mamarme la leche que me escurria, me di cuenta que le gustaba mi vagina enlechada y me hizo explotar con sus chupadas y lengüeteadas…
Me abrió de nuevo las piernas y sentí su verga nuevamente. ¡Qué delicia era para mí que mi esposo me repitiera la cogida..!,
Me atrajo de la cadera y sentí como me bombeaba yo solo alcanzaba a gemir porque estaba llegando a otro orgasmo delicioso, en eso, él me preguntó:
así te cogío tu amante?...
En mi arranque de atrevimiento, empecé a detallarle todo. Él me bombeaba más y más, estaba transformado y me cogía con verdadero placer, creo que nunca lo había sentido de esta forma. Así que en mi delirio sexual, le seguí narrando la cogida que me había dado…
Mi cueva se contraía de gusto al sentir sus bombeos, y un extraño placer me inundó y le conté con lujo de detalles la cogida con mi amante..eso me prendió más, este era uno de nuestros juegos al coger, disfrutando de una intensa fantasía .
-¡Cógeme... ¡Así mi vida, déjame bien cogida así papito, cógeme!... ¡Soy tuya, tu puta mi amor y bien lo sabes!... -, le decía a mi marido con gran insistencia,
Mi esposo me bombeó con más fuerza al escuchar mis palabras indecentes diciéndole lo que a él le gusta escuchar cuando estamos asi.
Queres seguir cogiendo con él?-
Amor mio, sabes que me encantaría que me cogiera y que lo hagan juntos muchas veces tambien!... ¡Nada más de imaginarlo me vuelvo a calentar!...
Quiero ser de ambos quiero que los dos me disfruten mucho, Me encanta ser tuya y de él y de otros que vos me propongas… -
Creo que el escuchar eso de mis labios fue el colmo del placer para mi marido, pues apretándome suavemente para hacerme sentir suya, me empezó a embestir más fuerte y más rápido hasta que me hizo venirme y al mismo tiempo él se derramó de nuevo dentro mio, ya que me contraía apretando su verga intensamente.
Mi amor, te quiero muchísimo!... -, le dije yo muy melosamente mientras lo besaba con ternura, mi amor es solo tuyo..
Él me devolvió el beso y me contestó:
Podes hacer lo que quieras, creo que no hace falta pedirte que seas discreta… -
¡Mi propio marido me estaba dando permiso de darme a quien yo quisiera, y eso me encendió!...
Siguió hablándome, pero mi cuevita era una catarata …el saber que tenes sexo con él, me calienta como nunca lo imaginé… -
En serio?... ¿No te molesta que me acueste con otro?... –
Me excita, se me pone la verga bien parada,
Esta confesión de su parte me estremeció. Sabía que a muchos hombres les encanta tener una mujer putita, pero nunca me imaginé que mi propio esposo me estuviera dando el permiso de disfrutar mi cuerpo con otro.
Desde luego que lo que ha seguido en mi vida ha sido placer y placer pero cada vez con más atrevimiento, contando desde luego con el permiso de mi marido.