Relatos Eróticos Gays

Soy la perra de un matrimonio dominante | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por Roberto el 20/08/2023

María una asidua lectora de mis relatos, con la cual chateamos varias veces, me invito a su casa porque tenía una oferta importante que hacerme y no me podía decir nada mas . Así que impregnado de una gran curiosidad fui hasta su casa.
Allí María me presento a José su marido, cosa que me sorprendió, charlamos tomamos unos whisky y me ofrecieron participar de un encuentro sexual de lo más excitante.
Sin saber cómo, acabé haciendo una increíble mamada a José, y María haciéndome una paja enorme a mí. Después de eso pensaba que me iría a mi casa, pero me propusieron quedarme a dormir . Una proposición que, como todo lo que me decían, parecía que tenía que cumplirlo.
- Ven Roby, te acompañaré a una habitación y podrás pasar la noche allí, mañana seguiremos los tres juntos y, como es sábado, podremos estar muy a gusto y seguir conociéndonos - me dijo María mientras me agarraba del brazo sin posibilidad de réplica - además no me negarás que no te ha gustado?, has disfrutado haciendo esa mamada.
- Sí, no sé, yo no me lo esperaba.
- Yo noté desde el principio que te gustaban mucho las vergas, noté tu lado femenino queriendo aflorar dentro de ti, tu lado gay afeminado se nota - me dijo María con naturalidad - y nosotros vamos a ayudarte a sacarlo.
- Pero María, yo no soy afeminado
le respondí.
- Ya lo sé cielo, pero en tu interior, en tu mirada estás deseando una verga.... al principio te sorprendiste de que estuviera mi marido en casa, pero luego no me negarás que has disfrutado mucho mamándole la poronga.
- Sí, la verdad, sería la situación... pero me excitó mucho incluso cuando acabo en mi boca, es más... me encanto el sabor de su semen -
confesé yo.
- Claro, ya lo sé. Y en ese momento deseaste sentirla en tu culito porque te sentiste mujer.., era tu lado de zorrita... eso es lo que vi en ti y me gustó mucho -
me dijo María
- Por eso quiero que esta noche sigas con esa sensación, no te laves los dientes, para que mantengas el sabor de la leche de José en tu boca y dormirás con esta ropita.
María me sacó una camiseta suya, estrecha, entallada y con unas mangas muy cortitas y una bombachita rosa con encajes y la puso encima de la cama. A pesar de mis protestas iniciales María fue inflexible y con un tono más autoritario me mandó ponerme esa ropa y meterme en la cama sin lavarme los dientes.
- Y por cierto, ponte el despertador y nos llevas el desayuno a la cama a las 8:00, lo preparas en la cocina y nos lo llevas en una bandeja, sería todo un detalle ya que te hemos invitado a nuestra casa... Y no te retrases ni un minuto, tienes que ser muy obediente.
Cuando María salió de la habitación cerrando la puerta empecé a desnudarme para obedecerla y me di cuenta que la situación era excitante, era como si me gustara que fueran tan autoritarios y que el obedecer me llevara a una situación de excitación máxima.
Me acosté y oí perfectamente como José y María cogían salvajemente en la habitación de al lado, se les notaba muy excitados y yo también lo estaba por escucharlos e imaginar cómo lo estaban haciendo, estuve a punto de masturbarme de lo excitado que estaba, pero sentí que no debía hacerlo, como si tuviera que pedirles permiso...
Cuando me desperté a la mañana siguiente eran las ocho menos veinte, por mi cabeza pasaron todas las cosas que me ocurrieron anoche, pero sobre todo que tenía que llevar el desayuno a la cama a mis anfitriones. No sé porqué pero no dudé en cumplir esa orden de la noche anterior, me levanté a toda prisa y fui corriendo a la cocina a preparar dos cafés y poner algunas galletitas y zumo de naranja en una bandeja. Cuando entré en la habitación ya estaban despiertos, tumbados en la cama y completamente desnudos.
- Muy bien Roby, muchas gracias por el desayuno -
me dijo José mientras yo ponía la bandeja en la cama entre medio de los dos.
- Por cierto, está muy guapa, verdad José? -
preguntó María sonriendo.
- Sí, ya me estaba fijando -
dijo José mientras me acariciaba mi desnudo muslo y subía hasta mi culito
- vaya un conjunto más sexy que se ha puesto, sin duda nos quiere provocar para volver a tener sexo.
Me di cuenta de que les había servido el desayuno sin cambiarme. Llevaba una camiseta claramente de hembra y una bombachita muy sexys que se me pegaba a mi culito y que apenas contenía a mi verguita y a mis huevitos .
- Es que no tenía otra cosa para dormir...-
dije yo tratando de excusarme
- me voy a la habitación a cambiar...
- No de ninguna manera Roby, nos gustas mucho así, no tienes que avergonzarte, además por lo que se te nota estás muy excitada, sin duda te gusta estar así...seguro que aún tienes el sabor del semen de José en tu boca desde anoche -
nuevamente María me daba órdenes que yo no podía rechazar
- quédate y aprovecha para meterte debajo de nuestras sábanas mientras José y yo desayunamos.
María abrió sus piernas y levantó un poco la sábana invitándome a ponerme entre sus piernas mientras ellos desayunaban y se besaban, yo no lo pensé, obedecía todas sus órdenes sin dudarlo, y la verdad es que me sentía bien y la situación me mantenía excitado...
Mi boca fue directa a la conchita de María que se abrió en cuanto notó la caricia de mi lengua. Mientras ellos desayunaban yo empecé a besar y chupar su conchita que se empezó a mojar enseguida, haciéndola soltar algunos gemidos mientras tomaba el desayuno.
- Ahora un poco a mí.... zorrita... -
dijo José al notar como estaba disfrutando María con mi lengua
- que yo también quiero disfrutar.... putita.
Me desplacé hasta el otro lado de la cama y me puse entre las piernas de José, conocía su preciosa verga de la noche anterior, de cabecita ancha y bien roja, con su gran tronco venoso y me gustó volver a tenerla cerca de mi boca, la tenía ya durísima y empecé a lamerla desde abajo hasta arriba para finalmente metérmela en la boca. Recordé la mamada de la noche anterior cuando José acabó entero en mi boca, cuando chorros de leche llenaron mi boca, mientras trataba de tragar todo, el jadeaba y gemía de gozo y estuve toda la noche con el sabor de su leche...
eso hizo incrementar la intensidad de mi mamada y oí como se reía María y gemía José.
- Déjame otro poco a la putita para que me la chupe a mi -
pedía María viendo como estaba disfrutando José de mi mamada.
- Espera, espera que ahora está intentando metérsela toda dentro de su boca y me está dando mucho placer -
dijo José retirando la bandeja para dedicarse por completo a disfrutar de mi mamada.
Yo iba acelerando la mamada a pesar de que me estaba ahogando con el vergon de José completamente metido hasta mi garganta... la sacaba y metía apretando con los labios para darle el máximo placer.
Ante la insistencia de María me ordenaron volver a ponerme entre sus piernas y volví a lamerla su conchita, que ya estaba empapada por la excitación. José quitó las sábanas y se puso encima de María con la verga totalmente dura y venosa y se la clavó en su empapada concha. Yo me retiré para dejarles coger tranquilos, pero me quedé a su lado, como una perrita obediente. José la penetraba con fuerza, claramente estaban ambos muy excitados y yo bebía los jugos de su excitación.
María se dio la vuelta y se puso en cuatro patas y José siguió cogiendo su conchita desde atrás, agarrándola por las caderas con fuerza. María me mandó meterme debajo de ella y chuparla mientras José la cogía... pegué mi lengua y lamía su clítoris como una perrita y cuando la verga salía de la ardiente conchita de María resbalaba por toda mi lengua.
Eso creo que le dio mucho morbo a José que a veces la sacaba completamente de María para metérmela en la boca. Iba alternando de mi boca a su concha y yo podía notar la mezcla de sabores del flujo de María y de las gotitas que salían de José.
Entre mis lamidas y las fuertes penetraciones de José, María acabo dos veces seguidas soltando un montón de flujos que yo me apresuré a chupar.
José, aun sin acabar, pero se le notaba que estaba a punto, paró y se tumbó por lo que yo aproveché para agarrar su verga y seguir chupándola. No sé lo que me pasó, estaba hipnotizado y no sé si era por la preciosa verga que sólo quería chuparla o por la sensación de que esta pareja me estaba dominando cada vez más.
María estuvo sólo un instante tumbada disfrutando de sus recientes orgasmos, enseguida se incorporó y se puso detrás de mí, me bajó la bombachita y se puso a jugar con mi culito.
- Que preciosidad de culito tienes Roby, creo que ha llegado el momento de que José pruebe este culito -
dijo María mientras me abría las nalgas e iba acariciando suavemente mi agujerito...me gustó mucho la caricia de su dedo en mi ardiente cuevita y también cuando noté como presionaba suavemente para que el dedo fuera entrando, pero me asustó la idea de que la verga inmensa de José me abriera mi culito, intenté levantar la cabeza para decir algo... pero José me lo impidió sujetando mi cabeza para que no pudiera sacar su verga de mi boca.
María metió dos dedos que entraron perfectamente porque me estaba echando lubricante y José se relamía de placer pensando en que mi culito sería suyo.
- Lubrícalo bien María que estoy tan caliente que se la voy a meter de un golpe - dijo José con deseo.
- Vamos Roby , bonita, ya estás lista corazón, ponte en cuatro y apóyate en la almohada, llego el momento cariño -
dijo María sacando los tres dedos que ya tenía dentro de mi culito y produciéndome un vacío que me hizo desear volver a tenerlos dentro.
Me sentí totalmente dominado, me apoyé en la almohada y noté como José se pegaba a mi culo y con su verga durísima entraba abriéndome el agujero completamente. Lo hizo suave pero sin parar hasta que la tuvo toda dentro. A mí me dolía pero me aguanté...María me estaba acariciando la cara y tratando de relajarme. Cuando la tuvo toda dentro José se apoyó sobre mi y con sus manos empezó a pellizcar mis pezones por encima de la camiseta ajustada haciendo que se me erizasen.
- te gusta cielo? -
me dijo María mirándome directamente a los ojos y viendo que yo los tenía que se me salían de las órbitas.
- Me pica un poco , es muy grande.
-. Eso es que la sientes toda dentro, muy bien... Disfruta amor, disfruta con la poronga de José dentro de ti...
- Que rico, Roby tienes un culito precioso, me encanta, bien apretadito pero tragón, no sabes, su esfínter apreta como queriéndolo agarrar para siempre , es flor de putaa... - dijo José jadeando porque estaba a punto de acabar ...
- No puedo aguantar más voy a llenar el culito de esta perra putitaaa.
- Sí amor, llénale el culito de leche a esta putita que lo está deseando, se lo veo en la cara, cada momento que pasa noto a Roby más femenina y viciosa y eso sé que te gusta mucho amor - dijo María justo antes de que José lanzara flechazos ardientes de semen, salvajemente dentro de mí.
- Aggg acabooooo , perraaa, toma lo que tanto deseas putitaaaa.....- oi gritar a José pegado en mi espalda
Uno, dos, tres, perdí la cuenta de los espasmos de José dentro de mi culito...sólo noté su leche como si estuviera ardiendo y de repente yo también empecé a eyacular sin ni siquiera haberme tocado mi flácido penecito. Fue un orgasmo salvaje, casi tanto como el de José, un orgasmo anal que nunca había tenido, pero fue magistral.
- Que rico, me encanta ver coger a dos hombres, aunque tengo que reconocer que Robertita es tan femenina que se comporta como una hembra en celo, mira como acabo cuando la llenaste con tu elixir, cariño -
dijo María cuando ya estábamos los tres tumbados tratando de reponernos y María notó que yo también había acabado.
- Es tu primer orgasmo anal? - me preguntó José
- Sí, ya había tenido alguna experiencia anal, pero nunca había acabado, ha sido una experiencia muy fuerte, aunque me pica un poquito.
- No te preocupes por el picor, se te pasará, amorcito, eso sólo quiere decir que tenemos que practicar más hasta que mi verga entre en tu culito como un guante sin ni siquiera lubricante - dijo José mientras me abrazaba y acariciaba la cabeza - eres un madurito súper femenino y eso me encanta.
- Sí, además de femenina la vamos a convertir en una zorrita, bien ardiente - dijo María
- pero en una zorrita obediente porque Roby, ahora tienes que limpiar y arreglar la cama mientras nosotros vamos a la ducha.
Me quedé haciendo la cama y limpiando todo el semen y flujos que había y empecé a pensar en mi situación, me estaba comportando como un sumiso ante María y José, pero el caso es que lo hacían bien, y me hacían sentir a gusto a pesar de que me trataban como una hembra, pero también era cierto que me mantenían en un estado de excitación completa y me gustaba.
Después de un rato que ya había recogido la habitación y el desayuno salió José del baño recién duchado. María seguía en el otro baño.
- Roby, sabes que creo que María ha acertado al decir que eres una zorrita sumisa, verdad? - me preguntó José acercándose a mí y tocando mi verguita flácida
- además te confieso que tu verguita pequeñita es como un clítoris y tienes un cuerpito muy femenino porque te sienta muy bien la ropa que te ha dejado María.
- Gracias José, ustedes también tienen muy buen cuerpo y te confieso que me gustan los dos - dije yo sinceramente.
- Uy, aún no te has duchado, te está saliendo la leche de tu culito, eso me enloquece, cariño.
- No, dije yo avergonzado, he estado arreglando la casa un poco, justo iba ahora a la ducha - dije yo.
- Pues antes de que te duches y laves tendré que aprovechar tu cuerpito, date la vuelta y apóyate en esta mesa - dijo José.
Yo obedecí pero pregunté
- qué vas a hacer ahora?
- Nada, tranqui, quiero aprovechar tu culito delicioso tan lleno de leche aún.
Y diciendo esto me volvió a agarrar de las caderas y nuevamente su verga que se había endurecido en un segundo, entró en mi culito.
- agggg ... - agggg -
solté un gritito cuando noté que entraba de nuevo , otra vez, por suerte mi colita aun estaba dilatada y lubricada por el semen
- Sí putita, quiero cogerte otra vez... -
dijo José acelerando el ritmo sin compasión.
Me estuvo cogiendo un breve rato y de pronto apareció María saliendo del baño desnuda.
- PERO SERÁS ZORRITA, TE DEJO UN SEGUNDO CON JOSÉ A SOLAS Y YA LO ESTÁS SEDUCIENDO PARA QUE TE PENETRE EL CULITO, OTRA VEZ, SOS UNA PUTITA VICIOSA
dijo María con tono autoritario.
- No, yo,... aggg, uhhh, aggg, uhhh , aggg, uhhh -
no pude responder, José me follaba salvajemente y no paró aunque llegó María.
- Voy a tener que ponerte un collar para retenerte - dijo María yendo hacia un cajón.
Justo cuando José me estaba lanzando su caliente elixir, en una magistral acabada, dentro de mí, María me estaba poniendo un collar de cuero alrededor de mi cuello.
- Qué culito más rico tiene la putita de Roby -
dijo José sacando su verga, después de volver a vaciarse dentro de mí.
- Me encanta que te guste amor , voy a ponerle un plug para que absorba todo tu semen... -
dijo María besándose apasionadamente con su marido
- me encanta ver como haces el amor con otro hombre, aunque Roby sea tan femenino.
- bueno Roby ahora vete a la ducha, pero a partir de ahora llevarás siempre este collar. Así podré sujetarte a mi lado cuando quiera y sabrás quien manda y no te saques el plug hasta que te lo ordene zorrita..., además a partir de ahora sólo acabaras, cuando nosotros te lo mandemos. Estás disfrutando mucho, pero tienes que saber quiénes son tus dueños.
Me fui a la ducha con las piernas temblando y con el culito irritado pensando en la situación y en las palabras de María...
Espero les haya gustado este relato y no duden en enviarme sus comentarios a perradebora@protonmail.com y gracias por los comentarios de mis anteriores relatos, besos para todos.


 

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