Relatos Eróticos Gays
Me vistieron de colegiala y me excité | Relatos Eróticos de Gays
Publicado por ADRIAN- ADRIANA el 14/12/2016
En mi mente no sé qué había después de haber tenido relaciones sexuales con H, tenía sentimientos encontrados de culpa y placer, regresé el casete, de las experiencias que había tenido con mi hermano, sus amigos, el peluquero y su cuate como le decía, el último había sido el que me llevó a su casa, en ellas ganó el placer de coger. Lo que conté tiene dos cosas, son verdades y fueron casuales, nunca las busqué, en su momento pasaron, menos la de mi hermano que me buscó hasta lograr darme su verga. Seguí mi vida normal, ya tenía 15 años y me gustaba ir a bailar a las tardeadas que organizaba la escuela secundaria, asistía solito, regresaba solo, siempre antes de las ocho.
Lo que paso un día rumbo a mi casa lo voy adornar un poco, me aborda un hombre en auto, preguntándome, no recuerdo qué, me pidió subir, también no recuerdo con que pretexto, pensé, ¿Porque me buscan los hombres? ¿A caso parecía mujer? ¿Y las mujeres?. El hecho de que accedí a coger con ellos, así igual, me llevó aceptar subir al coche del desconocido.
Una vez abordo, fué claro y directo, ¿Sabes? Tengo ganas pero ganas de coger, le contesté ¿Por qué no lo hace? Hay muchas prostitutas de la calle, no, Me entendiste. A la que quiero cogerme es a ti, ¿Por qué a mi? Y me habla como si fuera mujer. Es que pareces niña, si quieres vamos a un lugar, te cambias, tengo ropa de nena a tu medida, por eso te escogí, acepta. Me volví a preguntar ¿Por qué yo?
Guardé silencio, creo lo tomo como un sí. Enfilamos a su casa, guardo la nave, subimos unos escalones, que daban a la sala, me senté y fue a la recamara, no tardó llevando en sus manos prendas de niña y una botella de aceite. Cámbiate en la recámara me pidió. Tomé la ropa caminé al dormitorio. Fué algo que no puedo describir, paso a paso me desvestí completamente. Primeramente me puse unas tobilleras de holanes amarillos, luego unas pantaletitas blancas de algodón decorado, un corpiño adecuado para simular que tenía bubis, un vestido cortito de encaje y manga de ollita, un moño amarillo que hacia juego con las tobilleras, por último unos zapatos de charol.
Me convertí en niña. Salí “vestida” me miraba excitado, me hizo caminar, dar la vuelta, brincar, me tomo de la cintura y empezamos a bailar, empezó a pegarse sentía su pene erecto, sus manos empezaron a tocar mi cuerpo, una y otra vez me levantaba el vestido, veía mis calzoncitos, inició un juego donde daba la espalda y tenía que buscarlo, cada vez que lo encontraba se quitaba una prenda. Cuando quedó en calzones hizo que se los bajara, saliendo una verga grande, bésala ordeno. mi boca se metió la cabeza mojándola, la empujaba suavemente, la aceptaba poco a poco, se la chupé rico su ingle, sus huevos, sus piernas velludas, el decía, de acuerdo al juego sabía que a mi tío me penetró, se la había besado y mamado, quería igual, tocaba mis nalguitas, dedeaba mi culito no lo metía fuerte, me sentó y con mis pompis le masajeaba su palo, la pantaletita se mojó con sus líquidos, quítatela, esta sucia. Ahora piel a piel. Me abrazaba me apretaba besaba mi cuello , metía sus manos bajo el vestido me lo quitó quedándome solo con tobilleras y zapatos del corpiño se que salió por arriba de mi cabeza, mordió mis tetillas, ya de frente, colocó la cabeza de su miembro en mi culito untándole a los dos el aceite de bebé, me hizo sentarme sobre él, introduciendo la mitad, abrió con rudeza mi ano, metiendo más su pito, por lo grueso me dolió mucho a pesar del lubricante, paro un instante, luego tomó un ritmo de un lado a otro seguía doliéndome, me culeaba sabroso, a la vez lo devoraba más, la palma de su mano bajo mi espalda quedando a su vista la forma como me clavaba su estaca jalándome por las caderas. Su palo ya entraba fácilmente, combinaba lo lento con lo rápido. Yo recibía ese caramelo, me la saco nos acostamos, dobló mi verguita y decía que era una panochita, chupo mis poquitos vellos, repetía que rica cosita de nena tienes, esas frases me calentaban, me quitó el vello de mi pubis y de las axilas era poco, las nenas no deben tener vello decía, me puso boca arriba, puso mis piernas bien abiertas para calzar mi cola con su fierro, con el peso de su cuerpo me la zambutió toda, o casi toda, sentía el golpe de sus huevos en mis nalgas, sus manos apretaban todo mi cuerpo, su verga tenía el control de mi ano dominaba la situación, ahora me dolía menos.
De un momento me giró, paro mi culo en pompa, arremetió con su arma gruesa, peluda. Me toma como perrita por sus movimientos de perro denotando excitación más de la lujuria, me monta, todo su cuerpo estaba pegado con el mío, su verga entraba y salía de mi ollito con placer, a una velocidad increíble, siento de pronto su leche caliente y espesa, da un bramido y se queda encima de mí, mi lechita la había sacado mucho antes. Su pene sale mojado, brilloso, le quería dar una mamada, solo sus huevos pude chupar, después, lo que hizo fue más caliente que me puso, fue a su alcoba, me dejó mi ropa aventó dos billetes de $50. Vístete y vete, tratándome como putita, lo demás ustedes deducirán el final.