Relatos Eróticos Gays
En el cine | Relatos Eróticos de Gays
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Hace poco en mi ciudad, presentaron una película de cine erótico en uno de los centros comerciales más importantes de acá, siendo esto así, ni el teatro, ni el lugar, ni el público, eran de un perfil de morbo o cine xxx.
A mi edad, 19 años, no era raro que fuera solo al cine en ese centro comercial tan exclusivo, como lo hice en esa ocasión. Era un viernes, 9:30 PM, el ingreso era por la parte de delantera de la sala, por lo que subí por las escalas hasta el fondo y me ubiqué en la última fila, no había mucha gente, personas solas como yo, o grupos de amigos, o parejas buscando las sillas para ver la película.
Fui uno de los primeros que entró al teatro, por la luz existente pude acomodarme sin problemas. A los 10 minutos apagaron las luces y empezaron a pasar algunos cortos, veía a algunas personas entrar y tener un poco de dificultades para poder acomodarse dada la oscuridad de la sala. La película comenzó y yo me concentré en ella, habían pasado unos pocos minutos cuando sentí que alguien se sentó junto a mi. Me extrañó mucho por que todas las sillas de mi fila estaban vacías e igualmente las sillas de las dos filas delante de la mía. El hombre al sentarse me preguntó de una que si la película hacía rato había comenzado. Yo le dije de mal gusto que no, que solo eran como 5 minutos. Me volvió a preguntar que era lo más importante que había sucedido y le respondí sin mucho interés, que solo habían corrido unas pocas escenas con el protagonista. Siguió diciéndome que se había sentado al lado mío para poder preguntar en que iba la película, por que desafortunadamente había tenido dificultad para parquear su carro, que le disculpara si me molestaba. Yo entre dientes le dije que no había problema.
El caso es que la película arrancó con una trama un poco lento, tratando de describir la vida actual de cada personaje, este hombre, Fernando, con sus comentarios chistosos y oportunos logró quitarme la prevención inicial y ya pasado unos 20 minutos me había acostumbrado a su cercanía. En un momento dado se paró y se salió de la sala, para luego aparecer con una bolsa de crispetas gigante, la cual me entregó junto a una cocacola. Pusimos las gaseosas en el hueco del pasa manos y el tarro de crispetas lo coloqué entre mis piernas. La película siguió y Fernando aprovechaba para lanzarme sus comentarios de la película, así como para intercambiarnos el tarro de crispetas.
Entre relajado y agradecido por el mecato me percaté que Fernando era un hombre maduro, de unos 40 años, era alto 180 CMS, pesaba alrededor de los 75 kilos, su cabello era negro, medio canoso, su cuerpo era atlético, vestía pantalón sport y camisa remangada, que permitía ver unos brazos y parte de su pecho velludos, tenía una barba de unos 2 a 3 días, se veía atractivo y simpático.
Como ya les dije, el tarro de crispetas lo colocaba entre mis piernas, al principio se lo pasaba para que también cogiera, pero, ya en este momento me despreocupé del asunto por lo que Fernando estiraba su mano para coger las crispetas, en una de esas, varias crispetas se le cayeron en mis piernas, sin decir nada Fernando con su mano agarró varias, sentí levemente su mano rozar mi muslo, produciéndome un fuerte corrientazo, ambos permanecimos en silencio, sin ni siquiera cruzarnos la mirada, por mi cabeza se me cruzó la imagen de sus manos manosearme mi verga y mi cuerpo, pareciera que la película erótica estaba en mi mente y no en el telón del teatro.
Pasaban los minutos y los comentarios de Fernando eran más atrevidos, igualmente las escenas de al película también, comíamos crispetas y tomábamos gaseosa, todo parecía muy natural, era como dos amigos que se fueron solos a pasar el rato viendo una película, hasta me molesté conmigo mismo por los locos pensamientos que pasaban por mi mente, sin embargo, sentí nuevamente otras crispetas caer entre mis piernas pero ahora encima de mi bragueta, sin decir nada Fernando fue agarrando una a una, pero, sentía como su mano agarraba más que la crispeta. En la primera vez, sentí como sus dedos presionaban contra mi bulto, luego en la segunda agarraba la crispeta y rozaba mi bulto, me dije a mi mismo que si me volvía a hacer eso lo confrontaba y me paraba de ese lugar para demostrarle que no era lo que él estaba pensando, a los dos minutos sentí que me hizo exactamente lo mismo, pensaba a mis adentros: maldita sea este tipo que se cree, le daré un golpe si me lo hace de nuevo, pero, lo que también sentía era que mi verga se ponía a mil y su tamaño empezaba a demostrar que las leves caricias estaban trastornándome. No puedes dejar que esto te suceda acá, hazte respetar, me decía internamente. Pero a los 3 minutos sentí que Fernando no cogió más las crispetas que habían caído entre mis piernas y descaradamente me agarró toda la verga con su mano, lo miré y él tenía sus ojos en la pantalla, traté de decirle que no, pero, mi boca no moduló. Los segundos pasaron y mi silencio le otorgó la confianza que buscaba para meter toda su mano entre mi entrepierna, pasando sus dedos por mi culo para luego sentir su mano por encima del jeans agarrando mi verga desde su base y empezar a darme un movimiento rítmico y constante, ahora si mi boca se abrió pero para emitir un sonido delatador y complaciente…ahhhhh…ahhhhh.
Con esos gemidos, Fernando entendió que me gustaba lo que me estaba haciendo, quitó el tarro de crispetas que tenía entre mis piernas, lo puso en el suelo y con sus dos manos desabrochó mi correa, soltó el botón de mi jeans y abrió mi bragueta, para meter toda su mano entre mis bóxer y apoderarse de mi verga parada y deseosa de manoseo y lengua. Con la otra mano, ya sintiéndome de su propiedad, me jaló hacia el borde de la silla y me abrió las piernas. Sentado en esa nueva posición, le permitió en un primer movimiento bajarme los jeans hasta las rodillas, lo mismo hizo con mis bóxer, en ese momento me sentí desnudo e incómodo en el teatro, el pareció notarlo e inmediatamente me colocó encima de mis piernas una chaqueta que él traía, mientras eso pasaba, su mano no paraba de sobarme mi entrepierna, de cogerme mi verga y de subirse por entre mi camiseta recorriendo mi abdomen y pellizcando mis teticas. Estábamos solos, en las 3 últimas filas no había personas, por lo que los de adelante no sospechaban lo que pasaba atrás entre los dos. Yo estaba a mil, sentía como ese hombre me manoseaba por todas partes y mi cuerpo lo deseaba, Yo seguía con mi mirada en la pantalla, pero, Fernando ya estaba dedicado a hacerme suyo, mientras su mano izquierda boleaba mi verga, su mano derecha seguía bajándome los jeans hasta quitármelo y dejarlos en el piso, lo mismo que hizo con mis bóxer, pero estos los tomó y se los paso por su cara oliéndolos y dándoles lengua, luego se los colocó en su pecho por entre su camiseta, eso me pareció atrevido, morboso y excitante, calentándome mucho más. Ahora sólo su chaqueta ocultaba, inclusive a nuestros propios ojos, lo que sucedía de mi cintura para abajo.
En forma susurrada me dijo: siéntate en el borde de la silla y abre mas las piernas. Yo sin mirarlo le obedecí y me deslicé en la silla. Con su mano izquierda me daba una boleada de verga impresionante, pero su otra mano asediaba la entrada de mi culo con su dedo medio, vi como se humedeció descaradamente ese dedo en su boca, para luego sentirlo que entraba lentamente en mi culo….así, abre esas piernas, quiero darte dedo…eso es…ábrete más, quiero meter mi dedo hasta adentro, serás mío, gime, gime perrita…..ahhh..ahhh…ummmm……eran mis respuestas; a partir de ese momento empezó a darme órdenes, a decirme cosotas, a tratarme de perra, de putica rica, de zorrita, lo que hizo perderme del todo y estar totalmente entregado a sus deseos.
Mientras gemía, Fernando aprovechó para agacharse y tragarse mi verga en su boca, comenzó a darme una mamada fenomenal, además sentí su dedo que salía y entraba en mi culo, ya dilatado y gustoso de sentir eso dedo experto y lujurioso penetrándome. Cada 30 segundos levantaba su cabeza y se acomodaba en su silla, disimulando ante cualquier mirada rara que pudiera hacer alguien de los de adelante, mientras se sentaba nuevamente dando a entender que miraba la película, sus manos seguían en mi, una en mi verga boleándola y la otra con un dedo en mi culo, yo estaba sentado de medio lado en el borde de la silla facilitándole toda su labor, luego volvía y se agachaba y se tragaba toda mi verga, sintiendo que me la succionaba, lengüeteaba y mordisqueaba súper rico, sentía que estaba al borde de venirme, me retorcía en la silla, arqueándome hacia arriba para sentir todo mi verga en su boca y todo su dedo adentro de mi culo. Cuando Fernando vio mis movimientos y gemidos me ordenó:….llega ya…dame leche…vente putica rica, dámela toda esa leche perrita…. Esa orden fue suficiente para mi, me arqueé más hacia arriba y me vine a chorros dentro de su boca que tragaba y tragaba toda mi venida, mientras su dedo se quedaba quieto dentro de mi culo…luego sentí como me lo sacaba, se saboreaba mi llegada en su boca, me mostraba su lengua alrededor de su boca, su mano seguía moviendo levemente mi verga que seguía dando retorsijones de lo rico que había llegado. Me exprimió hasta la última gota de leche que me queda en mi verga y luego se agachó y se tragó nuevamente toda mi verga en su boca, su lengua me limpió hasta el último rastro de mi llegada. Me dispuse a acomodarme totalmente en mi silla como si nada hubiera pasado, tratando de tapar mi desnudez con su chaqueta. Ambos nos dedicamos a colocar los ojos en la pantalla del teatro, pero, nuestras mentes estaban recordando lo caliente que había acabado de suceder. Me dispuse a colocarme los jeans, no sin antes solicitarle los bóxer a Fernando, pero, él los sacó de su pecho, los besó, se sonrió malicioso y se los volvió a aguardar entre su camiseta. Cubriéndome con la chaqueta, se subí los jeans, miré el reloj y era cerca de las 10:45 PM, la película seguía.
Habían pasado unos pocos minutos desde mi corrida, pero, durante este tiempo, Fernando seguía entretenido y caliente acariciando mis piernas con su mano izquierda, en un momento agarró la chaqueta que tenía sobre mi y se la extendió él en su piernas, cubriendo toda su zona de candela, sentí luego que me cogió mi mano derecha y la colocó sobre su aparato, me la apretaba en su bulto que ya se sentía bien grande, entendí lo que quería, soltó mi mano y yo seguí con el ritmo sobándosela y apretándosela hasta sentirla inmensa y con ganas de salirse del pantalón. Aprovechó para safarse su correa y abrir su pantalón, dejándome libre el camino para sacarle su vergota de su bóxer. Era inmensa, gruesa y rapadita como la mía, media como 19 CMS. Mi mano derecha seguía boliándosela de arriba abajo, se extendió en la silla extasiado y todo caliente. Me dijo: mámala putica rica, cómetela toda. Miré alrededor, nadie miraba para atrás, me agaché y me la llevé con ganas a mi boca, comencé a mamársela, pero, era tan grande que no me cabía toda, él me agarró del cabello y me empujó la cabeza hacia abajo haciendo que su verga llegará hasta el fondo de mi garganta, casi no podía respirar, pero, sin embargo seguía con mi ritmo mamándosela, luego se la sacó de mi boca y me puso a chuparme sus pelotas, mientras mi mano continuaba boleándosela. No satisfecho con esto, me ordenó que me arrodillará en el piso, le dije que me daba miedo, pero, el contraatacó y me dijo que le obedeciera, que me quería ver entre sus piernas como una perra…vamos putica, arrodillate, mama esta vergota, obedéceme…sin poder resistirme a sus palabras me coloqué de rodillas entre sus piernas. Mira tu caramelo, abre tu boca perrita. Y me colocó su vergota en mi boca. Nuevamente comencé a mamársela, metiéndomela y sacándola de mi boca, le lengüeteaba su cabezota y le bajaba hasta sus ricas pelotas, luego volvía a subir y me llevaba nuevamente esa vergota hasta el fondo de mi garganta. Se retorcía en la silla, lo sentía súper arrecho. Me susurraba cosotas, me decía: sigue así putica, que rico mamas…ahh…ahh…chupala más, comete esas pelotas, dale lengua perra, eso…eso…ahhh…..que rico. Yo obedecía, me sentía súper bien complaciéndolo en todo lo que quería. Sabía que estaba por correrse, por lo que aceleré mi mamada, hasta sentir su primera descarga de leche caliente y espesa en mi boca……………….ahhhhh…ahhhhh….ahhh…..yaaaaaaa…..me vengoooo.,….ahhhhh, que rico….chupa perra, tómatela toda….ahhhh…ahhhh.. Yo tragaba y tragaba leche, pero, era tanta su descarga que se me salía por entre las comisuras de mis labios, seguía y seguía saliendo leche y yo tragaba y tragaba ese manjar delicioso que me habían dado, por fin dejo de salir semen de esa vergota rica y aproveché para limpiarle todo el rastro de leche de su verga y de mis labios, terminé dándole lengüetacitos en sus pelotas y en la cabezota de su verga hasta sentir como se reducía su tamaño.
Luego me incorporé disimuladamente y me senté satisfecho en mi silla. Igual hizo Fernando, se arregló su pantalón, nos miramos y nos sonreímos maliciosamente, nos concentramos nuevamente en la película la que terminó 5 minutos después de nuestra faena, eran ya las 11:30 PM, esperamos que todos salieran y luego salimos juntos del teatro. Me dijo que me invitaba a comernos una hamburguesa y que luego me podía llevar hasta mi casa, yo acepté radiante la invitación, así me evitaba tener que ir caminando hasta mi casa y fuera de eso con el estómago vació.