Relatos Eróticos Gays
El profesor de mi vida | Relatos Eróticos de Gays
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Hola, me llamo André, tengo 17 años y resido en Chile; soy una persona que desde niño ha sido muy traviesa y movida, aunque siempre he sido responsable y amable con las personas que quiero y que para mí merecen respeto. Mi vida ha estado siempre llena de incógnitas que siento que debo resolver, por lo cual me aventuro a nuevas emociones guiado por mis instintos y por mi corazón también. Esta vez les contaré acerca de algo que me sucedió hace 2 años aproximadamente.
En el colegio, mi clase favorita era Química, no solo porque me gustara la materia sino porque me gustaba el que lo enseñaba. El se llamaba Carlos, tenía 22 años y era un profesor nuevo en nuestro colegio y nuevo en su profesión. Era alto, r. Desde el primer momento en que lo vi sentí gran atracción por él, no sólo sentía un deseo incontenible de que me posea, sino algo mas inocente y puro, algo que iba más con mi edad(15 años).
Fui muy empeñoso en sus clases, obtenía las mejores notas. Carlos comenzó a sentir un especial aprecio por mi, yo suponía que era por mi esfuerzo, pero al parecer estuve equivocado. Siempre me felicitaba por mis trabajos y cuando no había nadie me acariciaba el rostro y me decía que era el "alumno soñado". por mi parte, yo sólo podía agradecerle sin intimidarme; parece que eso le gustaba.
Los días y los meses transcurrían en esa misma situación, pero cada vez esa relación se hacía más estrecha; lo consideraba un amigo, y el también me consideraba así. En muchas ocasiones me declaro que me quería mucho y en una ocasión yo me atreví a darle un beso en la mejilla. El solo sonrió.
Una tarde, a la hora de salida de clases, el se quedó solo en el salón; como me demoré un poco en salir (lo hice intencionalmente) me llamó y me dijo que me acercara. Después me dijo que me acercara a él para que lo ayude a ordenar unas fichas bibliográficas. Yo junté una silla cerca al escritorio para sentarme. Entonces comenzamos a hablar; hablamos de muchas cosas. En algunos momentos él me miraba y me cautivaba. A medida que hablábamos, me acercaba cada vez más a él; podía sentir un aroma delicioso que me embriagaba y me extasiaba; el olor de su cabello, de su cuerpo, de su deseo. No podía quedarme quieto tan cerca de él. Me arrodillé en la silla y comencé a jugar con las fichas y a lugar conmis pies. Entonces, en el instante siguiente, él me cogió de mi cintura sin decirme nada, con un deseo y una ternura indescriptibles. Todo transcurría en cámara lenta, muy lenta; disfrutaba toda esa sensación. Me acercó a su cuerpo y me besó y acarició. Mi cuerpo no me obedecía; estaba extasiado de tanto amor. No podía corresponder todos esos besos porque había quedado inmóvil. Sus manos me cargaron como si yo no tuviera peso, como si cargara una pluma. En ese momento sentí que nada podía hacerme daño. me sentí más protegido que nunca; parecía un hermoso sueño, nunca despertaría. Sentí que me cargó hasta su auto; en el colegio no había casi nadie. Todos los que me veían debieron pensar que me había enfermado y desmayado pero nadie se acercó.
Me subió al auto, en la parte trasera, junto a él. Me besó como antes y yo lo correspondí y le di un beso en los labios que no recuerdo cuánto duró, pero se que mucho tiempo. Después me dijo: "Te amo, te amo desde que te vi, y ahora que te tengo no te dejaré nunca, serás mío". Yo no le respondí con palabras, pero lo hice con mi cuerpo. Le entregué mi cuerpo entero para que haga lo que quisiera con él. Después me senté con él en la parte delantera, su auto era muy amplio. Nos sentamos juntos en el asiento del piloto, yo encima de él mientras el conducía. Podía sentir por debajo una exquisita sensación, algo muy cálido. El estaba muy excitado pero no me pidió que haga nada indecente, aunque yo lo pude haber hecho con gusto.
En esta ciudad no hay mucho tráfico, y menos aún a esa hora; estábamos solos en la vía. Llegamos a su casa; me cargó nuevamente y entramos a su habitación. Era muy cálido y la cama estaba arreglada. Las cortinas estaban cerradas, al igual que los vidrios. Entonces cerró la puerta y acomodó las almohadas para que yo me echara. Después salió y me dio un poco de soda. Le agradecí y luego se sentó al costado mío y me dijo que me amaba y que quería estar conmigo esa tarde. Yo le dije que eso era lo que yo más deseaba y que era todo suyo. El sonrió y me dijo: “entonces hagámoslo mi niño bonito”. Sonreí pero a la vez quería llorar de la emoción....lo amaba demasiado.
El se arrodilló en la cama y se sacó la camisa y el VVD. Su cuerpo era perfecto, no era ni delgado ni grueso. Sus pectorales y sus abdominales estaban muy bien formados y sus brazos eran los mejores que había visto. Felizmente yo siempre entreno natación y entrenaba gimnasia desde pequeño, así que mi cuerpo estaba muy bien formado también. Cuando me sacó mi camisa, acarició mi cuerpo y yo sentí que me iba a desmayar. Yo también toqué cada parte de su hermoso cuerpo e hizo un gemido de excitación. Mis manos me ardían de deseo al tocarlo. El me miraba fijamente sin hacer nada mientras yo lo acariciaba y le bajaba los pantalones. Entonces lo empujé levemente para que se echara y tocaba su cintura y besaba su estómago Después fui bajando hasta llegar a su sexo. Me encantaba el olor. Lo toqué y era cálido, me encantaba. El se excitó rapidamente y su yo lo cogí con mis dos manos. Era inmenso, medía unos 24 o 25 cm. No me imaginaba cómo es que eso entraría dentro de mi. Tan solo lo cogí y lo lamí, de principio a fin; me encantaba. Sabía muy bien. Después lo metí a mi boca, pero sólo podía entrar la mitad de ella. Aun así lo hice disfrutar mucho. En ocasiones se contraía y gemía. No quería que ese momento acabe. Después me levantó y me dijo que me pusiera de espaldas. Entonces sentí que introdujo 2 dedos en mi y me comenzó a dilatar y a prepararme. Me lo hizo con pasión y me preguntó: “¿te duele mucho mi amor?”. Yo sólo le dije que no y que por favor siguiera. Después de un momento de placer me dijo: “nunca te olvidarás de mi”. Eso me asustó un poco pero sabía que no me haría ningún daño. Me colocó en cuatro e introdujo su cabeza en mi, fue como una descarga eléctrica que nunca había experimentado. Estaba muy bien dilatado y entró la mitad de su sexo con gran facilidad. Después comenzó con unos movimientos continuos que me hicieron ver las estrellas y todas sus posibles constelaciones. Era delicioso y a la vez doloroso, indescriptible, hermoso.
Mientras que me penetraba me decía cosas al oído muy lindas. Eso me excitó mucho mas y le di lo que se merecía. Presioné su cuerpo al de él cada vez mas rápido y continuo, con gran agilidad. El al igual que yo comenzamos a gemir mientras cogía mi sexo para excitarlo aun mas. El movimiento y la lujuria estaban en el punto máximo. Todo parecía estar a punto de estallar. Cogí su mano y la presioné con fuerza mientras él hacía un largo grito como de auxilio. El momento de clímax total llegó al fin y él dejó salir todas sus emociones y todo su deseo y excitación en forma de un líquido cálido y puro que me bañó completamente. No puede describir cuánto era pero no paraba de salir y me mojaba toda la espalda y el trasero. Yo también llegué al momento de lujuria y pasó lo mismo. Como un último esfuerzo me ti en mi boca todo su sexo y tomé una cantidad impresionante de semen que, Carlos, al besarme disfrutó al igual que yo.
Después de todo ese hermoso episodio caímos rendidos uno al costado del otro y yo me quedaba dormido mientras él me besaba y me acariciaba con su rostro diciéndome que me amaba como a nadie jamás había amado.
A la mañana siguiente, rescordé que no había llamado a mi casa, así que le pedí Carlos su teléfono y llamé a mi casa diciendo que me había quedado estudiando con mi profesor porque el se ofreció a enseñarme “algunas cosas”. Todos en mi familia se aliviaron y no me reprocharon nada porque saben que soy responsable....
En ese momento vi a Carlos riéndose por lo que había hecho y me lancé encima de él y me besó. Después me dijo que me bañara y yo me sorprendí ya que pensaba que nos bañaríamos juntos, entonces pensé que él ya no quería nada conmigo. Tan solo me fui al baño un poco enojado pero cuando me estuve bañando, el entró a la ducha desnudo y me dijo que nunca se perdería esto por nada. Lo besé y me llevó a mi casa. Nos despedimos y me dijo que estudie mucho para los exámenes y yo sonreí..