Relatos Eróticos Gays

El desconocido del cine | Relatos Eróticos de Gays

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Era el miércoles a la noche. Hacía cuatro horas que había llegado del viaje. Seis horas arriba de un micro, son bastante cansadoras, más cuando salí del trabajo con el tiempo justo. Pero por suerte me iba a tomar unos días. La familia quería que me quedara con ella, más yo había viajado para ir a un lugar determinado. Toda la semana, lo había deseado, lo había esperado, nada ni nadie podrían impedírmelo... Me abrigué, salí a la calle. Eran las 11 de la noche. Fui a tomar el colectivo que me dejaría justito en el mar. Hacía frío. El otoño y el invierno en los lugares de veraneo son bastante crudos. Cuando el transporte me dejó en el mar, aspiré hondo, hacía bastante que no nos encontrábamos y me hacía falta. Había poca gente por la calle, claro era miércoles, la mayoría llegaría al día siguiente... Caminé un rato por la rambla, mirando las olas, tratando de llenarme los pulmones de ese aire límpido, de esa caricia. Sin pensarlo más y esperando encontrar a alguien, me dirigí por la peatonal directamente hacia allá.

Tenía el dinero en la mano, caminé, como si el tiempo no importara, tratando de andar al descuido, imaginando tontamente que iba a encontrar a algún conocido, que me verían entrar, que sería el comentario de todo el mundo... Entré a la galería tratando de no impacientarme. Llegué a la boletería. Pagué la entrada. Saludé al vendedor: "hace un tiempo que no venís", "Estoy de vacaciones, hasta el domingo" le dije. Entré, habían dos o tres sentados en la barra, tomando o charlando, me vieron entrar y siguieron con lo suyo, me dirigí al urinario, no había nadie, me miré en el espejo. Unas pequeñas ojeras surcaban mis ojos verdes, no era mucho, en la oscuridad no se nota... Me lavé las manos, me las sequé en el pelo, me arreglé un poco y subí... Pasé por la sala hétero, habría diez o doce personas, no me interesó demasiado, seguí. Para llegar a la sala gay, tenía que pasar por un pasillo oscuro, en donde se encuentran las parejas demasiado calientes. Como recién había llegado y todavía la vista no se me había acostumbrado a la oscuridad, cuando pasé me tropecé con uno que le estaba chupando la verga a otro, pedí disculpas y traspasé las puertas...

Entré, la cortina del fondo se estaba moviendo demasiado... señal de que por ese sector había actividad. Todavía no me animé a pasar para allá. Me senté en una de las butacas. Cercana al pasillo, para poder pararme a voluntad, si lo llegaba a necesitar. Me puse a ver la pantalla, sin darle demasiada importancia. En eso siento una mano apoyándose en mi pierna, yo imperturbable, seguí mirando la película, como si en ello se me fuera la vida. En eso siento un aliento rancio, que trata de besarme el cuello... inmediatamente sin mirar me levanto, me paro a un costado del pasillo. Hay dos o tres parados. Uno se me acerca, me siento en una plataforma que hay entre las butacas y la cortina. Me apoyo la mano en el bulto y sigo mirando la película. Se me para al lado, me mira y cuando da vuelta la vista miro yo. Lo que vi me gustó bastante. Era alto, pelo corto, flaco, de físico normal.

Vestía informal. Me vuelvo a parar y roza mi mano con la suya. Lo miro, le sonrío y me dirijo al pasillo oscuro. Enciendo un cigarrillo.

Había tres parejas haciendo lo suyo y dos o tres solos, con la pija al aire masturbándose o simplemente mostrando, hasta que alguien se les acerque. Me quedé parado, no tenía ganas de estar con ninguno de ellos por el momento. En eso se abre la puerta y veo que viene el que me rozó la mano. Lo miro, o mejor dicho, miro la sombra de su cuerpo. Se acerca. Se para al lado mío. Me vuelve a rozar la mano, se la toco, me la agarra, se la agarro. Se acerca más y me muerde la oreja... lo dejo hacer. Sigo con el cigarrillo en la mano, pero no puedo seguir fumando. Me empieza a besar la cara, llega a mi boca que tiene los labios abiertos que están ansiosos por ser besados... su lengua juega con la mía en un beso que comienza tranquilo y luego se va haciendo más apasionado nos abrazamos con fuerza. Tiro el cigarrillo.

Llevo mi mano hacia su bragueta que tiene un trozo bastante grande... se desabrocha el pantalón y se la saca. Con mi mano la agarro, ya está medio dura, con mis caricias se endurece más. Seguimos besándonos, me toca la cola, lo dejo hacer. Trata de bajarme los pantalones, en el apuro no puedo desabrocharme el pantalón. Lo logro. Me toca la verga, que ya está dura. No le interesa, sigue para el culo. Lo toca. Me aprieta. Su lengua está metida en mi boca, se la muerdo despacio, su aliento huele a menta, su perfume es frutal y aunque lo conozco no logro reconocer su nombre. No me interesa. Hace demasiado calor... o el calor de nuestros cuerpos es tal que transpiramos como locos. Sentimos otras manos que nos empiezan a tocar. Ahora no quiero.

Trato de apartarlas. Tengo los pantalones por los tobillos, mi cola es sobada por sus dos grandes manos su verga cada vez se agranda más y más, no para... Acaricio todo su cuerpo, es peludo y tiene las tetillas erectas, se las pellizco, le gusta. Le comienzo a abrir la camisa despacio, botón tras botón... Me dice al oído: "Acá hay mucha gente, vamos al baño..." Asiento, me levanto los pantalones como puedo.

Camino, por la oscuridad, varias manos me tocan, me llaman, no les doy importancia. Atrás mío tengo a mi amante que con una mano en el culo que me empuja para seguir. Traspaso la cortina. Sin mirar la barra me dirijo al baño. Todavía no le había visto la cara a la luz... Me detengo en uno de los urinarios. Siento su aliento en la nuca. Me besa, me besa el cuello, apoya su cintura sobre la mía, está durísimo. Baja alguien. Me indica por señas que nos metamos en una de las cabinas.

Lo sigo. Ahora lo veo bien. Lo que veo me gusta mucho. Tiene el pelo castaño claro, medirá 1,80, lindo físico, ojos azules. Y cuando me sonríe, tiene unos dientes lindos y claros... Me sacó el abrigo. Subió la camiseta y me empezó a besar el pecho mientras me bajaba los pantalones. Agarré su camisa, despacio le desabroché todos los botones, tenía un hermoso pecho, coronado por bello que lo recorría todo hasta su cintura plana, sin apuro con mis manos le fui acariciando sus pectorales, me incliné y le comencé a pasar la lengua por las tetillas, primero una, luego la otra y gracias a mi contacto se pusieron durísimas. Descendí lentamente, no quería perderme ningún rincón de su anatomía. Cuando le metí la lengua en el ombligo suspiró y se comenzó a reír despacio. Con pequeños mordiscos llegue hasta su bragueta, se la abrí, desabroche su cinturón y de un tirón le bajé los pantalones, llevaba un hermoso slip de lycra blanco ajustado, el cual le marcaba todo el bulto y los huevos. Estaba hambriento. Mi boca cada vez más se llenaba de saliva, al ver el espectáculo que tenía ante mi vista. Sus manos se apoyaron en mi cabeza y la dirigió hacia su entrepierna, empecé a morder todo el contorno de su pene, mientras él daba suspiros de placer, con la lengua empecé a bordear toda la tela, ya estaba mojada de saliva y de líquido preseminal. La cabeza ya estaba sobresaliendo, no me pude aguantar y me abalancé sobre ella. Mis manos bajaron el slip hasta la mitad, dejé los huevos dentro.

Agarré la herramienta y mi lengua se puso a serpentear sobre la punta, desnudé el glande y me lo metí en la boca, saboreando su gusto salado, me apoyé en sus caderas y le termine de bajar totalmente la ropa, con un dedo húmedo de saliva empecé a juguetear con su cola, hasta llegar hasta el ano, el cual estaba cerrado... Me hizo levantar, me volvió a besar. Me hizo dar vuelta. El espacio era reducido, pero lo hice lo mejor posible. Sentí sus besos sobre mis nalgas, sus dientes, esperando que no me quedaran marcados... Su lengua empezó a buscar esa oscura gruta que llena de placeres, cuando me metió su punta pensé que estaba en el cielo. Luego escuché el sonido característico del profiláctico saliendo de su envoltura, aunque tenía ganas, me di vuelta... "Acá no, acá no me gusta" le dije. Yo estaba agachado. Me mostró su verga de más de 20 cm. Que estaba durísima.

Abrí la boca. Sentí su dureza, me la fue metiendo despacio. Casi me atraganto, pero lo aguanto. Comienza a cabalgarme la boca, le agarro los huevos, se los masajeo, me doy cuenta que está por llegar... sigue... suspira... noto en mi boca, su cálida crema que me inunda, nunca la trago, no puedo. Me aparto. Acaba sobre la pared... Con un pañuelo descartable, me seco la boca, me levanto, trato de subirme los pantalones, él me lo impide, se arrodilla, toma mi verga entre sus labios y la empieza a chupar con maestría. No puedo más. Siento que aunque quiera aguantar, no puedo, me llega... Se da cuenta, me mete un dedo en el culo, chupa cada vez más rápido... no doy más, siento que mis huevos se contraen y empiezo a despedir toda mi leche... Se la traga... Estamos los dos totalmente sudados, nuestros alientos entrecortados, nos damos un beso largo apasionado... mi semen se mezcla en nuestras bocas. Nos abrazamos... Nuestros corazones se apaciguan, nuestras respiraciones vuelven a la normalidad... Seguimos en el abrazo, recién ahora me doy cuenta que estamos en la cabina de un baño, vuelvo a la realidad. Nos miramos, sonreímos. Nos acomodamos lo mejor posible la ropa... Primero salgo yo. No hay moros por la costa. Está todo bien. Antes de subir nuevamente y mientras estoy lavándome la cara, me vuelve a abrazar. Me doy vuelta. Nos damos otro beso... :"Cómo te llamás?", "Roberto", me dice... "Si me aguantás arreglo con un amigo que está en la sala y dentro de un rato nos vamos a mi departamento... Te parece?" "Acabo de llegar y estoy muy cansado" le contesto, "Si me esperás lo podemos pasar muy bien..."... Lo pensé... Pero eso es otra historia...

 

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