Relatos Eróticos Filial
Tengo Sexo con mi Primo | Relatos Eróticos de Filial
Publicado por Carolina el 22/09/2015
Cuando tenía 8 años hubo una fiesta familiar en casa de mi tía, hermana de mi mamá. Éramos varios niños y niñas. Nos hicieron dormir amontonados todos en un mismo cuarto muy temprano. Desperté por la música durante la noche, y vi a mi primo de 10 años despierto. Empezamos a hablar nos acostamos arropados con la misma cobija. En la cama estaban dos primitos dormidos. Él se hizo a mi lado izquierdo y estando tan cerca las caritas nos empezamos a besar. Yo no había besado a nadie antes. Nos besamos mucho, como en la tele. La cosa se calentó un poco por que note algo abultado en su pantaloneta y sentí mucha curiosidad y le metí la mano. Al principio lo sobé un poco, luego lo agarré bien y lo masturbé, como si fuera instinto natural, me cansé un poco y lo solté y mi primo me pidió que siguiera, entonces seguí y empecé a sentir en mi vagina algo como si se apretara. Escuché a mi primo respirar fuerte y luego se detuvo, entonces me di cuenta que ya había terminado, y su pene aún seguía durito. Luego mi primo me metió la mano en mi short y trató de sobarme, y como me estaba gustando abrí las piernas como alicate. Puse mi mano sobre la de él y logre que me masturbara justo en el clítoris. Yo nunca antes me había masturbado. Cuando me hizo venir, sentí que mi corazón palpitaba mucho. Después nos acomodamos la ropa y nos seguimos besando.
Después de unos dos meses estuve de vacaciones en la casa de mi tía, fueron las mejores vacaciones de mi vida y las estaba esperando mucho, ya que no podía dejar de pensar en mi primo. Yo ya había cumplido 9 años y el 11. Desde el primer día buscábamos escondites y lugares solitarios en la casa para besarnos, hasta que llegó el día en que nos quedamos solos. Hubo otra reunión y nos hicieron dormir en la misma habitación. Por supuesto que no nos dormimos, le volví a meter la mano para masturbarlo y él me masturbo a mí, entre intervalos, entonces él se subió encima de mí, para ese momento estaba muy excitada, al principio no me entraba, incluso se iba para abajo y yo quería tenerlo dentro, lo tomé y lo puse en mi rotico, cuando empezó a entrar me dolió pero respire hondo y finalmente mi primo me lo metió. Esa fue mi primera vez por la vagina. Sentí rico aunque ese día no terminé. Luego nos paramos y fui al baño de la habitación y vi mi vaina con sangrecita, yo no sabía nada de sexo y pensé que como a mi mamá me había venido el periodo. Me bañé junto con mi primo y ahora si nos acostamos a dormir.
Pasaron dos días y mi tía salió al mercado, entonces quedamos solos otra vez, estábamos en la sala viendo tele y allí besamos y nos quitamos la ropa, era la primera vez que veía a mi primo desnudo con luz, eso me excitó mucho y mi primo me masturbó; le dije: mételo como la otra noche. Esta vez me ardió un poquito pero logré terminar. De allí en adelante, cada vez que nos quedamos solos, o que mi tía se dormía, o que nos encontramos en algún rincón oscuro de la casa, mi primo me penetraba y a mí me gustaba, hasta el punto que dejé de ponerme ropa interior y vestía con shorts.
Se acabaron las vacaciones y yo hice un berrinche enorme para quedarme con mi tía pero no funcionó.
Pasaron tres años y me enviaron de vacaciones a casa de mi abuela materna, y mi primo hermoso también estuvo allí. Fueron mis segundas mejores vacaciones. Ahora yo tenía 12 años y el 14. Yo me estaba formando, ya tenía senitos y mi caderitas estaban un poco más anchas, y mi primo estaba más fornido y tenía sombra de bigote, aunque no se lo dejaba. Lo mismo que tiempo atrás, tan pronto nos vimos buscamos la manera de estar solos y de pasarla rico, pero ahora era un poco diferente.
La primera noche en casa de mi abuela, él estaba en su habitación y se pasó a la mía. Nos besamos con fuerza y rápidamente nos quitamos la ropa, yo ya tenía la vagina mojada cuando él me entró. Me lo hizo muy rico y me hizo venir y de forma abrupta me lo sacó y sentí como me disparaba con un chorro de semen. Eso me asustó un poco pero cayo fuera, lo toqué y luego lo olí por primera vez. Mi primo me dijo que ahora debíamos tener cuidado, yo ya sabía que pasaba si se venía dentro.
En las noches veíamos televisión con la abuela, pero le daba sueño y se acostaba rápido, así que nos acomodábamos en el sillón grande y nos abrazábamos. Luego teníamos sexo, él me metía la mano por el short y yo se lo jalaba, hasta que se venía en mi mano. Pero una noche hubo algo distinto. Nos besamos y sentí su pene en mis nalgas, lo hicimos de cucharita, él me dijo al oído que quería terminar dentro de mí, luego me lo sacó de la vagina y me lo puso en el ano, lo metió suavecito porque le dije que me dolía, empezó a bombear, y me masturbaba mientras me culiaba, me gustó y empecé a apretar el culito, así que me hizo venir y luego sentí su semen dentro de mí. Esa fue mi primera vez por detrás. Al siguiente día, mientras la abuela hacia el almuerzo me fui a duchar, no sé cómo hizo, pero mi primo se metió cuando estaba toda enjabonada, nos besamos y él me cogió los senitos, me excitó muchísimo, me penetró estando de pie, luego me volteó y quedé contra la pared, me lo volvió a meter por el ano, esta vez dolió menos y me masturbó al mismo tiempo. Él acabó primero porque lo sentí dentro y le dije “no pares-no pare” y tantito después me hizo venir a mí también, y lo que me gusto de esta vez fue sentirlo durito dentro de mi culo. Se acabaron las vacaciones.
Pasaron otros dos años para volverme a reencontrar con mi primo. Sucedió que vino a mi casa a pasar unos días. Yo ya con 14 y él con 16. El primer día apenas cerró la puerta me tiró al piso y me sacó la ropa, mi mamá no estaba a esa hora, así que lo hicimos allí, me penetró por la vagina en posición normal, yo arriba y él abajo, paró varias veces porque estaba que se venía, hasta que le dije muévelo que me vengo, y me vine. Luego me puse en cuatro y el me lo metió por detrás hasta que acabó. Lo seguimos haciendo así por algunos días, hasta una mañana que fuimos a piscina y al regresar notamos que estábamos solos, y nos fuimos a mi cuarto; él me empezó a secar y me quitó el traje de baño que era de dos piezas, me besó la boca, luego los senos, y hasta que bajó a mi clítoris y empezó a lamerlo, luego me lo chupó y a lamerlo otra vez. Esa fui la primera vez que me la chuparon. La sensación fue grandiosa y me excitó tanto que me vine con su lengua. Después me senté en la cama y quise retribuir atenciones, le bajé el traje de baño a mi primo y se lo empecé a lamer, luego me lo metí todo en la boca y quise chupárselo pero era algo difícil, me las arreglé y logré que mi primo estallara dentro de mi boca, estuvo unos segundos allí mientras sacaba todo. Cuando lo solté me sentí rara y no supe que hacer y me lo tragué, por un momento casi me vomito pero luego estuvo bien. Antes de que mi primo se fuera, lo hicimos de muchas maneras.
Cuando tenía 16 años quedé embarazada de mi novio de colegio. Fui a casa de mi tía una noche porque tenía una cita médica cerca a su casa. Cuando mi primo me vio embarazada de seis meses me dio vergüenza. Él me saludo muy distante y eso me dolió. Esa noche nos quedamos viendo televisión hasta tarde, como cuando éramos chicos, y yo recordaba como lo hacíamos y que tenía ganas de volverlo a hacer con él, pero mi primo se levantó y por primera vez se fue a dormir antes que yo. En ese momento me di cuenta que me importaba mucho mi primo. Yo me casé con el papá de mi hijo cuando cumplimos la mayoría de edad y nos separamos cuando yo cumplí 24 años.
Después de un año de separada, mi primo me llamó para pedirme un favor. Vivimos en ciudades distintas, y por cuestiones laborales necesitaba quedarse en mi ciudad. Yo le ofrecí hospedaje. En la noche que llegó, mi hijo había salido de paseo con su padre, estaba sola en casa. Hablamos de cosas triviales hasta que llegó la hora de dormir, subí a mi habitación y me bañé, lego me puse mi pijama y algo de crema en las manos y recordé: no le dije a mi primo en que habitación podía dormir, así que baje hasta la sala donde había quedado y se dobló el tobillo y casi caigo por las gradas. Mi primo corrió hasta mí, me cargó y me llevó hasta el sofá, allí trato de darme un masaje en el tobillo doblado, pero nos quedamos viendo y sin decir nada nos besamos, me metió la mano y me quitó la pijama, me besó como nunca, con desespero y bajo hasta mi clítoris para hacerme ver estrellitas. Como pude lo desvestí y se lo mamé. Luego me cargó hasta la habitación, allí me cabalgó, me dio por detrás, me sobó el clítoris, y me volvió a cabalgar hasta que me dijo: avísame cuando te vayas a venir porque estoy que me estallo; ya casi, le respondí. Me puso en posición normal, yo abajo y él arriba y se vino dentro de mí. Esa fue mi mejor experiencia porque fue la primera vez que hice el amor.
Como no todo es perfecto, mi primo también se había casado y lo sigue estando, pero busca la manera de venir a verme y yo lo disfruto mientras dura.