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Secretos entre tía y sobrino | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por Sabrina el 07/01/2021

Mi nombre es Sabrina, la historia que voy a contarles sucedió cuando yo tenía 18 años, soy una mujer de rostro hermoso, mirada profunda, delgada y buena figura, nalgas firmes y senos grandes. A mis 18 años mi vida sexual era muy activa, perdí la virginidad a los 17 y en un año había tenido relaciones con al menos 5 chicos diferentes, después de mi primera vez me convertí en una ninfómana, me masturbaba todos los días y siempre estaba excitada.

A mi sobrino Rubén tenía años sin verlo, su padre, mi hermano, es en realidad medio hermano hijo de mi padre y casi 30 años mayor que yo, así que Rubén y yo somos contemporáneos, de hecho yo tenía 18 y Rubén 19. Lo cierto es que no nos veíamos desde que yo tenía 14 años y ahora que nos habíamos reencontrado éramos muy unidos, salíamos juntos e íbamos de fiesta.

En ese momento yo salía con un chico llamado David, teníamos sexo en todos lados, realmente en todos lados, en el baño del centro comercial, yo le hacía sexo oral mientras David conducía, teníamos sexo en el estacionamiento, en todos lados. Pronto comenzamos a salir los 3 a discotecas y bares, bailabamos, bebíamos y al final de la noche nos íbamos a casa de mi primo, pues él vivía solo en ese entonces ya que su familia vivía fuera de la ciudad y él se había mudado a mi ciudad para estudiar en la universidad. En casa de Rubén las escenas de sexo entre David y yo eran seguidas y descaradas, y en más de una ocasión Rubén nos encontró, incluso comento que me escuchaba cuando gritaba en medio de algún orgasmo. En una oportunidad recuerdo que David estábamos teniendo sexo en el sofá de Rubén, cuando mi primo salió de su cuarto para ir al baño, nos vio y a mi me produjo mayor excitación, saber que me veía me ponía a mil, así que en lugar de detenerme o taparle seguí y gemi con más fuerza, Rubén se quedó mirando un momento y con su mano acomodó su entrepierna, pero no lograba ocultar su erección, entonces le pregunté te gusta lo que ves? No dijo nada, solo se tocó el pene por encima de la ropa y paso al baño. Cuando David y yo terminamos de tener sexo esa noche fui al baño y al pasar por el cuarto de mi primo pude escuchar un leve gemido, se estaba masturbando y fue cuando supe que le calentaba verme teniendo sexo. Mi exhibición delante de Rubén se hizo más frecuente y él se masturbaba cada vez, nunca me decía nada pero empezó a dejar su puerta abierta al masturbarse, así que yo me asomaba y lo veía.

Una noche David y yo tuvimos una sesión de sexo en el asiento trasero del auto mientras Rubén conducía, al llegar a la casa David estaba rendido y se acostó de inmediato, Rubén en cambio me susurró me haces sufrir, y se fue a su cuarto a hacerse su respectiva paja, pero yo seguía caliente así que lo seguí y sin que dijéramos palabras le quite el pene de las manos y le hice sexo oral, pude notar que su pene era más largo y más grueso que el pene de David. Sin dudas el pene de Rubén lo deseaba dentro de mi. Pero esa noche solo fue sexo oral, chupe su pene y lo hice acabar en mi boca, tomándome hasta la última gota de su semen. Y me fui a dormir con David.

El siguiente fin de semana llegó y Rubén y yo intercambiamos muchas miradas, hasta que llegó la noche y obviamente yo tenía sexo con David, como siempre, esta vez estábamos en una habitación en la comodidad de la cama, yo estaba sobre David sintiendo su pene dentro de mí y de pronto sentí la mano de Rubén acariciar mi espalda, al principio no supe cómo reaccionar, pero David no solo me sonreía sino que guió la mano de Rubén a mis senos y le dijo aprovecha, entonces me desinhibí completamente, uno mis labios a los de Rubén mientras montaba el pene de David, mi vagina estallaba de placer y sentí la leche de David llenarme por dentro, entonces David cambio de posición, me acostó y sujetando mis brazos le dijo a Rubén montala, mi sobrino no lo pensó, sacó su pene y lo metió en un solo movimiento dentro de mi vagina y automáticamente comenzó a bombear, con firmeza y fuerza pero con movimientos pausados, lo metía completo, esperaba un segundo y luego volvía a bombear, sentí que estallaría de placer, David metía sus dedos en mi boca mientras Rubén me cogía finalmente, yo solo gemía y sentía los orgasmos llegar uno tras otro, hasta que Rubén con un gemido profundo hizo su último bombeo, metiendo su pene con fuerza y llenando mi ser con su leche. Al sacar su pene de mi vagina me moví para hacerle un oral y limpiar su pene delicioso, quedé en cuatro con mi trasero parado hacia David así que el aprovecho para meter sus dedos en mi dilatada vagina llena de semen. Luego los tres nos acostamos en la cama y nos dormimos.

Casi dos años estuve en una relación con ambos hombres, David era mi novio pero Rubén nos acompañaba en la cama casi todos los fines de semana. Las cosas terminaron cuando Rubén y yo comenzamos a vernos también a solas, un día cualquiera entre semana estábamos en su casa teniendo sexo, era temprano, serían las 3 de la tarde y desafortunadamente sus padres, mi hermano y mi cuñada, llegaron, no les gustó encontrar a su hijo en la cama con su tía, pero esa es otra historia.

 

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