Relatos Eróticos Filial

Mi marido no me da verga. Recurro a mi hijo. (2) | Relatos Eróticos de Filial

Publicado por Afroditayapolo el 30/04/2024

Después de ir seduciendo a mi hijo Carlos día a día sin ninguna cortapisa, por fin se dio lo que siempre anhelé: ¡Nos convertimos en amantes! Desde ese momento hasta la fecha no hago más que fornicar todos los días con mi adorado hijo, y muchas veces nos tiramos dos o tres polvos diarios. ¡Me siento feliz! No hay nada más placentero que hacerlo con tu propio hijo con esa vitalidad juvenil que a nosotras las mujeres nos hacen dichosas. El morbo que más me excita es que siendo yo su madre y él mi hijo gozamos sin cesar todos los días.
Luego de estar copulando con mi hijo más de tres semanas, todos los días y varias veces al día, excepto cuando llegó mi esposo Darío por unos tres días, mi hijo me comentó:
─Gloria, estoy pensando una cosa −me dijo mi bebé.
─ ¿Qué cosa mi cielo, hay algo que te inquieta o algún problema mi hijo?
−No mamá, te quería proponer algo que una vez te lo comenté y que podría “sazonar” más aún más nuestra vida sexual.
─ ¿Y qué es mi amor? −le pregunté curiosa.
─Quiero tomarte unas fotos mi gatita, por primera vez en lencería por supuesto y luego completamente desnuda.
─Ay corazón, pero ¿no crees que sería muy arriesgado? −le interrogué.
─No, no te preocupes mamá, las fotos las tomaría sin que se vea tu rostro.
−Bueno eso suena mejor, ¿y con qué fin me vas a tomar esas fotos, si ya me ves calata, en cueros todos los días? Jajajaja, y sin mencionar lo bien que follas a tu madre ¿eh? Jajajaja…
─Jajajaja, es que me gustaría que mis amigos vean tu cuerpo desnudo, se tiren unas buenas pajas a tu nombre, eso me excitaría mucho y si me preguntan quién sería esa mujer yo les diría simplemente que me estoy cachando una mujer casada, que le gusta la verga como el chocolate.
−Mmmm Carlitos, no está mal la idea mi amor, mmmmm, suena interesante, me gusta, me pone caliente saber que otros ojos van a ver mi cuerpo, creo que no habría ningún inconveniente mi bebé.
−Entonces preciosa este sábado empezamos a tomarte fotos, ya que no tengo clases en la universidad y sería por la tarde, ¿qué te parece princesa?
─Sí, me parece buena idea mi hijo, entonces así quedamos.
Después de terminar la plática mi hijo me llevó a la piscina, como ya es costumbre todos los días, ambos estábamos semi desnudos: él con el calzoncillo slip y yo con mi brasier e hilo dental. Nos metimos al agua inmediatamente para aplacar el calor que nos agobiaba. Comenzamos a besarnos apasionadamente, nuestras lenguas se entrelazaban una con otra. No nos preocupaba que los vecinos pudieran ver, ya que las paredes que rodean a nuestra piscina están muy altas y el edificio más próximo se encuentra a más de 200 metros de distancia. Inmediatamente mi hijo me desnudó y yo hice lo mismo que él, por lo cual nos quedamos desnudos dentro del agua. Mi Carlitos empezó a mamarme los pezones uno a uno, yo disfrutaba cada segundo recordando que cuando era un bebé hacía lo mismo, mientras tanto con mi mano derecha le masturbaba deliciosamente haciéndole una buena paja a su hermoso y majestuoso cipote.
–Oooooh, oooooh, oooooh, sigue mi vida, sigue mamándole aaaaah, aaaaah, aaaaah, las tetas a tu madre, qué rico lo haces mi bebé.
–Tus pezones son una delicia mamá, son riquísimos lo mismo que tus tetas –me decía mi hijo– me tienes loco preciosa, oooooh, oooooh, eres bien puta mamá, eres una zorra como ninguna.
Enseguida mi bebé apoyándome en la espalda de la piscina, me levantó las piernas y me llenó con su monstruoso pene toda mi vagina.
–Aaaaag, aaaaag, aaaaag, oooooh, oooooh, Carlitos mi cielo sí, soy tu puta y tú eres mi cabrón, siento toda tu verga dentro de mi coño, ¡qué delicia amor! Mmmmm, mmmmm, mmmmm, sigue, sigue taladrándome la concha, quiero que la pinga de mi hijo me siga perforando, oooooh…–así estuvimos cachando con mi hijo dentro del agua de la piscina por varios minutos.
–Uuuuuuf ¿Sientes la pinga de tu hijo que te penetra toda? Mmmmm ¿Te gusta este garrote inmenso que perfora tus entrañas? Recuerdas que eres mi puta, mi zorra, no lo olvides mamá –sus palabras me arrechaban más, me ponían extremadamente cachonda.
–Sí mi cielo, siiiii, dame duro hijo, aaaaah, aaaaah, aaaaah, soy tu puta, tu zorra mi amor, mmmmm, mmmmm, mmmmm…
Luego mi hijo sacó su verga de mi concha y me llevó a una de las tumbonas que había fuera de la piscina. Apuesto que si alguien nos estuviera viendo menudas pajas se estuviera haciendo. Me puso en la pose del perrito y metió su mastodonte dentro de mi chorreante vagina emprendiendo un mete y saca incansable, yo estaba en el cuarto cielo, a punto de desmayarme por el placer que mi propio hijo me estaba dando. Después de varios minutos mi nene humedece mi ano con los líquidos de mi vagina, saca su pene de mi coño y lo introduce dentro de mi hueco anal hasta sentir sus huevos golpeando mi vulva.
–Aaaaarg, aaaaarg, aaaaarg, ¡me matas mi amor, me matas! Oooooh, oooooh, oooooh, siento tu rabo llenándome todo el recto, siiiii, siiiii, siiiii, ¡que rico tener la verga de mi propio hijo dentro de mí! –yo estaba enloquecida del gozo que me daba mi propio nene y que clavaba la pinga dentro del intestino de su madre– Carlitos ya me corro, ya me corro, oooooh, oooooh, oooooh, me cooooorrooooo, aaaaah, aaaaah…
–Uuuuuf yo también me corro mamá, me corro, oooooh, oooooh, oooooh –y mi niño vació todo el semen de sus testículos dentro de mi recto. Es increíble la cantidad de leche que salía a borbotones de su verga que me sentía inundada, muy diferente a la de su padre que apenas depositaba algunos chorros.
Después nos acostamos así desnudos como estábamos y nos quedamos dormidos como media hora los dos abrazados en la tumbona. Luego de eso mi bebé me despierta con la verga bien parada nuevamente.
–Oye mi gatita –me despierta mi nene– estoy arrecho nuevamente mi amor, quiero meterte la pichula nuevamente.
–¡Caray cariño, otra vez estás con la poronga bien parada! Eres incansable mi hijo –le dije a mi bebé sorprendida. Esta vez yo estaba boca arriba y las piernas encima de los hombros de mi macho, y de nuevo comenzó a horadar mi coño, luego me dio vuelta y me metió su sable dentro de mi recto, me hizo gritar de placer, entró suavecito ya que mi ano estaba bastante lubricado del torrente de leche que me había regado en la anterior corrida. ¡Carajo, me dejó con el culo bien abierto y escaldada de tanto frotamiento y más que todo por la enorme verga de mi hijo! Yo tuve dos orgasmos más y mi hijo uno, enseguida fuimos camino a la casa para ducharnos y en el trayecto por mi culo iba saliendo el semen mojándome las piernas y los pies hasta el piso.
–Jajajajaja –se reía mi hijo de lo que estaba viendo y la forma cómo caminaba.
–Sí, ríete huevón, como a ti no te han metido ese tamaño de pinga que te manejas además del litro de semen que me has llenado todo mi culo… jajajajaja… pero me coges divino amor y me encanta que seas tan potente –así alegres los dos nos metimos en casa.
Llegó el sábado por la tarde, yo estaba muy impaciente. Almorzamos como todos los días y conversamos temas insustanciales.
−Bien doña Gloria, ¿qué te parece si comienzas a modelar para tomarte las fotos?
─Dame un segundo mi amor, déjame lavar el servicio, poner todo en orden y luego estoy contigo, y dime ¿dónde tomarías las fotos mi hijo? −le consulté. Después de poner todo en orden fui en busca de él y lo encontré en mi dormitorio.
─Hola mi princesa, ¿lista mi modelo despampanante?
−Gracias hijo, ¿estará bien aquí en mi dormitorio? ─le pregunté.
–Sí mamá, es más amplio y tenemos todo a la mano. Aparte como es más espacioso buscaría un fondo algo neutral, que cualquiera que mirase la foto no sabría dónde han sido tomadas.
–Estás en todo mi cielo, eso me gusta de ti, eres muy precavido –le di un beso en los labios.
–Bueno preciosa, saca toda su lencería sexy para verlas y ver cuál de ellas te vas a poner.
Hice lo que mi hijo me dijo y puse toda mi lencería encima de mi cama. Comencé “estrenando” un bikini con hilo dental de color negro con encaje y sandalias de tiritas con tacón alto aguja, para ello ya Carlos había seleccionado una parte de la pared a la cual le había quitado un cuadro. Me tomó varias fotos en diferentes poses: de frente, de espalda, de costado, inclinada hacia delante para que se me vea el culo, con las piernas cerradas, luego abiertas, etc. Luego hizo que me pusiera el bikini tanga de color rojo e hizo las mismas tomas y así sucesivamente con diferentes colores y modelos de lencería que tenía.
–Muy bien preciosa, es todo por el momento –me dijo– ¿deseas verlas cariño?
–Sí Carlitos por favor.
Nos sentamos en la cama y me mostró cada una de las fotos en su celular. En verdad no es por nada, pero las fotos estaban bien hermosas y lascivas.
–Caray cariño, tú sí que eres un buen fotógrafo, están lindísimas Carlitos. ¿Y éstas las vas a mostrar a tus amigos?
–Claro que sí mamá, para eso las he tomado, para que se arrechen. El lunes se las voy a mostrar –me comentó mi hijo– y luego te cuento qué fue lo que dijeron.
–Hecho mi vida, voy a estar impaciente por saber la apreciación de tus amigos.
Llegó el lunes y en la universidad mi hijo se reunió con sus amigos de siempre: Raúl, Matías y Bruno que tenían casi la misma edad que mi Carlos, se sentaron debajo de un árbol dentro del campus universitario y entre tantas cosas que conversaron les dijo:
–Acérquense muchachos, quiero que vean las fotos que tengo en mi celular, están buenazas, que después que las vean se van a tirar unos buenos pajazos –antes de eso mi hijo había encendido el modo de grabación y comenzó mostrarles las fotos.
–¡Mierda Carlos, estas fotos están estupendas! –comentaba Matías– ¿y cómo mierda las has tomado compadre? ¿quién es esa hembra?
–¡La puta madre Carlitos! –prosiguió Raúl– ¿no me digas que te la estás cogiendo a esta zorrita hermano? ¡Carajo, está como para meterle la pinga en todos sus agujeros, está super cachable compadrito!
–¿Quién es ella hermano? ¿la conocemos? Porque está como para chuparse los dedos –exclamó Bruno.
–Jajajajaja, son ustedes un rosario de arrechos. Pues bien muchachos, es una mujer madurita, casada y con dos hijas, y me la estoy cogiendo muy discretamente –agregó Carlitos– nadie sabe al respecto y algo más compañeros, cacha como las diosas, mmmmm, en verdad es una delicia esa mujer.
–¡Puuuuucha compadre, ¡quién como tú! ¿En verdad que es una madurita Carlitos porque parece una hembra como de 30 años de edad? –anotó Matías.
–Es una madurita rica mi hermano, chilla y gime como una gata en celo, y si se portan bien, la próxima vez les voy a enseñar fotos de ella calatita, sin ropa, ¿qué les parece?
–Bacán compadrito, nos pasas la voz, ¿eh? Bueno muchachos, ya es hora de ingresar a clases nuevamente, nos despedimos hasta la tarde si no nos vemos –se despidió Raúl y con él todo el grupo.
Inmediatamente Carlos apagó la grabación de su celular y pensó: “voy a darle una sorpresa a mi mamá cuando escuche todo lo que hablaron de ella mis amigos con respecto a las fotos”.
Yo no veía las horas en que mi hijo llegara a casa para que me contase los comentarios de sus amigos con respecto a las fotos que él tomo a su propia madre en pelotas. Al fin escuché que ingresaba Carlos a nuestra casa, yo salí a su encuentro le di un beso en los labios y le dije:
–Cuéntame cariño, ¿le enseñaste las fotos a tus amigos?
–Claro que sí mamá, se quedaron estúpidos al ver semejante mujerón, no podían creer que me estaba cogiendo a una mujer madura y casada.
–Ay mi amor seguramente estás exagerando para no hacerme sentir mal –le observé.
–Ven mamá, sentémonos para que escuches la grabación y así te quites las dudas.
–¿No me digas que grabaste la conversación? Ay eres un lindo mi vida. A ver prende la grabación amor –le dije ansiosa por escucharla.
En eso mi hijo puso en marcha la grabación y pude escuchar toda la conversación de principio a fin de lo que habían comentado él y sus amigos con respecto a mi cuerpo.
–Ay cariño, no lo puedo creer –decía yo– hasta me he mojado la concha solamente con escucharlos. Dame tu mano cariño y mete tus dedos dentro de mi coño.
–Mmmmm, mamá, sí que eres bien cachonda, pareces como una gata en celo,
–Sí mi bebé, tú ya me conoces, sabes que soy bien caliente, no puedo estar ni un día con una verga dentro de mi coño, me siento una zorra mi rey –le respondí a mi retoño– ven cariño vamos al sofá quiero que me metas tu nabo dentro de mi coño.
Los dos nos desnudamos, nos fuimos a la sala, me puse en cuatro con las rodillas al filo del sofá para poder colocar mi cara sobre éste y poder levantar más mi inmenso culo con mis anchas cadera y darle la mejor vista pudiendo insertar su palanca con facilidad dentro de mi coño que se mojaba constantemente .
–Uuuuuf mi Gatita preciosa, en verdad estás toda una puta mi amor, mmmmm, tienes la vagina tan bien lubricada que ha ingresado mi verga suavecita –manifestaba mi hijo su arrechura– en verdad eres toda una furcia princesa, oooooh, oooooh, oooooh, qué rico se siente Gloria, eres una delicia.
–Aaaaag, aaaaag, aaaaag, siiiii, siiiii, siiiii, mi bebé, oooooh, oooooh, oooooh, dale así a tu madre prostituta, mmmmm, mmmmm, mmmmm, que pide pinga a cada momento, hazme sentir más puta de lo que soy cariño –confesaba mi arrechura ante los gemidos y gritos de placer.
–Mi Gatita, mi amor, tanto te gusta follar que voy a invitar, mmmmm, mmmmm, mmmmm, a mis amigos para que te den una buena movida de concha y culo y que te proporcionen una buena cantidad de leche que tanto te gusta.
–Siiiii, siiiii, siiiii, mi hijo, siiiii, tráelos a casa y que hagan conmigo lo que quieran –yo estaba delirando de placer– voy a ser su puta, su zorra.
Luego sentí que caía sobre mi ano una buena cantidad de saliva de mi hijo y me imaginé que la segunda arremetida sería mi recto. ¡Y acerté!
–Mmmmm, aaaaah, aaaaah, aaaaah, eres un degenerado Carlitos, oooooh, oooooh, oooooh, me estás abriendo el culo más de lo normal, me lo vas a poner del diámetro de un desodorante ¡qué rico se siente cariño! Sigue, sigue, sigue cabronazo, sigue metiéndole el cipote a tu madre –yo estaba loca de gozo, berreaba incansablemente.
–Eso no es nada mi Gatita, aaaaah, aaaaah, aaaaah, ya vas a ver cómo te van a dejar la concha y el culo mis amigos que vas a salir corriendo de la casa… oooooh, me corro mi vida, oooooh, me vengo mi puta, me vengo, me vengo, me vengooooo…
–Yo también mi cabrón, se me viene, se me viene, aaaaag, aaaaag, aaaaag, me corro, me corro, me corro, aaaaarg, aaaaarg, aaaaarg… –exploté en un orgasmo de grandes dimensiones. Mis líquidos salían de mi vagina caudalosamente que mojaban mis muslos y llegaban hasta el piso. Luego nos sentamos en el mueble abrazados los dos para descansar antes de almorzar.
–Cariño –le dije a mi hijo después de algunos minutos– ¿es cierto que piensas traer a tus amigos a la casa?
–¿Tú que piensas mi Gatita preciosa? Sé que te va a gustar.
–Por mí encantada mi cielo, son tus amigos de la universidad, pero… ¿vendrían a estudiar o por otro motivo que escuché hace unos minutos? –le pregunté intrigada– ¿tal vez fue producto de la arrechura que me embriagaba?
–No mi amor, yo los voy a invitar para este sábado, vienen para relajarnos en nuestra piscina. Lo he pensado mucho mamá, y por el amor que te tengo, aparte del morbo que me da, tú necesitas más pinga mi Gata, ¿y quién mejor que mis amigos que son de absoluta confianza y tú ya los conoces?
–Hijo gracias por pensar en tu madre, tú sabes que soy super cachonda y en la piscina con un traje de baño bastante atrevido, con cuatro muchachos en la flor de la juventud, con las hormonas alborotadas, me estarías haciendo un buen regalo…jajajajaja…
–Jajajajaja, vas a tener el mejor regalo de tu vida, vas a cachar hasta quedar desmayada… jajajajaja…
–Jajajajaja, ¡Carlitos, eres un degenerado amor! Quieres ofrecer a tu madre para que otros se la follen Jajajajaja…
–Jajajajaja, y eso te gusta mucho Gloria, ¿sí o no?
–Ay mi hijo, tú me conoces, sabes que no voy a decir que no, en verdad lo deseo mucho, y sé que a ti también te gusta ver que otros machos culeen a tu madre, lo que temo es que tus amigos se pueden ir de boca e imagínate cómo quedaría yo si otras personas se enteran –le advertía.
–Como vuelvo a repetirte mamá, en eso ten la plena seguridad que no va a pasar. Te cuento –me informaba Carlitos– con mis amigos ya hace más de un año tuvimos una relación con una mujer casada y siempre lo hemos mantenido en secreto hasta ahora.
–Bueno mi amor –le respondí a mi hijo– ya estoy más tranquila. Vamos a almorzar, porque la follada que me has dado me ha abierto el apetito y tú también debes sentir lo mismo porque la leche que has derramado en mi culo ha sido abundante, como quien va recuperando fuerzas mi príncipe.
–Tienes razón mamá, me muero de hambre…ah, después de eso pasamos a tu dormitorio para tomarte fotos. Ya sabes que les he ofrecido a mis amigos que les iba a mostrar tus fotos completamente desnuda.
–Ay mi amor las cosas que estoy aprendiendo contigo, pero me gustan, ¡me siento como una mujer de 20 años! –le dije a mi niño totalmente complacida.
Después de terminar de almorzar y poner todo en orden la cocina nos encontramos con mi hijo en mi dormitorio. Él comenzó a fotografiarme completamente desnuda en todas las poses, lo único que me “cubría” si se puede llamar así fueron mis sandalias de taco alto aguja. Después de eso nos metimos a mi cama y comenzamos a cachar de lo más rico, pude tener varios orgasmos con la potencia de mi hijo que se vio manifestada increíblemente con su madre. Me llenó de semen no solamente mi coño, sino también mi culo y mi boca, mi arrechura no tenía límites, había encontrado la verdadera felicidad en la pichula de mi propio hijo. Luego nos quedamos dormidos bien abrazados, agotados y desnudos hasta el día siguiente en que se despertó para ir a la universidad luego que le preparé un suculento desayuno.
Ya estando en la universidad, mi hijo aprovechó ese tiempo llamando a Raúl, Matías y Bruno para que se acercaran a ver más fotografías en su celular y comenzó a mostrar todas las fotos en donde me encontraba completamente desnuda en diferentes poses provocativas, tanto de pie como sentada en una silla, claro está que Carlos ya había encendido la grabadora del celular.
–¡Qué rica hembra Carlos! Puuuuucha, se le ve deliciosa a esa puta amigo. Miren ese ojete tan impresionante y tan hermoso a la vez –dijo Matías.
–Miren esas tetas, esos pezones que provoca chuparlos hasta el cansancio, parece una zorra compadrito –agregó Raúl.
–Oye Carlos, ¿no las habrás copiado de una página porno? Porque te digo mi hermano, esa ramera está de campeonato, muy buenos polvos me echaría con ella, ese coño donde se pueden ver sus labios y su clítoris es un bocado para cualquiera –dijo Bruno.
–No muchachos, a esta puta yo me la estoy comiendo, ¿por qué habría de mentirles? Parece una meretriz ¿no? Pero si la vieran en la calle con su esposo y sus hijas, ni creerían que es una zorra, pero en la cama aúlla como una hembra desaforada… cambiando de tema muchachos ¿qué les parece si el sábado nos encontramos en mi casa, nos tomamos unas cervezas, almorzamos y nos damos un buen remojón en la piscina. ¿Están de acuerdo?
–Bacán Carlitos, allí estaremos –respondieron los amigos de mi hijo.
Al regresar a casa mi hijo me dejó escuchar los comentarios que sus amigos y él platicaban sobre mi cuerpo. Me parecía increíble que mi cuerpo excitara tanto a unos mocosos como ellos, me sentía halagada, arrecha, toda una puta. Ansiaba que fuera sábado ya para recibir la visita de los amigos de mi hijo.
Llegó el sábado, tan anhelado día. Los amigos de mi hijo fueron llegando uno por uno a nuestra casa como alrededor de las 11.00 de la mañana, me saludaron con un beso la mejilla. Yo estaba vestida con un polo de algodón blanco y un pantalón leggins azul marino que se ceñían a mi cuerpo y sandalias bajas negras donde podrían apreciar mis hermosos pies con las uñas de los dedos color rojo carmesí, como se dice algo casual. Claro que yo podía notar que los amigos de mis hijos se les iban los ojos al ver mi cuerpo.
–Bueno muchachos vamos a la piscina porque aquí está haciendo mucho calor –les dijo mi niño cuando ya estaban todos reunidos en la sala tomando algunas cervezas.
–Sí chicos, pasen a remojarse a la piscina que el agua debe estar riquísima con el calor que está haciendo –les dije animándolos– yo les aviso cuando el almuerzo esté listo.
–Ok doña Gloria, pero antes de almorzar tiene que darse un chapuzón con nosotros ¿eh? –me dijo Bruno el amigo de mi hijo que desde que llegó no soltaba la mirada a mi cuerpo.
–Claro que sí señora, nosotros no solamente hemos venido para pasarla bien, sino que usted también tiene que disfrutar de este día –me animaba Raúl mirándome a los ojos con una mirada lasciva.
–Venga un ratito con nosotros a la sala para tomarnos una cervecita que estamos seguros que le va a caer a pelo –dijo Matías alcanzándome un vaso lleno de cerveza.
Enseguida me senté con ellos en la sala mientras conversábamos, a la vez bebíamos muchos vasos de cerveza. Yo ya estaba bastante “entonada”, aparte que todos habíamos bebido mucho por el exceso de calor que hacía. Estuvieron haciendo bromas de todo calibre y de doble sentido, luego cuando ya estaban bastante desinhibidos comenzaron a adularme.
–Con todo respeto doña Gloria y con el permiso de nuestro amigo Carlitos es usted una dama muy hermosa –me lanzó el piropo Bruno.
–Por supuesto que mi madre es una mujer muy hermosa y con un cuerpo de campeonato, ¿o estoy mintiendo? –dijo Carlitos, seguramente por efectos del alcohol.
–De ninguna manera mi amigo, yo estoy de acuerdo contigo y creo que todos también –complementó Raúl.
–Ay muchachos, las cosas que ustedes me dicen, están exagerando. Estoy segura que las chicas con quienes salen son mucho más bonitas y con un mejor cuerpo que esta vieja –repliqué.
–Caray doña Gloria, ¿y quién dice que usted es vieja? Cuantas amigas nuestras querrían tener el rostro y el cuerpo que usted tiene.
–¿Ya ves mamá? No estoy mintiendo –acotó mi hijo.
–Bueno chicos, me voy rapidito a la cocina, no vaya ser que algo se esté quemando –les respondí como una escapada por tantos halagos.
–Ok señora, entonces la esperamos en la piscina antes de almorzar ¿eh? –acotó Bruno.
Yo me sentía como una adolescente con tanto joven adulándome en mi propia casa. Además, cuando les di la espalda yéndome a la cocina escuché a uno de ellos decir: “Miren muchachos que tal cuerpo que tiene la mamá de Carlos, ese culo y esas caderas cómo las contornea, discúlpame Carlitos”, enseguida mi hijo le respondió: “No se preocupen muchachos, yo sé que mi madre tiene un cuerpo espectacular, eso no lo podemos ocultar”. Luego de terminar de preparar el almuerzo fui a la piscina para avisarles que ya estaba listo y les encontré sentados en las tumbonas continuando bebiendo cerveza.
–Doña Gloria, pero por qué no se cambia y nos acompaña un rato aquí, de paso se refresca un poco –me invitó Matías a la vez que me servía otro vaso de cerveza.
–Claro señora, ha estado metida en la cocina toda la mañana y se merece antes de almorzar un buen descanso y de paso se toma unas cervezas –lo secundó Raúl, igualmente me alcanzó otro vaso de cerveza, ya todos estábamos bastante bebidos y no dejaban de devorar mi cuerpo con sus ojos. Les noté que el bulto que tenían entre las piernas era bastante notorio. Mi parte yo también segregaba mis flujos por mi vagina que eso me entusiasmaba.
–Anda mamá, tienen razón los muchachos, ponte tu traje de baño para que nos acompañes –me animó mi hijo y a la vez me hizo un guiño y se pasó la lengua por sus labios. Veía que mi niño ya estaba bastante ebrio al igual que sus amigos.
–Bueno chicos, ya me animaron, voy a mi dormitorio a cambiarme, ahorita bajo para acompañarlos –les respondí.
Subí a mi dormitorio, me sentía muy caliente, es más sentía mi vagina húmeda, era evidente que estaba arrecha. Busqué en el ropero y me puse un bikini tanga de color violeta que hacía resaltar la piel blanca de mi cuerpo; por la parte de arriba apenas ocultaban mis pezones y en la parte de debajo de la misma manera ligeramente tapaba la raja de mi vulva rasurada y por el culo solamente era una cinta que se metía entre mis dos glúteos; me sentía una puta. Luego bajé para encontrarme con ellos en la piscina. Al momento que hice mi aparición los amigos de mi hijo continuaban bebiendo sobre las tumbonas y se quedaron anonadados al verme voluptuosa y despampanante, conforme iba dirigiéndome a ellos movía mis anchas caderas para denotar mi cuerpo más obsceno.
–Guauuu doña Gloria, mis respetos ¿eh? Usted no tiene que envidiarle en nada a ninguna miss mundo. Venga, tómese unas cervecitas más con nosotros –me halagaba Bruno, al igual que todos me adulaban y veía que recorrían con sus ojos todo mi cuerpo macizo.
–Mamá, estás espectacular, ten cuidado con estos pajeros ¿eh? Tienen la mirada de arrechos –dijo mi hijo.
–No cariño, yo veo a unos jóvenes bastante respetuosos, pero ya no me digan señora, díganme solamente Gloria, me hacen sentir vieja –les aclaré– bueno basta de estar bebiendo vamos todos a darnos un chapuzón que lo necesitamos.
Rápidamente todos nos tiramos al agua, porque sentía que se estaba humedeciendo mi vagina y mis flujos podrían traspasar el tanga no queriendo dar ese espectáculo allí. Dentro del agua Bruno y Matías se pusieron a conversar conmigo, mientras que mi hijo y Raúl se pusieron a bucear.
–Oye Gloria nos has dejado con la boca abierta, en verdad tienes un cuerpo espectacular –me decía Bruno a la vez que acariciaba mi cintura.
–¿Qué haces por mantener esa figura tan seductora? –conversaba Matías y a la vez me acariciaba la pierna. Yo me hacía como si no fuera conmigo la cosa. Yo estaba caliente.
–A mí me gusta siempre hacer mis ejercicios en casa y salir un rato a correr en un parque se encuentra cerca de aquí –les contaba a ellos– ¿En verdad les parezco atractiva chicos? No pensé que podría atraer todavía a jóvenes tan apuestos como ustedes.
–No es por nada Gloria, pero tú estás mil veces mejor que nuestras amigas, estás fabulosa –añadió Bruno– Discúlpame el atrevimiento lo voy a decir, ¿todo lo que tienes puesto es totalmente natural?
–¡Claro que sí niño! Ciento por ciento mío, no hay nada artificial –recalqué, entre tanto mi hijo y Raúl seguían nadando y buceando por su lado.
– Perdona la osadía Gloria y no lo tomes a mal, ¿puedo tocar tus nalgas un segundo? Nunca he tenido a oportunidad de hacerlo, las mujeres como tú las he visto sólo en el cine y en películas para adultos –lascivamente me preguntó Bruno.
–Mmmmm… bueno, por qué no, pero ten cuidado que no te vea mi hijo.
Entonces Bruno comenzó a acariciar un glúteo con su mano y Matías no se quedó atrás, tocó el otro glúteo con su mano por varios segundos.
–Ya basta niños, solamente les dije un ratito, aparte que yo no soy de piedra.
–Gloria, en verdad tus nalgas son fuera de serie y con todo respeto ya estoy arrecho, mi cipote se ha puesto duro –me dijo Bruno.
–Yo igual Gloria, es inevitable contigo presente –replicó Matías.
–Ay jóvenes, ustedes con las hormonas revueltas. Bueno, ya me tocaron las nalgas, por lo tanto, ahora me toca a mí tocárselas ¿está bien?
–Por supuesto Gloria, estás en tu derecho, cuando gustes, somos tuyos –respondió Bruno.
–Bien, pónganse de espaldas a mi hijo, para que no se dé cuenta.
Con mis manos metí dentro de cada trusa de baño de mis dos acompañantes y pude tocarles la pinga que se encontraban duras y tenían un buen tamaño. Sentía chorros de líquido que emanaba mi vagina.
–Aaaay preciosos, las tienen bien duras, como garrotes y son de buen tamaño ¿eh? Están super dotados –hablándoles y a la vez continuaba masturbándoles.
–Mmmmm Gloria, qué rico que nos agarras la verga, ¿te gusta cómo las tenemos amor? –preguntó Matías.
–Siiiii, cualquier mujer se sentiría privilegiada tomando estas buenas vergas que son mucho más grandes y gruesas que las de mi marido…aaaaaay pendejos, me están poniendo cachonda, ¡qué malos que son! –felizmente que estábamos dentro del agua ya que así podría cubrir mis líquidos que emanaba mi concha. En eso suena el celular de Carlitos.
–Carlitos, cariño, está que suena tu celular, contesta por favor –le grité a mi nene. Salió mi hijo del agua y fue a contestar la llamada ya que el celular estaba en una de las tumbonas.
–Mamá, voy a subir un momento al escritorio de papá, quiere que le envíe algunos archivos. Muchachos ya regreso, cuiden a mi madre, no sean arrechos –respondió mi niño.
En eso Raúl se acerca a donde estábamos nosotros tres y se unió al grupo.
–¿Qué tal muchachos? ¿cómo la están pasando con Gloria? –preguntó Raúl.
–De maravillas compadre, ni te imaginas lo bien que lo estamos pasando con este monumento de mujer, que hasta le hemos tocado su hermoso y grande culo –respondió Bruno.
–Lo que pasa Raúl –le respondí– es que tus amigos están muy cachondos y se están aprovechando de esta dama que también está bien cachonda. Y tú cielo ¿también la tienes grande y gruesa como la de Bruno y Matías?
–Es cuestión que lo compruebes por ti misma Gloria, mientras que yo tomo tus grandes y hermosas nalgas que están imponentes –al mismo tiempo que Raúl decía eso, acarició mi culo con ambas manos, mientras que yo metía mi mano debajo de su trusa de baño y efectivamente me encontré con una verga de buenas dimensiones parecidas a la de sus compañeros.
A raíz de estos acontecimientos y por la ausencia de mi hijo, sus tres amigos comenzaron a quitarme toda mi ropa de baño arrojándola fuera de la piscina, dejándome completamente desnuda dentro del agua, así mismo lo hicieron ellos. Raúl empezó a besarme con su lengua que jugaba con la mía; entretanto Bruno chupaba mi pezón izquierdo y Matías hacía lo mismo con el derecho. ¡Qué delicia sentía! Era una nueva sensación para mí, por primera vez tres hombres estaban deleitándose con mi cuerpo y mejor aún eran jóvenes y amigos de mi hijo. Aparte de eso haciéndolo dentro del agua de la piscina de mi propia casa.
–Oooooh, oooooh, oooooh, cabrones qué rico me chupan las tetas –gemía del placer que me estaban dando, a la vez que Raúl metió su dedo en mi concha y comenzó a frotar mi clítoris– aaaaah, aaaaah, aaaaah, se siente rico.
–Sí putita, no sabía que la madre de Carlitos era una zorra, ¡qué rico se siente tu coño en mis dedos mi amor! –me decía arrecho Raúl– mientras que Bruno y Matías me deleitaban y se deleitaban chupándome las tetas.
–Gloria que ricas tetas tienes, son grandes y hermosas, sluuuuup, sluuuuup, sluuuuup –me decía Matías, que continuaba chupándome los pezones al igual que Bruno, yo me sentía en otro mundo, me sentía la más zorra de las mujeres, ya que no podría creer que tres hombres estaban al mismo tiempo disfrutando de mi cuerpo. Así estuvieron por más de 10 minutos.
–Muchachos hagamos una cosa que ya no aguanto más –dijo Raúl– levanten sus piernas y que ella ponga cada uno de sus brazos en sus cuellos, quiero meterle la pinga a esta zorra.
Efectivamente hicieron como Raúl les dijo, yo estaba con las piernas abiertas flotando sobre el agua y en eso éste se aproximó a mi coño penetrándome con su potente verga hasta el fondo de mi vagina.
–Aggggg, mmmmm, oooooh, oooooh, ¡eres un bruto Raúl, me has clavado tu pinga en lo más profundo de mi concha! –me quejé con Raúl– pero me gustó, sigue, sigue amor, aaaaah, aaaaah, aaaaah… ¡rico, rico, rico!
–No pensé que fueras tan puta Gloria, se ve que te gusta la pinga como helado, eres una puerca amor –habló Bruno mientras que Raúl me taladraba el coño en un mete y saca constante– si lo hubiese sabido hace rato te hubiese visitado en tu casa.
–Aaaaah, aaaaah, aaaaah, mmmmm, mmmmm, mmmmm, –yo no paraba de resoplar, jadear, gemir de placer porque Raúl metía su verga en mi coño sin compasión, entre tanto Matías y Bruno volvieron a chuparme los pezones que los pusieron bien paraditos y rosaditos– oooooh, oooooh, oooooh…sigan enfermos, aaaaag, aaaaag, aaaaag, llénenme la concha que estoy bien arrecha…
Fue entonces que uno a uno se fue turnando para perforarme el coño sin cesar y los otros dos me mamaban las tetas sin parar. Después de Raúl ingresó al “ruedo” Bruno y de allí Matías. Yo continuaba despatarrada flotando en el agua con las piernas abiertas sostenidas por dos de los muchachos, recibiendo sus potentes trancas por un lado y por el otro chupándome los pezones. Yo me encontraba a punto de desmayarme, ya había tenido tres orgasmos y los chicos continuaban con la faena. Después volvió nuevamente Raúl a empotrarme su pingaza.
–Tu coño me vuelve loco Gloria, nunca he cachado una hembra como tú, eres una hembra de película porno, eres toda una ramera –Raúl hablaba y a la vez me incrustaba su pinga en mi coño– oooooh, oooooh, oooooh, cariño ya me vengo, ya me vengo, aaaaah, aaaaah, aaaaah…
–Siento tu verga llenándome con tu calientito semen Raulito mi amor, siiiii, siiiii, siiiii, –parloteaba yo jadeando de lujuria– no la saques amor, quiero hasta tu última gota…oooooh, oooooh, oooooh, ay, ay, ay, me vengo, me vengo, me vengooooo, aaaaah, aaaaah, aaaaah…
–Ahora me toca a mi zorra de burdel –se expresó Bruno metiéndome otra vez su verga hasta tocar mi útero e igual que Raúl me perforaba la concha entrando y saliendo un sinnúmero de veces, ¡qué tal potencia de estos muchachos! Me empujaban la verga en un mete y saca sin cesar por varios minutos– mmmmm, mmmmm, esto está riquísimo, está bien lubricada con tus jugos y con la leche de Raúl, oooooh, oooooh, ya no, ya no, me corro, me corro, aaaaah, aaaaah, aaaaah…
–¡No la saques Bruno! ¡No la saques cabrón! ¡Estoy por venirme otra vez! ¡Sigue bombeándome amor! –le suplicaba a Bruno porque la impudicia llenaba todo mi ser– aaaaag, aaaaag, aaaaag, oooooh, oooooh, oooooh, rico, rico, rico, me vengo, me vengo, me vengooooo…
–Bueno, para terminar este primer capítulo sigo yo –dijo Matías introduciéndome su pinga dentro de mi concha llenándome toda logrando un mete y saca brutal que a mi me encantaba, ¡qué tal potencia de estos jóvenes, eran incansables, me metían sus vergas y me bombean sin cesar mi coño! Entre tanto Bruno y Raúl me mamaban las tetas– oooooh Gloria, tu coño lo siento delicioso cariño, sí, ya no puedo más, me voy a correr putita, me voy a correr mi zorra, aaaaah, aaaaah, aaaaah…
–Así, así, así Matías cariño, llénale la concha a la madre de tu amigo, aaaaah, aaaaah, aaaaah, –balbuceaba del placer que me estaba proporcionando Matías. Metía y sacaba su pinga dentro de mi coño, entraba y salía, entraba y salía y yo deliraba de placer hasta que no pude más y volví soltar de mi vagina un torrente de jugos gritando de lujuria volviendo a tener otro orgasmo. No sé si los vecinos habrían escuchado mis gritos, pero no me importaba, yo me encontraba en el paraíso donde me habían transportado estos tres niños.
Entre tanto, me di cuenta que mi Carlitos estaba viendo por la ventana del segundo piso en forma muy discreta, cómo sus amigos estaban disfrutando del cuerpo de su madre y ella también de sus pollas, según me contó después, y a la vez se masturbaba ante semejante espectáculo porno viendo lo que le hacían a su madre, la trataban como prostituta, sin ningún reparamiento, al mismo tiempo filmaba desde su celular todo lo que pasaba en la piscina.
–Vamos muchachos saliendo de la piscina con Gloria a sentarnos en las tumbonas como reponiendo fuerzas y tomando algunas cervezas, ¿qué les parece? –dijo Bruno.
Todos accedimos, salimos de la piscina completamente desnudos; Raúl y Matías se sentaron en una de las tumbonas, y en la tumbona que se encontraba al frente me recosté y coloqué mis piernas encima de los muslos de Bruno que se había sentado allí mismo.
–Ay chicos, ustedes tres son un trío de salvajes, me han dejado la concha palpitando, todavía me baja un poco del semen de ustedes, si estuviera en la edad de salir preñada le pondría a mi nuevo hijo el nombre de cada uno de ustedes, jajajajaja… –todos se rieron de mi ocurrencia.
–Oye Gloria, ¿qué pasaría si baja Carlos y nos encuentra así? –preguntó preocupado Raúl.
–No te preocupes amor, te apuesto que mi hijo en estos momentos está en los brazos de Morfeo, ya lo conozco, él es así cuando bebe alcohol –si supieran que mi bebé había visto todo el espectáculo que ha sucedido en la piscina. Mientras conversábamos Bruno me acariciaba las piernas.
–Felizmente que Carlos es así, porque de aquí continuamos el segundo tiempo mi querida Gloria –dijo Matías.
–¡Qué, no me digan que todavía tienen energías para continuar! En verdad que ustedes son una sarta de sátiros, jajajajaja… Lo que admiro es su virilidad chicos, es asombrosa. ¡Bendita juventud! Tengo la vagina como gomero de zapatero, jajajajaja, –comenté sorprendida, claro está que yo también quería continuar. Era evidente que la conversación y estar rodeada de unos buenos machos completamente desnudos mantenían mi cuerpo caliente y mi concha bien húmeda. Después de estar cerca de veinte minutos con la conversa, los chicos dejaron sus cervezas y comenzaron a acariciarme el cuerpo. Bruno abrió mis piernas con ambos pies tocando el piso en cada lado de la tumbona, empezando a pasar su lengua por mis labios y mi clítoris. Por el lado izquierdo se posicionó Matías para mamarme la teta del mismo lado y por el lado derecho de la misma forma Raúl hizo lo mismo. Otra vez me estaban llevando al paraíso.
–Oooooh, oooooh, oooooh, son ustedes unos puercos, cómo se aprovechan de esta inocente dama, aaaaah, aaaaah, aaaaah, ¡qué bien lo están haciendo! Mmmmm, mmmmm, mmmmm, –suspiraba de las caricias que me proporcionaban en las zonas más erógenas de mi cuerpo.
Mis tres hombres no podían hablar ya que estaban entretenidos disfrutando de mi hermoso y voluptuoso cuerpo. De mi coño emanaban abundantes líquidos que bebía Bruno, entre tanto mis manos masturbaban los penes de Matías y Raúl. También pude observar en forma casi imperceptible que mi Carlitos continuaba viendo a través de la ventana lo que sus amigos hacían con su madre ahora convertida en una verdadera puta y que se deleitaba viendo el espectáculo. ¡Cómo me habría gustado que él estuviese aquí presente gozando y haciéndome gozar! Creo yo que no era conveniente para nosotros dos. Al fin y al cabo, él me podría follar en cualquier momento, porque no solamente éramos madre e hijo, sino también marido y mujer, él estaba reemplazando a su padre, ¡y qué bien lo hacía mi muchacho! Volteando mi cabeza al otro lado, no sé si serían cosas mías, pero a lo lejos en el primer edificio, que por cierto estaba muy lejos como les comenté líneas arriba, se asomaban algunas figuras humanas en ciertas ventanas, en fin no hice caso, total estaban bien lejos, seguí deleitando y deleitándome con mis tres hombres.
–Gloria cariño, sientes mi garrote que te taladra la concha –me preguntó Bruno.
–Mmmmm, mmmmm, mmmmm, cómo no voy a sentirlo amor si tienes una poronga que parece la del burro, aaaaah, aaaaah, aaaaah, es una delicia, oooooh, oooooh, oooooh, Matías y Raúl, mis otros cacheros, sigan, sigan chupándole las tetas a esta zorra…
En eso Bruno me dijo que me levante y él se echó sobre la tumbona boca arriba y yo me senté sobre él incrustándome su verga dentro de mi coño. Yo estaba cabalgando sin parar, recorría con mi vagina todos los centímetros de la pinga de Bruno, todo mi cuerpo temblaba de la lujuria y pude tener un orgasmo, en eso Matías que se puso detrás me inclinó hacia el pecho de Bruno y adiviné sus intenciones.
–Ahora mi amor –me dijo Matías– vamos a estrenar este rico culo. ¡Carajo Gloria, qué grande lo tienes! ¡Y esas caderas tan anchas son un regalo para la vista! Tú has nacido para ser puta Gloria.
–Sí cariño, yo he nacido para ser puta como tú lo dices, oooooh, oooooh, oooooh, ya te tengo preparado, aaaaah, aaaaah, aaaaah, mi culo amor, disfrútalo, mmmmm, mmmmm, mmmmm, me vengo otra vez, me vengo, me vengo, me vengooooo…
No pude contener este segundo orgasmo, solamente con la idea que Matías me iba a perforar el recto, fue un aliciente para eyacular mis jugos sobre la verga de Bruno en que yo estaba en un mete y saca, recorriendo la buena pieza de este macho. Enseguida Matías me comenzó a meter su tranca dentro de mis intestinos, no se imaginan el placer que sentía, debajo de mí estaba metiéndome la pinga de Bruno y por encima Matías en un entra y sale recorría mis intestinos con su enorme taladro. Raúl no se quedó atrás, me volteó la cabeza hacia el lado en que se encontraba y metió su polla bien adentro de mi boca que me llegó hasta la garganta, no pudiendo evitar toser cuando me la sacó.
–Cof, cof, cof, cof, cof, ¡carajo Raúl, qué pendejo eres! Crees que soy una muñeca inflable! –me quejé con Raúl que me pidió disculpas– ¡que disculpas ni qué niño muerto, ven acerca tu verga que la voy a chupar! ¡No sabes lo que me encanta chupar pingas! sluuuuuf, sluuuuuf, sluuuuuf, Matías qué delicioso me estás reventando el culo, mmmmm, mmmmm, mmmmm…y tú Bruno, tu instrumento me está ensanchando mi concha, oooooh, oooooh, oooooh, ay chicos, ay chicos, ya no aguanto, me corro, me corro, aaaaah, aaaaah, aaaaah…
Tuve una espectacular corrida. Al mismo tiempo Bruno salió de la tumbona y en su lugar se metió Raúl, continuando Matías llenándome el culo con su inmensa verga y a Bruno comencé a chuparle su tranca con el sabor de mis líquidos, que por cierto estaban deliciosos y me producía mucho morbo. Así estuvimos por más de diez minutos, en ese cambio yo ya había tenido dos orgasmos y el tercero los tuvimos los cuatro al mismo tiempo: Bruno vaciaba sus testículos dentro de mi garganta, Matías me llenaba de leche mi culo y Raúl inundaba con su deliciosa verga de semen toda mi vagina.
Yo me despatarré en la tumbona de al lado, me tendí agotada y satisfecha boca arriba con ambas piernas al lado de la tumbona, al mismo tiempo buena cantidad de semen se escurrían de mi coño y de mi culo. ¡Estos pendejos me habían dejado estos agujeros bien abiertos y jetones! Igualmente, cada uno de los tres chicos se echaron uno en cada tumbona.
Luego de algunos minutos que ya estuvimos algo repuestos, les dije a los tres para entrar a la casa para almorzar, puesto que yo me moría de hambre y ellos también lógicamente. Entramos desnudos como estábamos y les dije que se sentaran mientras les servía el almuerzo.
–Gloria, ¿tú crees que Carlos esté durmiendo todavía? No vaya ser que nos encuentre a nosotros cuatro calatos, desnudos, y ya te imaginas lo pueda pasar –me dijo preocupado Bruno.
–Estoy segura que estará durmiendo –le respondí– pero de todas maneras voy a cerciorarme. Voy a subir un rato para confirmar.
Subí desnuda a la habitación de mi bebé y lo encontré desnudo con una sonrisa de oreja y oreja que seguramente se había tirado unas buenas pajas con el espectáculo pornográfico que había visto en la piscina: su madre cachando con sus tres mejores amigos, dándole por el coño y por el culo.
–Mamá, te pasaste amor, estuviste estupenda, pero no te preocupes por mí, baja ahora y diles a los chicos que estoy durmiendo, ya cuando se vayan me voy a desquitar contigo, jajajajaja…
–Jajajajaja, ok mi vida, bajo inmediatamente para que no sospechen nada, luego te desquitas conmigo, jajajajaja…
Bajé al comedor donde estaban ellos y les dije que Carlos estaba completamente dormido y preferí no despertarlo hasta que ellos se vayan.
Durante el almuerzo conversábamos de lo que habíamos disfrutado en la piscina, que yo era una mujer estupenda, que cogía rico, que tenía buen cuerpo por donde se vea, que era muy hermosa. También me propusieron si podrían llegar cualquier día para que se dieran un buen polvo conmigo. Yo les respondí que no habría ningún problema, simplemente que me llamen un día antes para coordinar, pero con la condición que lo haríamos en un hotel, porque acá en casa podría estar mi esposo o Carlos, pero eso sí les recalqué total discreción, de lo contrario que se olvidaran de mí.
Luego se ducharon y se despidieron muy gentilmente, me dieron las gracias por todo: por disfrutar del almuerzo que estuvo riquísimo y de mi cuerpo que estuvo más rico todavía, nos reímos a carcajadas los cuatro y se fueron. Después que se fueron los amigos de mi hijo me fui a la ducha y subí para que mi nene diera rienda suelta a su sexualidad y lujuria, total yo era su mujer. Esa vez él me folló tres veces metiendo su poronga tanto en mi coño como en mi culo, para luego quedarnos dormidos.
Y como prometieron Bruno, Matías y Raúl, fui saliendo con cada uno de ellos a hoteles donde me dieron caña y me hicieron gozar divinamente, a veces con uno, otras veces con dos de sus amigos y también con los tres. Ya era toda una prostituta y me gustaba serlo. Aunque ante los amigos y familiares la señora Gloria era toda una dama.




 

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