Relatos Eróticos Fantasias

Tres Copas de Tinto | Relatos Eróticos de Fantasias

Publicado por Anónimo el 14/12/2010

Esta historia es real, para ponerles en situación tendría que contaros todo desde el principio, hace 7 años. Yo empecé a dedicarme a la fotografía artística hace ya 10 años, primero como hobbie y luego con mucha suerte como medio para ganarme la vida. Fue ahí, cuando conocí a Daniel. Yo estoy casado desde hace 9 años con mi novia del instituto, yo me llamo Luis y mi mujer Sandra.

Aquí en Lanzarote, de donde somos, se hizo hace 7 años una exposición fotográfica en la cual los mejores de la isla mostraban su arte. Nos quedamos de piedra al ver una inmensa foto en la que aparecía una silueta femenina con un cielo nocturno como fondo, la figura de la mujer era sobrecogedora, sentí un nudo en la garganta al ver que todo el mundo estaba mirando la misma foto, me sentí pequeño ante tal expresión artística.

Sandra me dijo: ¿conoces a este fotógrafo?
y yo mientras buscaba su nombre: No, no tengo ni idea
y Sandra añadió: Es espectacular, quiero ver más fotos suyas.

A Sandra nunca le ha gustado mucho la fotografía que yo hago, soy muy poco comercial, muy oscuro e incluso gótico. Y al ver que de repente el arte de otro le podía gusta más que el mío me dejó entristecido. Por otro lado quería conocer a aquel maestro al cual imaginaba de mediana edad y con pinta de bohemio.

Fue cuando detrás de mí oigo: ^Daniel! una vez más has demostrado ser el centro de atención^
Sandra y yo nos giramos y le vimos, con una sonrisa en la cara que respondía al halago. No era de mediana edad, no tenía pinta de bohemio, era un joven como yo, de mi misma estatura y con mejor físico que el mío, más atlético y por la cara que tenían las mujer que le rodeaban, era guapo. Sandra dio el paso hacia delante en su dirección, yo le dije: ¿que haces? y Sandra me dijo: ahí lo tienes, vamos a conocerlo. En ese momento me dio la impresión de que ella era otra mujer sorprendida y no solo por su arte.

Le conocimos, nos cayó muy bien, era una persona muy agradable, un poco pedante a veces porque, a diferencia de nosotros, él era hijo de un antiguo fotógrafo madrileño que tuvo gran éxito en la década de los 70 y su hijo había vivido un escalón por encima que nosotros, buenos colegios, todos los medios del mundo, lo tenía todo en su mano desde el día en que nació. Todo, hasta una empresa. 3 meses después de habernos conocido quedamos para tomarnos unas copas, y allí, con unos cuantos whiskies encima

me dijo:
y yo le dije: <¿en serio?, ¿trabajar juntos? ¡¡claro!!>

Y así empezó mi relación laboral con el que poco a poco fue convirtiendose en mi mejor amigo. Viajamos muchísimo juntos, nos hacían encargos para libros, enciclopedias, revistas turística. La cosa empezó a ir genial y Daniel me nombró encargado del equipo. Éramos un equipo pequeño, 6 personas, lo suficiente, además eran todo muy buena gente, habían sido todos bien seleccionados y no había ningún problema. Y a todas estas Sandra parece quedar ausente de la historia, no fue así. Sandra se venía de viaje con nosotros, no tenemos hijos ni ningún tipo de carga familiar, así que cada vez que nos íbamos de aventura ella se apuntaba. Nunca noté nada en absoluto entre ellos, salvo alguna mirada furtiva. Sandra la verdad está buenísima, para tener ya 37 años sigue siendo una mujer exuberante. Es bajita, ¡¡con una 105 de pecho!! que con su estatura resalta aún más, es delgadita pero no mucho, tiene caderas anchas y un culo que le encanta marcar, siempre va con vaqueros muy ajustados por ello, y con camisetas de botones muy escotadas, muy informal y provocativa, me encanta, y supongo que a Daniel, que no tenía mucha suerte con sus parejas también. Aún así nunca me dijo nada, era un buen amigo y respetuoso.

Sandra y yo tenemos una vida sexual muy normal, bastante activa pero muy normalita. De novios hacíamos verdaderas locuras, y fue en esa época cuando hicimos de todo, ahora nos gusta el sexo a gusto y relajado, hace por lo menos un año que no tenemos sexo anal, de novios era algo casi obligado. Nunca fantaseamos tampoco, hemos hecho de todo y nunca se nos ha ocurrido meter a más gente en nuestra cama.

Una noche viendo la tele hicimos zapping y estaban dando una peli porno en el Plus. No solemos ver porno pero algo hizo que Sandra se quedara atenta a la pantalla. Era una escena bastante suave, una joven rubia con un vestidito naranja estaba acostada entre dos chicos a la altura de sus pollas, no se veía nada, se intuía. Parecía que Sandra quería ver que ocurría allí abajo. Solo se veía la escena tomada a vista de pájaro. Los chicos estaban acostados, muy relajados y disfrutando, todo era muy suave, ella era la que mandaba, de repente, un primer plano. La cara de la chica mirando a sus amigos mientras chupa una polla y masturba la otra, deslizaba la lengua de arriba abajo para meterse luego la otra polla en la boca y masturbar la otra. Sandra cambió de canal.

yo: <¿por qué lo cambias?>

Sandra:

yo:

Sandra: <¿qué más da?... los hombres cuando se trata de tríos siempre piensan en dos mujeres para un hombre, ¿no? por lo general les debería molestar que sea al contrario>

yo:

Sandra:

yo: <¿que me quieres decir con esto? nunca me habías dicho nada así, ¿quieres hacer un trío? Si es algo que fuese tu verdadera fantasía y que no quieres irte de este mundo sin satisfacerla podría entenderlo, pero nunca me habías dicho nada así, si es una tontería es que ni me lo plantearía>

Sandra: <¿Lo ves? si mañana te trajera a una amiga para follar los 3 aunque no fuese tu fantasía seguro que lo harías sin planteartelo>

Y se fue de la cama. Al día siguiente me desperté solo en la cama, ella había pasado la noche en el cuarto de invitados, ¿para tanto era?. Empecé a darle vueltas al asunto y a valorar, ¿y si ella tenía esa fantasía oculta y por vergüenza no me la había querido contar? ¿y si es tan importante que al final la pierdo? está claro que para ella la conversación no fue productiva, al preferir dormir sola aquella noche. Y pensé que al igual debía hacer algo, ¿pero qué?

Unas semanas después ya todo estaba olvidado, somos ya adultos para estar con estas cosas. Sandra me pide descargar unas fotos de su ordenador para imprimir.
Y antes de copiar la carpeta en mi pendrive las ojeo. Y veo una foto de Sandra y Daniel en Andorra, yo mismo la saqué, pero en aquel momento no me había dado cuenta de la cara que tenía Sandra en esa foto, los ojos le brillaban como nunca. ¿se habrá enamorado de mi mejor amigo? Nunca le pregunte

Llegados a este punto de la historia nos situamos en el presente. Hace un mes, nos concedieron varios premios por las publicaciones en las que habíamos participado, nos convertimos en una empresa fuerte, ya dábamos trabajo a 34 personas, y yo me empecé a sentir con ganas de ser padre. Se lo propuse a Sandra aquella noche, y me dijo que sí muy ilusionada, desestimé la idea de que estuviese enamorada de Daniel en ese momento, pero Daniel venía a casa para celebrar el éxito empresarial alejados de periodistas, focos y flashes, era una cena íntima entre 3 buenos amigos. Mientras cenábamos le comunicamos a Daniel que queríamos ser padres y que íbamos a ponernos en ello cuanto antes, su alegría no se hizo tardar.
Por otro lado, dije

< hoy es un día de conclusión, de atar cabos y liberarse, mañana las cosas serán de otra manera para siempre, así que hoy es el último día y mañana el primero en la vida de Sandra y mía>

Ellos no lo entendieron mucho, en mi cabeza estaba la idea de que ¿con quien mejor hacer un trío que con Daniel?, si esa era la fantasía de Sandra por un día y el resto de la vida sería para mí y para mi futuro hijo, pues que más da. Además, tras un día de celebración como aquel, creo que era una buena manera de que lo recordara.

En la mesa del salón Tres copas de Tinto frente a nosotros, Sandra entre los dos, era la tercera botella, y entre risas surgió esta conversación:

Sandra:
Daniel:
yo:

Se hizo el silencio, Sandra me miró, le temblaban las manos, pensaba que lo habíamos preparado juntos, pero al ver que Daniel también estaba hecho un flan se dio cuenta de que era cosa mía. Le bajé una asilla de su traje rojo, como aquel tinto, y dejé caer una de sus tetas, tan grandes, morenas y espectaculares como siempre. Ella no se movía y Daniel miraba asustado con su copa en la mano. Empecé a chuparle el pezón mientras bajaba la otra asilla, para que Daniel pudiese hacer lo propio con su otra grandísima teta. Sandra gimió cuando sintió las dos lenguas en sus tetas, agarró nuestras cabezas con delicadeza, sus uñas hacían largos recorridos por mi pelo y por el de Daniel. Daniel no se atrevía con más de lo que le había dejado hacer, estaba cortadísimo, así que le cedí a Sandra el mando, su fantasía, tener dos hombres para ella sola, ella era la que mandaba.

Todo era muy suave, como en aquella película. Nos junto a los dos en el sillón y empezó a desabrocharnos los pantalones, ella lo hacía todo, nosotros mirábamos. Bajó despacio nuestros pantalones descubriendo nuestras pollas ya exitadas. Me sorprendió que la de Daniel era más pequeña que la mía, pero era igual de gorda, Daniel me dijo sorprendido y yo me reí, poco más se habló en el salón, salvo Sandra que rompía el silencio entre chupetones para decir mientras chupaba una y masturbaba la otra. Sandra se puso de pié y agarrando nuestras pollas nos puso de pié a nosotros también, con una en cada mano empezó a caminar hacia atrás mientras intercambiaba lenguetazos con uno y otro, el traje empezó a deslizarse hasta detenerse en sus anchas caderas, de ahí no pasó. Siguió arrastrandonos hasta el dormitorio. Allí nos quitó las camisas y dejo caer su vestido, Daniel al ver el pedazo culo de Sandra casi se corre, le tuvo que pedir que parase de masturbarlo. Nos tumbó lentamente en la cama a los dos juntos, y se subió entre nosotros, empezó a lamernos el pecho, el cuello, las orejas, todo... y fue bajando hasta nuestras pollas, volvió a representar la película como lo había hecho en el salón. Su pelo liso negro suelto sus ojos marrones oscuros mirándonos, chupaba y lameteaba nuestras pollas con muchisima suavidad, todo era extremadamente suave. Se puso de rodillas entre los dos, con una polla en cada mano, y nos dio las ordenes a seguir: puso el culo en pompa para que nosotros pudiesemos acceder bien a esos ya cálidos y jugosos lugares. Su propia lubricación le chorreaba por los muslos, y puso el culo tan en pompa que empezó a dilatarsele, Daniel metió su lengua al que sobrevino un gemido fuerte de Sandra. Estaba exitadísima, aquel esfuerzo mental que me supuso pasar por aquello me estaba compensando por otro lado al verla así de cachonda, se veía que estaba agradecida por mi comprensión. Llegaron nuevas ordenes: . Como disfruté viendola a 4 patas recibiendo por el culo mientras sus ojos me miraban esclusivamente a mí y con su lengua en mi polla. Esta vez me dio la orden con un gesto de cabeza, me metí debajo de los dos y le metí la polla a Sandra por el coño. Fue le momento más salvaje del polvo, los tres estábamos disfrutando muchísimo, y Sandra empezó a tener orgásmos uno tras de otro, miré hacia el espejo del armario y ví la escena desde abajo, madre mía, podía ver aquellas dos pollas gordas llenando a Sandra, tuve que quitar la vista para no correrme. Sabía que con lo exitados que estabamos Daniel y yo y con todo lo que habíamos aguantado las corridas iban a ser bastante grandes, así que como estábamos follando sin condón dejé a Daniel que le follara más por el culo a Sandra. Sandra nos volvió a acostar juntos, volvió a chuparnos las pollas y los huevos, ya estaba con una sonrisa de oreja a oreja, estaba muy relajada

y nos dijo:

y nosotros dijimos a la vez: <¿más aún?>

y tras un silencio, mientras chupaba mi polla y masturbaba la de Daniel dijo:


Daniel fue el elegido, Sandra lo sentó en la cama y ella se puso de rodillas en el suelo, su polla le quedaba justo ante su boca, solo con rozar su lengua el glande empezó a correrse, Sandra no paraba de saborear su leche y de decir que le gustaba mucho. Luego me sentó a mí e hizo lo mismo, solo que a mí me masturbó un poco con sus tetas, sabe que me encanta, mientras esperaba con la boca abierta la llegada de mi leche, y exploté.

Aquella noche después de una ducha Daniel se quedó a pasar la noche, y no fue lo único que hicimos, entre risas, cachondeo y otra botella de vino, masturbamos a Sandra varias veces, le comimos el culo y el coño, ella nos la chupo también otras tantas y así nos dejamos dormir. A la mañana siguiente adivinen quién y de que forma nos despertó a Daniel y a mí.

Y así hemos seguido, esporádicamente, Sandra y yo seguimos con nuestros planes de vida, pero de vez en cuando metemos a Daniel en nuestra cama, ya incluso me parece algo normal solo un mes después de aquella primera vez.

Yo tengo un gran empleo, un gran amigo y una gran mujer. Mi mujer, un gran marido, una buena casa y dos buenas pollas para ella sola, siempre que ella quiera.


 

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