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Mi esclavo sexual de una noche | Relatos Eróticos de Fantasias

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Me casé muy joven, y pasé de depender de un padre muy protector, a un marido celoso y posesivo. Siempre fui una niña obediente, por lo tanto no me costó adaptarme al rol de sumisión, que mi marido adoptó como manual de nuestra relación, para él nunca hacía nada lo suficiente bien hecho, y yo no soportaba que se enfadase conmigo.

Sólo en la cama parece que era lo suficientemente buena, y yo me desvivía por complacerlo en todo.

Hace dos años me regalaron un ordenador, y conocí el néctar del ciber, y me alimenté de sus sensaciones.

Un día en un Chat conocí a mi “chico de lava” un mexicano que me calienta y me hace vivir mil y una aventuras, con él he vivido fantasías increíbles, aunque últimamente mi vida real y mi ciber-vida empiezan a parecerse mucho, y la verdad, no me apetece convertirme en una ciber-sumisa..

Una tarde que estábamos muy calentitos, me decidí a llevar yo la batuta, ordenar, pedir, exigir y no ceder, me excitaba que me obedeciera y empecé a sentir cosquillas en el vientre, tal como se iba realizando mi fantasía, pensaba que esto me gustaría llevarlo a la realidad.

Eran pasadas las nueve de la noche, mi marido estaba a punto de llegar, dejé mi ordenador encendido… (La idea era escribir luego todo lo que pasase) y me fui a preparar unos pañuelos y el baño.

Yo sé lo que le gusta, lo que le excita, quería prepararlo todo de tal manera que no se pudiese negar a mis deseos. Después de dejar unos pañuelos sobre la mesita de noche, me fui a preparar el baño.

Llené la bañera con agua caliente y le añadí una buena cantidad de sales de fresa ( a él le vuelven loco) dejé la puerta del baño abierta para que el olor impregnase toda la casa, y me metí en ella.

No tuve que esperar mucho, lo esperaba ansiosa, sabía lo que iba a pasar, y mis terminaciones nerviosas estaban tan sensibles, que hasta el roce del agua en mi sexo me excitaba. Oí que se abría la puerta y sus pasos acercándose, Ufffffffff. Mi corazón estaba alterado, cerré los ojos y sentí como su mano se introducía en el agua , y buscaba mi conchita, mis pechos………..

Lo conocía, sabía que no podría resistirse.

Se quitó la ropa y entró conmigo en la bañera, mis manos buscaron su pene, y estaba Ummmmm riquísimo, superexitazo, empezamos a jugar en el agua, nuestros cuerpos estaban resbaladizos, por las sales, y yo me movía para evitar que su pene llegase a mi cuevita, me giraba, me apretaba ummmmmm me retorcía.

Me gustaba pasar la lengua por su cuerpo, era un contraste raro, el olfato me prometía el dulzor de las fresas, pero el paladar recibía el amargor de las sales de baño.

Sus manos se perdían en mi vagina, el dedo grueso frotaba mi clítoris, activando el centro de mis terminaciones nerviosas, mientras dos dedos se introducían y todo mi cuerpo se agitaba., me encanta la sensación de un orgasmo dentro del agua, los espasmos son interminables, y todo el cuerpo queda sensible, preparado a cualquier cosa.

Cuando advirtió mis estremecimientos, quiso introducir su pene y acabar dentro de mi, pero yo me levanté rápidamente, y le dije que acabaríamos en la cama, tal como estábamos, fuimos a la habitación, nuestros cuerpos mojados rodaron por la cama, conseguí ponerme sobre él y mi boca buscó ansiosa su pene…..

Pero mi pensamiento estaba en otra parte…¡¡¡.esa no era mi fantasía ¡!!

Le pregunté si me dejaba jugar a mi manera, que era un capricho y que me gustaría atarlo. No creo que le gustase mucho la idea, pero estaba muy excitado y necesitaba que algo le calmase. Le até los pies con las piernas abiertas, mientras lo hacía mi lengua jugaba con su pene, succionaba y mordía la punta la intención era entretenerlo y que no se negase a última hora, me deslicé sobre él y tomé sus manos que até juntas a la cabecera de la cama, se reía, pocas veces lo he visto tan excitado. Saqué otro pañuelo y empecé a taparle los ojos… no quería… pero empecé a acariciarlo y a ofrecerle mil sensaciones si me dejaba hacer… y consintió…. Me sentía fuerte, poderosa, una sensación que me excitaba, sentía que incluso podría llegar al orgasmo sólo de pensarlo.

Una vez bien atadito, me levanté, fui al congelador y volví con un polo de limón, lo puse en mi boca y cuando mi lengua estuvo suficiente fría la pasé por sus labios, Ummmmmmmm, sacó la suya con intención de atraparme, y durante un rato jugueteamos y a él le encantaba, yo me daba cuenta que se relajaba, y se dejaba llevar, pasé mi fría lengua por su pecho, vientre y fui bajando lentamente hasta volver a ocuparme de su pene y sus testículos, jugando con mi lengua fría, de esta manera conseguía que no llegase al final. Estaba portándome como una chica traviesa, pero mi idea era ser malvada, terrible.

El helado se estaba derritiendo, goteaba. Lo puse sobre su pecho, y dejaba que las frías gotas llegasen a su piel, donde yo disfrutaba lamiéndolas. El se agitaba, intentaba desatarse, morderme, Uffffffffff menos mal que no veía mi cara de satisfacción, estaba disfrutando como nunca.

Puse el helado sobre su garganta, dio un grito, quería que le soltase, pero yo lo fui bajando lentamente, me excitaba ver como sus músculos se contraían y como su vello estaba todo de punta. Mi boca estaba seca de la excitación, Ummmmmmm, la pasaba por su piel recorriendo el camino helado, y lo calentaba con mi aliento.

Estaba excitadísimo, me suplicaba que le desatase, estaba a punto de eyacular, su pene estaba caliente, y unas gotas ya comenzaban a salir de su brillante punta. Ummmmmmmmm . No quería que la diversión acabase tan pronto y puse el helado entero sobre su precioso aparato, dio un grito ahogado y su pene comenzó a bajar, tampoco era eso lo que pretendía y empecé a lamerlo, sorber con fuerza, acariciarlo con mi lengua, notaba como crecía en mi boca llagándola por completo, sentí un espasmo y la aparte rápidamente. Un chorro de semen salió disparado, como si de un volcán se tratase, llenando mis pechos y vientre, me tumbé sobre él y despacito desate sus manos, me abrazó y me dijo--¡¡ eres una malvada, nunca más dejaré que me ates!!

 

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