Relatos Eróticos Voyerismo
Mis vacaciones en Brasil
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Hola somos F. y N. ella muy linda, alta, pelo castaño claro, un cuerpo muy sensual, una cola muy linda, bien firme y paradita, flaquita, unas tetas también muy lindas, firmes, grandes y con un buen par de pezones, él es de estatura normal, deportista, y su aparato es de tamaño normal.
Esta es una de nuestras historias que hemos vivido. Siempre hemos disfrutado del sexo, pensando que es uno de los pilares de la pareja... todo esto nos ocurrió en un viaje que hicimos a Brasil, donde el sol y la playa nos ponía como locos. En ese viaje no sé cuantas veces hicimos el amor, a la mañana, a la tarde, a la noche. Esto ocurrió un día que fuimos en una excursión a una playa lejana, ella estaba (como siempre hermosa), con su bikini, donde sus grandes senos querían escaparse de su sostén y él estaba con su diminuto bañador que apenas lograba tapar su siempre semi erecto pene.
Ese día en la playa todo transcurrió normalmente, nos bañábamos en el mar, donde no perdía oportunidad de apoyarle mi paquete es su culito o intentar pellizcarle un pezón para que este se pusiera como me gustaba verlo siempre, duro y erecto. A la tarde emprendimos el viaje de vuelta, íbamos en un bus, grande para unas 40 o 45 personas pero solo éramos unos 10 o 15, cuando subimos fuimos y nos sentamos al fondo pero solo nos separaban unas 3 o 4 filas de asientos del resto de la gente. El viaje duraba una hora aproximadamente hasta el hotel. Así que apenas comenzó el viaje, yo me recosté sobre ella queriendo descansar un momento pero como era mi costumbre le empecé a acariciar una de sus tetas, su pezón no tardo en ponerse erecto por lo que centre todas mis caricias en él.
Al cabo de unos minutos nuestra excitación iba aumentando, encima el morbo que teníamos de tener gente a solo unos metros de nosotros nos provoco una mayor excitación... saber que en cualquier momento nos podían ver!. Todo esto provoco que diéramos otro paso. Ella se saco su camiseta, quedando solo con su bikini, yo seguía acariciando sus pezones a la vea que ella había empezado a acariciar mi ya erecto pene. No habrán pasado unos minutos que nuestro gusto por el exhibicionismo se hizo presente, le baje el sostén de su bikini dejándola con una de sus tetas al descubierto a la vista de cualquiera del bus que se girase para ver cualquier cosa.
Su pezón se puso como nunca, al que pase de pellizcarlo a darle besitos o mordérselos suavemente. Los dos estábamos en un estado de excitación total. Ya con mi boca besando su aureola y su pezón, pase con mi mano a acariciar su ya húmeda conchita, la que tenia costumbre de emanar mucho liquido. Primero corrí un poquito su bikini y uno de mis dedos ya empezó a acariciar su clítoris, yo de tanto en tanto dejaba la dulzura de su pezón para levantar la mirada a ver si nos veía alguien, pero mi vista a igual que la de ella estaba nublada por la situación.
Ella seguía acariciando mi pene, mis bolas, en un momento le pedí que me dejara que disfrutara solo ella y así lo hizo. Yo seguí con mi boca comiendo su pezón y ya le empecé a meter uno... luego dos y hasta tres dedos en su húmeda conchita. Ella disfrutaba de una manera increíble y eso a mí me volvía loco.
Al llegar al hotel, bajamos del bus y nos fuimos a nuestra habitación, apenas entramos ella me puso contra un costado de la cama, me dijo que "que me creía yo" (como diciendo quien era yo para solo haber disfrutado ella del viaje), enseguida se arrodillo, bajo mi bañador y empezó a chupar mi erecto pene, me pasaba su lengua por mis bolas, que estaban inmensas y duras (por haber aguantado lo del viaje), yo le saque su sostén empecé a acariciar nuevamente sus pezones, al cabo de unos minutos me hizo terminar. ¡Que orgasmo! Creo que nunca había salido tanto semen de mi pene y ella se lo trago todo. No dejo de chupármela hasta que no quedara ninguna gota rondando por ahí... pasados unos minutos empezamos con nuestros jugueteos de nuevo.