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Una vecina muy estricta
Publicado por Sumisso30 el 29/07/2015
UNA VECINA MUY ESTRICTA
Me habían hecho mi primer contrato fijo en el trabajo y por fin pude mudarme a una casa entera y exclusiva para mí. Tenía 30 años de edad y estaba deseando independizarme de la casa de mis padres. Necesitaba poder tener mi privacidad y no tener que dar explicaciones a nadie. A partir de ahora comenzaría a vivir de verdad. Me mudé a una casa sencilla de una sola habitación situada en un barrio humilde en el centro de la ciudad, mi sueldo no daba para más pero era suficiente , era lo que tanto deseaba.
Tras instalarme en mi nuevo hogar lo primero que hice fue convocar a todos mis amigos a celebrar una gran fiesta de inauguración . Mi casa se convirtió en toda una discoteca, habían venido todos mis amigos, apenas entrabamos en la pequeña casa pero no nos importo. La música sonaba por todo lo alto y alcohol no faltaba. Bailábamos, reíamos, gritábamos, en fin una verdadera fiesta que recordaremos durante mucho tiempo. Todo era perfecto hasta que lo estropeo mi nueva vecina.
Sonó el timbre de la puerta, al abrir me encontré en el umbral a mi nueva vecina. Una mujer rechoncha de entre cincuenta y sesenta años de edad . Me miraba con cara de pocos amigos , sus gafas metálicas parecía que me fueran a lanzar bolas de fuego. Esta terriblemente enfadada. gruñía y hablaba muy deprisa quejándose por todo. La Música, el ruido, la gente.
- Baja inmediatamente esa música y dejar de hacer ruido. No me dejáis dormir - Me gritó airadamente . Tras recriminarme el ruido que estábamos haciendo , regreso a su casa y cerró de un portazo. No me dejó ni disculparme. Vaya, una vecina gruñona me había tocado en la puerta de enfrente. Así que no tuvimos más remedio que dar por finalizada la fiesta antes de tiempo gracias a la gruñona de mi vecina. No importa, Ya habría tiempo para dar más fiestas en mi casa, esto solo era el principio.
El primer mes de convivencia con mi vecina fue horrible. Ella era muy quisquillosa, no toleraba nada, Se quejaba por todo, aunque he de reconocer que yo la daba motivos. Se quejaba de la música alta, ya fuera a horas normales o de madrugada. No soportaba el ruido que producía al subir las escaleras cuando llegaba algo borracho de fiesta a altas horas de la madrugada . No toleraba que siempre hubiese gente en mi casa. No soportaba las chicas que siempre deambulaban por mi casa y para colmo me recriminaba que no limpiaba la escalera . Más tarde me enteré que cada semana le tocaba a un vecino limpiar su rellano y yo no había hecho mi turno desde que había llegado.
El mayor desencuentro se produjo un día que nos cruzamos en las escaleras, ella subía cargada con bolsas de la compra y yo bajaba. Me crucé sin saludarla y sin mirarla. Era un cero a la izquierda para mí, no permitiría que esta mujer me amargara mi existencia en mi nueva casa. Ella se dio la vuelta y me hablo:
- Eres un maleducado que necesita mucha disciplina y mano dura - Me recrimino tras pasar a su lado.
- No serás tu quien me la de, vieja bruja - La respondí descortésmente .
La señora se mordió el labio. Pude notar la ira contenida que guardaba en su interior, la había molestado enormemente que la contestara. Era superior a sus fuerzas, no me soportaba y no aguanta mis modales. La ira la corrompía por dentro. La señora no podía soportar más mi mala conducta ni mis constantes faltas de respeto, estaba terriblemente enojada.
Ese encuentro en la escalera fue el desencadenante de todo lo que posteriormente sucedió. La señora desde ese mismo momento se juró a si misma que no toleraría mas rebeldía por mi parte y falta de respeto a su persona. Ya no aguantaba más, había llegado el momento de darme una buena lección. No se detendría hasta conseguirlo. En ese mismo instante comenzó su plan de venganza .
Su oportunidad llegó un sábado de madrugada. Yo subía la escalera borracho como habitualmente hacía los fines de semana. Subía cantando y chocándome con la barandilla de la escalera. Era imposible no darse cuenta que yo estaba subiendo los escalones, formaba un buen alboroto. La señora comprendió que este era su momento, abrió la puerta de su casa y se dirigió hacia mí, me agarró del brazo y tiró bruscamente empujándome al interior de su casa. Mi vecina tenía mucha fuerza, como ya dije esta rellenita y tiene unos brazos amplios y voluptuosos . Caí en el hall de su casa medio mareado por la borrachera que llevaba pero eso no me impidió observar como la señora cerraba la puerta de casa , dio varias vueltas de llave cerrando bien la cerradura y guardándose las llaves fuera de mi alcance en el interior de su sujetador.
Estaba encerrado en casa de la vieja bruja, me agarró de nuevo por el brazo y me condujo hasta una habitación. Me tiró sobre una cama que había en el centro de la habitación , caí bocabajo en el colchón y ella se subió sobre mi espalda a horcajadas . Su peso me impedía moverme, pesaba el doble que yo y era imposible quitármela de encima. Rápidamente condujo mis manos a mi espalda y agarró un manojo de cuerdas que tenía preparado sobre la mesilla de noche. Rodeó mis muñecas con la cuerda , entrecruzó la cuerda por aquí, por allá y la tensó fuertemente para en un momento maniatarme fuertemente. Estaba acostumbrada a atar, ya que las cuerdas quedaban bien apretadas a mis manos e hizo unos complejos nudos. No era la primera vez que lo hacía. Continuó con mis pies, rodeó con otra cuerda mis pies a la altura de los tobillos y apretó fuertemente la cuerda. Ahora estaba atado de pies y manos. No opuse apenas resistencia, estaba muy borracho para entender la situación y reaccionar y su peso me impedía moverme, la resulto muy fácil atarme de pies y manos. No satisfecha con mis ataduras, agarró un collar de perro de tamaño grande y grueso , lo colocó alrededor de mi cuello. Cerró la hebilla manteniéndolo bien sujeto y apretado alrededor de mi cuello como fiel perro. Tiró del collar de perro fuertemente hasta llevarme al cabecero de la cama metálica. Sacó un candado y colocó la argolla del collar al barrote de la cama cerrando con llave el candado , de esta forma no podría moverme manteniendo mi cabeza sujeta a los barrotes. Se levanto satisfecha encima mía y se marchó de la habitación sin decir nada.
Trascurrieron varias horas, me quedé completamente dormido debido a mi estado de embriaguez. No me importó estar en aquella incómoda posición, solo deseaba dormir la mona. Cuando desperté fui consciente de mi situación. Estaba atado de pies y manos y encadenado por un grueso collar a los barrotes de la cama. Traté de liberarme de las cuerdas, utilicé todas mis fuerzas pero fue imposible, no cedieron un milímetro. volví a intentarlo una y otra vez pero estaba fuertemente atado y era imposible desatarme por mi mismo. Me revolqué y me sacudí sobre la cama lo poco que me permitía el collar pero fue inútil, las cuerdas no cedieron. Había sido atado a conciencia. Las ataduras eran muy eficaces.
Una vez desistí de tratar de desatarme, solo me quedaba gritar:
- SOCOOORROOOO , AUXILIOOOOO , ESTOY AQUI - Gritar no fue muy efectivo, ya que la primera persona que me escuchó fue la bruja de mi vecina. Entro rápidamente en la habitación , se quitó sus grandes bragas blancas sucias que llevaba puestas y se subió sobre mi espalda. Atenazó mi nariz con su mano izquierda y con su mano derecha acercó las bragas a mi boca. No tuve más remedio que abrir la boca para respirar y fue el momento en que introdujo sus apestosas bragas en mi boca. Eran grandes e inflaron por completo mi boca. Agarró cinta americana y me rodeó la boca y cabeza con ella gastando una buena cantidad de rollo. Se aseguró que no pudiese gritar ni escupir su mordaza. Ahora está completamente inmovilizado y amordazado .
La vieja bruja se relajó, sabía perfectamente que ya no era una amenaza, no podría escaparme ni pedir ayuda. Tranquilamente se marchó de nuevo de la habitación dejándome en aquella incómoda situación. Transcurrieron horas, minutos, segundos... Había perdido la noción del tiempo, seguía allí inmovilizado y amordazado . Desconozco cuanto tiempo había pasado, me dolían las manos y los pies, mis ataduras estaban muy fuertes y mordían mi piel pero no podía hacer nada para remediarlo, solo aguantar la presión y el dolor que me producían las cuerdas. Ya había desistido de intentar escapar o gritar, era completamente inútil, no podía. Era un completo muñeco bajo el control de mi vecina.
Por fin se abrió la puerta y apareció la vieja bruja. Deseaba suplicarla que me soltara pero no podía debido a mi mordaza. Ella camino despacio hacia la cama, sus tacones resonaban a cada paso que daba. Iba vestida de una forma siniestra. Falda negra acompañada de unas medias oscuras y una camisa del mismo color. Su atuendo era completamente de color negro. Se detuvo al lado de la cama y abrió un cajón de la mesilla. Agarró unos guantes negros de cuero y comenzó a enfundárselos en sus manos. La quedaban muy ajustados y con dificultad comenzó a introducir sus manos en ellos. A la vez que comenzó a ajustarse sus guantes por fin dirigió su voz hacía mi:
- Es hora de enseñarte disciplina. Te lo advertí, necesitas mano dura y me voy a ocupar personalmente de ello - . La vecina terminó de ajustarse sus guantes y comenzó a andar despacio alrededor de la cama dirigiendo su tono de voz amenazante pero tranquilo hacia mí. Agarró mis pantalones, los desabrocho y me los bajo dejando mi culo al aire.
- Voy a enseñarte modales y educación. No volverás a faltarme más al respeto te lo prometo.- camino hasta un armario y de el saco un cinturón grueso de mujer . Lo agarró con sus manos enguantadas y se dirigió hacia un extremo de la cama. Lo dobló por la mitad y lo sujeto firmemente por el extremo.
- Voy a enseñarte como trato a los maleducados y desobedientes como tú. Me encanta azotar a niñatos como tú con mi cinturón hasta que suplican y lloran que les perdone. - Blandió el cinturón en el aire y escuche un silbido antes de que descargara el cinturón en mi culo.
ZAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS . Recibí un fuerte aguijonazo en mi trasero. Vi las estrellitas debido al dolor que me produjo su cinturón. Grité pero no se escuchó nada proveniente de mi boca. Sus sucias bragas cumplían bien su trabajo dentro de mi boca. No se escuchó el más leve quejido.
No tuve tiempo de reponerme de este azote cuando volvió a dejar caer su cinturón contra mi culo :
ZAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSS.
- A partir de hoy me vas a tratar con mucho respeto - ZAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSS. Cada azote dolía mas y mas y ella comenzó a azotarme con un ritmo constante a la vez que recriminaba mi comportamiento.
- Me trataras de señora y con mucho respeto - ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSS. Mi culo comenzaba a ponerse rojo, sentía un profundo ardor en mi culo. Su cinturón era muy doloroso.
- Me obedecerás sin rechistar en todo cuanto te ordene. Se acabaron las fiestas, las mujeres y el alcohol - ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS, ZAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSS. La azotaina se había convertido en mi tormento, era un castigo terrible.
- Limpiaras mi casa, fregaras , iras a la compra y harás cuanto te ordene , de lo contrario .... - ZAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSS. ZAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSS. Los segundos se convirtieron en minutos y estos en horas. El tiempo pasaba muy despacio y mi dolor aumentaba mas y mas. Tenía el culo completamente rojo y me ardía. La señora no se detuvo continuaba azotándome con su cinturón sin aflojar el ritmo.
ZAAAAAAAAAASSSSSSSS, ZAAAAAAAAAAAASSSSSSSSS, ZAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSS. Una lágrima se deslizó por mi mejilla pero a ella no la importó, continuó azotándome duramente con su cinturón.
- Ahora no eres tan chulo ¿ Verdad ? , no eres más que una nenaza maleducada. No te preocupes, te voy a enseñar modales. - . La señora se detuvo, se ajusto sus guantes y volvió a agarrar el su cinturón para azotarme una y otra vez. ZAAAAAAAAAAASSSSSSSS, ZAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSS. Mi mordaza retenía mis quejidos y gritos. No podía hacer nada , solo aguantar sus duros azotes hasta que se diera por satisfecha. Algo que tardó mucho en suceder.
Fue una azotaina realmente dura, mi culo quedo completamente dolorido, no podría sentarme en varios días. El solo contacto de una pluma con mi trasero produciría un fuerte dolor. Había sido un castigo muy duro, había comprendido lo estricta que podía ser mi nueva vecina. No debía volver a faltarla el respeto nunca más. Solo deseaba que se detuviese, no aguantaba más azotes pero ella no se detenía.
Tras una larga y dolorosa azotaina por fin se detuvo. Me desató y me quito su sucia mordaza, caí rendido a sus pies suplicándola perdón.
- Lo siento señora, no volveré a desobedecerla, suplico perdón - . Me arrodillé a sus pies suplicándola clemencia. Ella me soltó dos terribles bofetadas de derecha a izquierda con su mano enguantada.
- Espero por tu bien que no vuelvas a desobedecerme, si lo haces cualquier día te cogeré de nuevo en la escalera y esta vez seré mas dura, esto solo serán caricias con lo que te esperará si me desobedeces o faltas al respeto. -
La vieja bruja se quito sus guantes , me miro fijamente con una gran sonrisa :
- Puedes irte, cuando necesite algo te llamaré y vendrás enseguida . Dejaré el cinturón por aquí cerca por si lo necesito. - . Obedientemente me marche de su casa completamente dolorido y humillado. A partir de ahora debía ser muy respetuoso y obediente con mi vecina, no deseaba enfadarla y volver a ser castigado con su cinturón.
FIN.
Agradeceré sus comentarios a sumisso22@yahoo.es