Relatos Eróticos Sadomasoquismo
Nos Vengamos De Mi Madre, Parte II
Publicado por Carlos Pérez el 06/08/2019
Después de una noche de borrachera celebrando lo que le habíamos hecho a mi madre Margarita; me levante temprano, fui a a la mesa del comedor y prepare un nido, me dirigí con mi madre y toda desnuda con las manos esposadas por atrás, la acerque a la mesa y le introduje tres huevos dentro de su vagina. Le dije que esperara y fui por la señora Martha para que trajera la cámara; subí a mi madre a la mesa con mucho cuidado y la obligue a ponerse en cuclillas, dándole azotes en sus nalgas le dije que cacaraqueara y pusiera los huevos, ella pujaba y uno a uno salieron todos, repetimos lo mismo hasta que se completo el desayuno de todos, antes de bajarla de la mesa le introduje varias salchichas en su panocha para que quedaran impregnadas de su caldo vaginal.
Mientras la señora Martha preparaba el desayuno; yo me metí a bañar con mi madre Margarita, en la regadera la puse a que mamara mi verga y testículos y luego le puse una buena cogida por su ojo de culo y panocha en contra de su voluntad.
Salimos del baño, me vestí primero y luego ayude a mi madre a elegir su ropa. Al vestuario de mi madre Margarita ese día; un sujetador de encaje negro, una tanga de encaje negro simulando al frente una mariposa y que se abría de la entrepierna, liguero de las mismas características, medias de red negras y zapatos de tacón alto. Antes de salir para desayunar le proporcione dos balas vibradoras diciendo que se insertara una en el culo y otra en la panocha, se negó pero cuando le dije que lo hiciera ella sino lo haría yo, de inmediato lo hizo.
Ya desayunando mi madre se negaba a probar sus alimentos; me acerque a mi madre y encendía las balas vibradoras para obligarla a que comiera sus alimentos, a pesar de que estaban al máximo seguía sin probar nada, la señora Martha se acerco a mi madre y le dijo..... Señora Margarita la mas putita de las maduritas ¿porque no quiere comer el rico desayuno que le prepare? si son huevos bañados en leche de macho y salchichas cubiertas con su jugo vaginal. Se acerco Carlos y Miguel; metieron las manos en las copas de su sujetador retorciendo sus pezones, así abrió su gran boca de mamadora y comenzó a comer.
Posterior al desayuno reposamos la comida y recogimos la casa para después iniciar de nueva cuenta el castigo y suplicio para mi madre.
Coloque una soga alrededor de la cintura de mi madre y pase otra entre sus piernas con nudos a la altura de su ojo de culo y panocha y la apreté un poco; las balas vibradoras aún estaban dentro de sus agujeros la senté en una silla atada con las manos atrás y sus tobillos a las patas delanteras de la silla quedando totalmente abierta de sus piernas; Jose le bajo las copas del sujetador y mientras Carlos y Miguel pusieron erectos sus pezones atando una lazo en cada uno de ellos, después Jose le coloco una trampa ratonera a cada uno de sus labios vaginales ato el lazo de los pezones a cada una quedando totalmente estirados tanto sus pezones como sus labios vaginales.
Mi madre lloraba y suplicaba que ya no más; nosotros solo nos burlamos de su lloriqueo y suplicas. Yo pase una soga por una polea en el techo le coloque un gancho el cual puse entre la soga alrededor de su su cintura y la que atravesaba su entrepierna; encendí las balas vibradoras al máximo, estire la soga hasta que la levante de la silla y la soga se introdujo entre los pliegues vaginales quedando los nudos enterrados en su ano y panocha, ate la soga a una armella en el piso y nos sentamos a contemplar el sufrimiento de mi madre Margarita. Mi madre me suplicaba.....por favor hijo ya paren de hacerme esto, me van a deformar mis labios vaginales, mis pezones y van a partir mi raja en dos, nosotros risa y risa. Se acerco la señora Martha a mi madre y le dijo........ señora Margarita tiene toda la razón pero ya es tarde para que se arrepienta, ahora goce de ese dolor y parece ser que si goza ya veo como escurre su caldo vaginal por sus piernas. Pasada media hora la desatamos y le quitamos todo lo que le habíamos puesto e introducido y la dejamos descansar por un rato.
Pasamos al siguiente castigo para mi madre Margarita; sentamos a mi madre a un potro de metal quedando sus nalgas y labios vaginales hundidos en la barra superior, atamos sus pies y manos a unas armellas en el piso y techo, prensamos sus tetas con dos barras de metal quedando aplastadas, pusimos las copas de una maquina para sacar leche de las vacas en sus pezones y clítoris. Miguel y Jose cuidaban la de las tetas y Carlos la del clítoris mientras yo encendía la maquina y apagaba la maquina gozando al ver como se estiraban sus pezones y clítoris y ella llorando pidiendo piedad; me deje ver mas cruel deje encendida la maquina ordeñadora, tome encendí un soplete y comencé a pasarlo por la barra en que estaba sentada y por la delas tetas. La señora Martha dejo la cámara en una base se acerco a la maquina ordeñadora y comenzó a encender y apagar la misma mientras yo pasaba y quitaba el soplete de las barras de metal Mi madre llorando, suplicando y dando brinquitos cuando sentía el calor de la barra y nosotros disfrutando viendo eso y como se le estiraban y contraían sus pezones y clítoris.
Atamos las manos de mi madre por atrás, sus pies a una barra quedando por completo sus piernas separadas, subimos la barra quedando mi madre boca abajo. Miguel y Carlos colocaron unas ligas en cada teta de mi madre dejando las mismas como bolita y luego en los pezones ataron unos lazos y los estiraron atando estos a los tacones de sus zapatos, Jose coloco unas ratoneras en los labios vaginales y los ato a las piernas de mi madre quedando su panocha abierta, mientras yo erecte su clítoris, le ate una punta y la otra la ate a la barra quedando totalmente estirado. Todos tomamos uno frascos con miel y comenzamos a untarle la misma en sus nalgas, ano, tetas, labios vaginales, pubis y en gran cantidad en sus pezones y clítoris. Yo creo que imaginaba cual iba a ser su castigo porque nos rogaba como no lo había hecho. Hecho esto comenzamos a ponerle hormigas, abejas y cucarachas de criadero. Hormigas y abejas comenzaron a recolectar el néctar la mayoría de las cucarachas comenzaron a entrar la la panocha de mi madre, creemos le gusto ese delicioso néctar de la doña. Mi madre muy quieta ni se movía temiendo que algún bicho de estos la picara o mordiera. Yo creo que a pesar de su miedo y aunque sus pezones y clítoris estaban estirados veíamos como se endurecían ya que eran las zona donde mas se concentraban. Quitamos la mayoría de los bichos desate a mi a mi madre y como gozamos al ver que casi metía su mano completa en la panocha para sacar las cucarachas que se introdujeron en la misma.
De nuevo la atamos de la misma manera; Miguel y Carlos tomaron una copa de succión pequeña, le metieron unas hojas de hiedra venenosa las colocaron en los pezones de mi madre y succionaron hasta que sus pezones tocaron las hojas. Luego tomaron otras copas de succión más grandes les metieron hojas de hiedra venenosa y las colocaron en sus tetas y lo mismo succionaron hasta que la hiedra toco sus tetas. Jose pelo una vara de la hiedra y se la introdujo en el ojo de culo y las nalgas las cubrió en su totalidad con hiedra y las pego con cinta plateada. Yo introduje algunas hojas en la panocha de mi madre; en una copa de succión pequeña puse algunas la puse en su clítoris y succione hasta que este toco la hojas, repetí la operación con una copa mas grande la cual coloque en sus labios vaginales y succione hasta que estos las tocaron. Empezamos a darle de azotes a todo el cuerpo de mi madre Margarita mientras lloraba y nos decía......por favor quiten toda esa porquería de mi cuerpo ya no aguanto el ardor y la picazón que me producen por favor tengan piedad de mi.
La bañamos, la curamos y le pusimos engüento para la picazón y ardor de todas sus partes y a descansar para otro día mas de tortura. Todavía le falta más castigo a mi madre Margarita.