Relatos Eróticos Sadomasoquismo
Acacia, mi amiga, y ahora mi ama y yo su sumiso, sexo sado
Publicado por Anónimo el 01/07/2016
Hola, mi nombre es yair, y les contaré el como pase a ser, el sumiso de mi amiga Acacia.
Todo comenzó como cualquier día, estaba recostado en mi cama, viendo vídeos ya que era sábado, y no tenía nada mejor, que hacer debido a que no soy muy social, pero aún así tengo amigos, en eso recibi un mensaje de mi amiga Paola, diciéndome que Acacia me ver, y le pregunté por qué no me mandó el mensaje ella, a lo que me respondió que ella perdió su celular, luego de eso fui a buscar que ropa ponerme, mientras lo hacía me preguntaba una y otra vez, para que me querrá ella, una vez listo salí de mi departamento y tome rumbo a su casa, en el camino encontré varias tiendas de Lancería, al verlas la imagine a ella usando eso, era una chica de 25 años pelo chini negro, y un poco llenita y unos pechos grandes, sin darme cuenta ya estaba en la puerta de su casa, toque el timbre esperando que habriera la puerta, luego de unos segundos abrió invitandome a pasar su casa, me dijo que esperará en la sala mientras buscaba algo de tomar en la cocina, justo cuando entro a la cocina volví a imaginar como se vería con esa Lancería , pero no duro mucho ya que volvió con unos vaso lleno de soda, sin pensarlo dos veces empecé a beber la soda sintiendo un poco de sueño en el proceso, al terminar mis ojos se empezaron a cerrar lentamente asta que sólo vi oscuridad, al despertar me encontré atado a una cama grande de pies y manos, intente safarme pero no podía asta que escuche una risa y sabía de quién era.
-Acacia donde estás, y por que estoy atado-
Acacia entró a la habitación, con una sonrisa y un vestido negro, un látigo y caminando de forma sensual.
-Ah mi pequeño yair, es muy simple te voy a coger, pero no lo gozarás al inicio pero yo si-
Dijo mientras se quitaba su vestido negro, revelando un arnés con un pene de plástico, más grande que el mio, ya que mi pene es bastante pequeño, me desató las piernas y las levanto un poco revelando mi ano, comenzó a Rosario con sus dedos mientras, sonreía luego de unos segundos muy largos para mi coló el arnés en la entrada de mi ano, yo solo la miraba con miedo pero ella al verme sólo sonreía, empezó a meterme el arnés mientras gemía de dolor, pero por algún motivo me gustaba un poco, al terminar de introducirlo me dio fuertes embestidas, una fuerte que la otra y siguió asi durante mucho tiempo mientras ella gritaba de placer, al verme humillado frente a ella a su vez me comenzó a masturbar con su mano, mi pene estaba erecto al poco tiempo y con su látigo empezó a golpearlo una y otra vez, estuvo hací como una hora asta que me corrí manchandola de su pechos, ella me miró divertída mientras volvía a masturbarme, esta vez con sus pies mientras reía y se burlaba.
-Ah mi pequeño yair, espero que estés disfrutando tu descanso, por que creeme volveré a usar mi arnés pero el pene de goma será más grande-
Dijo aumentando la velocidad de sus pies sobre mi pene, provocando que me corrieran en sus piés, me sentía cansado y a dolorido pero esto apenas comienzaba, dura te toda la noche ella me mantuvo a su merced, cosa que me éxito más de una vez al terminar ella seguía como su nunca hubiera empezado, a diferencia de mi se acercó a mí oído susurrándome
- de ahora en adelante, seré tu ama y tu mi esclavo, te gusta la idea-
- Acacia, por....por favor dame más duro-
A lo cual ella volví a introducir el arnés en mi ano, desatando unas fuertes embestidas que no acabaron asta el amanecer.