Relatos Eróticos Orgias
Cuarteto de familia
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Cuarteto en familia Mi hermana, su compañera, el jefe y yo Esta historia sucedió cuando mi hermana Rosa empezó a decir que quería independizarse económicamente de mis padres, por lo que se buscó un trabajo en una discoteca de camarera y gogó, el cual estaba excelentemente pagado, ella tendría sobre dieciocho años, mediría sobre 1,70, tenía unos senos hermosos, un cuerpo delicioso, y alguna experiencia sexual. Yo solía ir mucho por allí, tenía mucha confianza con las compañeras de trabajo de ella, pues eran todas chicas, e incluso me llevaba bien con el jefe. Cuando hablábamos, sus compañeras de discoteca avisaban a Rosa de que no era oro todo lo que relucía allí, que se movían muchas cosas que quizás no aguantaría, que el jefe Rafael se había acostado con muchas de las camareras y gogós que habían pasado por su empresa, y con la que no lo había conseguido le había rescindido el contrato. Mi hermana Rosa repetía hasta la saciedad que ella no haría eso, que preferiría perder el trabajo. Un sábado, el jefe se acercó a mi hermana, y le dijo que iba cerca de donde vivíamos, que si queríamos nos acercaba después de cerrar, ella me lo dijo, y como no teníamos muchas ganas de coger el autobús a las nueve de la mañana que salía, pues aceptamos. Dieron las ocho y media de la mañana y cerraron puertas, y como siempre empezaron a limpiar, todas las chicas estaban allí limpiando, y el jefe y algunos novios o familiares nos quedamos en la barra tomando la última copa. Estando así, Rafael le dijo a una chica, a Lorena, que se quedara cuando terminaran, para ver unas cosas para la semana pasada, eso me hizo sospechar, porque casualmente era la única chica que no tenía acompañante, ella era morena, un poco más alta que mi hermana, y con un cuerpo también magnifico, como todas las que trabajaban allí.
Llegó el momento en que quedamos dentro de la disco Rafael, Rosa, Lorena y yo, y justo antes de marcharnos de allí, nos colocamos en la barra y nos tomamos un chupito para terminar la noche, ya con esto, todos íbamos bastante contentos. Fuimos al coche y quedamos impresionados ante el BMW espectacular, subimos y cuando arrancó, Rafael nos dijo que si nos tomábamos la última en su casa, para celebrar el ingreso de Rosa en la discoteca, ante las buenas formas, aceptamos, aunque en ese momento los dos pensamos en las cosas que habían contado de él, pero al ir los dos, no sospechábamos mucho.
Llegamos a una casa en las afueras de Huelva, en San Juan, metió el coche en el garaje y subimos arriba, él empezó a servir copas, pasamos un buen rato hablando y riendo, Lorena se mostraba indiferente, como sabiendo lo que iba a pasar. Pasó el rato y la situación fue cambiando, el jefe no paraba de beber y además se había estado colocando con algo más, se le notaba en sus ojos. Estábamos bailando en pareja, Rosa con Rafael, y yo con la otra.
En un instante, Rosa se marchó al baño, mientras el jefe se quedó sentado en un sofá, hasta que sorpresivamente Rafael le ordenó a Lorena que fuera buena conmigo, yo me quedé atónito, ella me empezó a besar, hasta que al rato, Rafael entre risas le ordenó a ella que se quitara la falda y las braguitas, para que yo pudiera comer algo, que me veía muy mal por el alcohol. Lorena sumisa hizo lo que dijo y se desnudó la parte inferior, y se acostó en la mesa, a ella se le veía que estaba acostumbrada a estas situaciones, y supongo que las tenía que aguantar porque en la discoteca ganaba una pasta. Yo me puse muy caliente, y estaba ya obsesionado con aquel coñito rasurado que tenía ante mí, ella abría las piernas para que lo pudiera ver en su máxima extensión, hasta que Rafael me ordenó que comiera, entonces no me lo pensé y comencé a lamer de arriba abajo su rajita, entreteniéndome en el clítoris e intentando meter mi lengua en la vagina. Hasta que Rosa salió del servicio, pudo oír unos gemidos, giró la cabeza y vio como le lamía el húmedo coño a Lorena, ella pegó un salto al verlo, entonces Rafael comenzó a reír y nos dijo que nos viniéramos a hacerlo delante de él y de Rosa, mi hermana le pedía a su jefe que por favor no lo hiciéramos, pero Lorena se bajó de la mesa, se quitó toda la ropa, y se acostó en la alfombra justo delante de Rafael. A continuación nos ordenó que íbamos a hacer todo lo que Rosa y él dijeran, nosotros asentimos con la cabeza, y me ordenó que pusiera a Lorena a cuatro patas, y que siguiera comiéndole el coño. Rosa tenía cara de no comprender como Lorena podía estar tan tranquila haciendo aquello delante de todos. Lorena parecía una profesional y desde luego no era la primera vez que hacía aquello.
La siguiente orden de Rafael fue que subiera la lengua y le comiera el culo, que se la metiese dentro de su hueco, eso hice, y él me elogiaba, me incitaba a que siguiera, que a la guarra le gustaba, que continuara follándole el culo con mi lengua. Al oir el rudo lenguaje de Rafael, Rosa se asustaba todavía más, estaba en el sofá tenía las piernas cruzadas, muy cerradas.
Entonces, Rafael se giró hacia Rosa, y le pidió que le diese alguna orden, ella no quería, el jefe continuaba, le decía que sabía que le excitaba vernos, que había venido sabiendo lo que había, que seguro que muchas chicas le dijeron lo que yo hacía, Rosa le dijo que por favor nos llevase a casa, me miró y vio en mi una cara fuera de sí, excitada ante aquella situación, Rafael siguió, le dijo que no hiciera un sufrimiento eso, que disfrutara viéndonos, que si quería que no participara, que solo mirase y disfrutara. Él le rogaba que nos dijera que teníamos que hacer, incluso le dijo que por cada orden que diese le pagaría una hora extra más al final de mes.
Rosa se quedó pensando un rato, si por ella hubiera sido saldría corriendo, pero al ofrecerle dinero, con lo que lo ansiaba para poder salir de casa e irse a vivir ella sola aceptó la propuesta, al fin y al cabo no hacía nada malo, sólo daba órdenes, y satisfacía a su hermano. Rafael sonrió, y le dijo que empezara, Rosa le ordenó a Lorena que se pusiera de rodillas en el suelo y le comiese la polla a su hermano, Lorena lo hizo y comenzó a lamerme la polla fuertemente, lo hacía con ansia. Rafael le dijo que muy bien, que ya tenía una hora extra.
De repente, Rafael se sacó su polla ya empalmada del pantalón y comenzó a tocarse delante de nosotros, y le preguntó a Rosa si le gustaba su verga, ella no sabía dónde meterse. Rafael le dijo a Rosa que se la comiese un poco, que sabía que ambos tenían ganas, a la vez, empezó a tocarle sus piernas que quedaban al descubierto por la faldita tan corta que llevaba, después él, la cogió de la cabeza, y la fue acercando a su pene lentamente, diciéndole que eran horas extras, dinero fácil, que mirase a Lorena como no decía nada, pues quería dinero. Rosa estaba algo asustada, pero la bebida y las ansias de dinero no le hacían oponer mucha resistencia, así que llegado el momento, Rosa se encontraba comiéndole la polla a su jefe. A continuación, Rafael me dijo que me tirase en el suelo, y él se puso a mi lado, y las chicas de rodillas comiéndonosla, era una gozada, las dos chicas mamando nuestras pollas, y el ver a mi hermana de esta guisa me excitaba aun más. Después de un tiempo, Rafael me dijo que me la follase, entonces puse de rodillas a Lorena y comencé a follármela, me puse a su espalda, y empecé a metérsela y sacársela, sin mucha oposición, por lo que cada vez me la tiraba más fuertemente, cogiéndola de los pelos y tirándola hacia mí, Rafael a la vez que se la mamaba mi hermana, insultaba a Lorena, le decía que era la mejor perra del local, Lorena no se inmutaba mucho, incluso parecía pasarlo muy bien. Rafael, cogió a mi hermana, y también la puso a cuatro patas al lado nuestro, y progresivamente se la fue introduciendo, la trataba con suavidad, se notaba que no quería causarle una mala impresión por ser la primera vez, hasta que llegó el momento que se le olvidó esto, y empezó a ir más rápido, siendo follada constantemente por él, que clavaba su polla sin parar agarrándole sus pechos. En la mitad, Lorena le pidió a Rafael un intercambio de parejas, lo que me dejó estupefacto, rápidamente Rosa se negó, dijo que eran hermanos, que por ahí no pasaba, por lo que ante esto, Rafael pasó de la idea y no llegó a más la idea. Mientras follaba el jefe a mi hermana, este me dijo que se la metiera ahora por el culito, Rosa nos miró con cara de desagrado, Rafael se dio cuenta, pero yo le hice caso, y penetré el ano de la compañera de mi hermana, Rosa podía ver la cara dolorida de Lorena al ser invadido su culito, pero tampoco las quejas fueron muy alevosas, se notaba que estaba acostumbrada a eso. De pronto Rafael sacó su polla de la vagina de mi hermana, y se la puso en la punta del ano, ante esto Rosa dio un salto y se giró, y le dijo que de eso nada, Rafael le ordenó que se pusiera en la alfombra de rodillas, ella lo hizo, y él le dijo que mirara.
Rafael me dijo que me tumbara boca arriba, y a Lorena que me follase, así lo hicimos, hasta que él se acercó, y penetró el culo de ella, estaba sufriendo una doble penetración, pero en su cara de gozo se le notaba que no era la primera vez, Rafael se giró hacia mi hermana y le dijo que aprendiese, que Lorena estaba ganando muchas horas extras, que las dos eran unas putitas, y que era mejor que al menos ganasen dinero por eso, Rosa asustada seguía arrodillada viendo el espectáculo, hasta que de pronto Lorena gritó corriéndose.
Ninguno de los dos nos habíamos corrido pero estábamos a punto, por lo que él me cogió del brazo y nos aproximamos a Rosa, Rafael me dijo que me masturbase para correrme, así lo hice, mi hermana veía cómo los dos nos masturbábamos delante de su cara, hasta que él se corrió sobre la cara de mi hermana, y al ver que yo también llegaba al fin, me aguantó de la cintura para que mi leche también cayera sobre mi hermana, de este modo la empapamos de leche. Rosa se enfadó al sufrir aquello, se levantó y se fue llorando al lavabo, con su cara y pechos manchados de arriba abajo, Lorena fue detrás de ella a consolarla, y lo consiguió, no sé qué le dijo pero lo logró, supongo que irían los tiros por el dinero que iba a ganar, al final acabamos todos durmiendo en casa de Rafael.