Relatos Eróticos Lesbicos

Doble Penetración Lésbica (parte 2)

Publicado por Isabela el 18/06/2015

Dedicado a las chicas de: “el club de las bragas rosa”
SOBRE SUS CADERAS DESNUDAS

Su piel desnuda brillaba, sus caderas lucían hermosas, era muy seductora y sugerente, con su mirada guiaba la mía hacía su zona íntima, los pelitos de su pubis rojizos, rizados, delicados, alborotados dejaban ver en el fondo su piel íntima, su olor me llamaba, era atrayente, quería lamerla, quería probarla hasta que su pubis se pierda entre mis dientes y mi lengua. Dio vuelta sobre una de sus caderas, se dio la vuelta entera, su culo era impresionante, nunca había tenido unas nalgas tan redonditas con una piel tan suave, parecía tan ligera de peso que cuando termino de acomodarse boca abajo sus nalgas revotaron levemente juntándose en medio, ocultando al interior de ellas su ano, era una mujer sensacional, ardiente, sabia como entregarse, sabía entregarse entera, cuando termino de acomodarse apoyo su pecho sobre las sábanas y abrió sus piernas, sus nalgas se separaron automáticamente y su rico pubis salió hacia atrás apoyado encima de las sabanas, de inmediato me acomodé entre sus piernas, sentí sus desnudas piernas a mi alrededor, su aroma a pubis me atraía, tenía la lengua muy húmeda por tocar su pubis, me acomodé también boca abajo, deslice mis manos por sus muslos, sentí como eso le producía cosquillas mientras ella estiraba su cuerpo hacia arriba, me agache más, el calor de su pubis era intenso, su calor llego a mi pecho y me dominaba el deseo de probarla, de dominar su sexo con mi lengua.

Quise lamer su pubis extenso que se abría desde adelante hasta atrás entre sus delicados pelillos, bajé más la cabeza y metí la lengua en su pubis, di una extensa y húmeda lamida desde abajo hasta casi llegar a sus nalgas, apenas sintió mi lengua en su zona intima enderezó la espalda y lanzó un gemido de sobresalto, lo que me hacía presumir que le había gustado mi llegada a su zona más íntima, y lo había hecho por detrás, casi a escondidas, sien que ella me viera. Le seguí robando lamidas por detrás de su pubis, con mi lengua mojaba su piel, su vagina encendida segregaba su propia humedad y me llegaba a los labios con ese sabor entre dulce y salado que me hacía delirar y desearla más, con mis labios impregnados de su sabor y aroma fui sobre sus nalgas, las bese, me gusto juntar mis labios sobre la piel ligera de sus redondas nalgas, luego saqué la lengua y pronto se la metí entre las nalgas, sus nalgas calientes dejaron circular mi lengua en medio de ellas y la punta de mi lengua sintió su ano al pasar, mi lamida paso de largo hacia arriba, pero pronto volví a degustar de su ano con un par de lamidas más sin separarme de entre sus nalgas.

Ella se acomodó con la cabeza de lado poniendo una de sus mejillas encima de la almohada, levantó las nalgas levemente, lo suficiente para que yo pusiera una de mis manos en sus labios vaginales mientras seguía mojando con mi lengua una de sus redondas nalgas en el costado donde se junta con la otra nalga, removía las yemas de mis dedos índice y del medio encima de sus labios vaginales, su vagina quedo sellada cerrando sus dos labios vaginales en el centro, mis dedos hacían círculos sobre su piel cálida y ligera que se dejaba remover suavemente, mi lengua también se deslizaba cada vez más adentro de sus nalgas, hasta que llegue una vez más a su ano y me deje sumergir ahí en medio para ponerme a lamerla con afán de satisfacerme y satisfacerla a ella también.

Ella entregada por completo, sumisa resoplaba el aire de su boca y murmuraba amén casi sin voz, resoplaba más y se sentía relajada, abandonada a mi voluntad. Cuando uno de mis dedos llegó a abrir su vagina resopló el aire con los dientes cerrados, la llegada de mi dedo al interior de su vagina fue un acto glorioso, me humedeció entre las piernas y a la vez sentía como mi dedo se humedecía dentro de su vagina, lentamente fui abandonando su ano con mi lengua para lamer más abajo, así mis lamidas iban a estar más cerca de donde mi dedo la estaba penetrando. Prácticamente tenía mi dedo enterrado en su vagina y lo movía ligeramente ahí dentro de tal manera que la penetraba cada vez más hacia adentro, la piel alrededor de su vagina se movía junto con mi dedo y se ponía rojiza y subía de temperatura, para refrescarla me puse a lamer ahí donde quedaba el borde de mi dedo y donde mi mano golpeaba ligeramente su vulva, luego le di un beso a un costado de su nalga, podía sentir unos pelitos muy delgados y cortos en mi barbilla, esos pelitos que rodeaban sus labios vaginales hasta muy atrás.

Saqué un poco el dedo del interior de su vagina y con mi lengua recogí lo que había quedado expulsado de su interior, recorrí con mi lengua llena de sus secreciones toda su piel hacia el interior de sus nalgas abiertas, y metí mi lengua encima de su ano, la restregué muy bien encima para depositar todo rastro de sus fluidos vaginales, ingresé nuevamente completamente al interior de su vagina y seguí enterrando mi dedo muy adentro, ella gemía y tomaba una de sus nalgas con la mano para llevarla más a un costado, así su ano se separaba un poco más dejando que mi lengua sintiera su interior.

Mi dedo muy adentro de su vagina, giraba, movía mi mano de un costado al otro para que mi dedo dentro de su vagina también se moviera palpando sus húmedas paredes vaginales, luego daba con el borde de mi dedo hacia su abdomen para que me sintiera en su punto g, eso le hizo mover las piernas mientras gemía, cambie de dedo y la penetre con el dedo del medio para que me sintiera mucho más adentro, con eso llevo la cabeza hacia arriba y sumergió su boca en la almohada para contener un poco sus gritos de placer, pero mi dedo no la dejaba ni respirar y seguí metiéndoselo muy ágilmente, mientras ella gritaba como una soprano con una voz muy delgada, mi dedo pasaba palpando las paredes de su vagina, ella humedecía alrededor de mi dedo, dejándome llena de sus secreciones blancas.

Al mismo tiempo lamia su ano intensamente, mi lengua completamente encima de su ano la lamida sin detenerse, y me anime a introducirle nuevamente mi dedo índice sin sacar de su interior mi dedo del medio, su húmeda vagina se abrió y recibió mi otro dedo sin resistirse, mis dos dedos se juntaron al interior de su vagina y empecé a moverlos, ella se agitaba y luego al soltar el aire, resoplaba y terminaba gimiendo casi a los gritos, con mi lengua encima su ano podía sentir como mis dedos se agitaban al interior de su vagina, y debo confesar que eso me excito al punto de querer penetrarla sin parar, de continuar probando su ano, de no querer soltarla y seguir haciéndola gemir sin control, ella se movía encima las sábanas, le venían espasmos y se agitaba, luego mordió la almohada, la apretó con todas sus fuerzas con una mano, yo agitaba más mis dos dedos dentro de su vagina, y la oí gritar desgarrándose la garganta.

Me sumergí más entre sus nalgas, esta vez con la boca abierta tomaba toda la piel que tenía encima y por debajo de su ano de tal manera que su ano quedaba en medio de mi boca, y yo chupaba, succionaba al interior de mi boca, hasta dejarle la piel enrojecida alrededor de su ano. Ella quedo abatida encima de la cama, temblando y conmocionada aun gimiendo, lentamente sacaba y metía mis dedos de su vagina, lentamente acaricia con mi lengua por debajo de su ano, y ella estaba más que extasiada.

Hasta que termine lamiendo el centro de su culo, venía desde abajo de su ano, pasaba por encima y subía arriba, lamiendo hasta donde acababan sus nalgas, lamía humedeciendo con mi lengua toda esa piel de su culo que luego iba a quedar entre sus nalgas. Y luego pase por la misma ruta con mis dedos humedecidos por su vagina, mis dedos chorreados y pegados uno al otro por su secreción; recorrieron desde la salida de su vagina, pasaron por encima de su ano hasta arriba, y en seguida recogí un poco de ese sabor a vagina lamiendo por encima de su ano, ella se retorcía lentamente de placer, podía sentir como se concentraba en disfrutar de mis dedos en el centro de sus culo, de mi lengua arriba de su ano.

Recorriendo su culo con mis dedos regrese a su vagina, y volví a penetrarla con mis dos dedos, ella se relajó un poco, yo le metía mis dedos hasta el fondo y luego se los sacaba hasta casi dejar en su interior solo las yemas de mis dedos, y volvía a metérselos lentamente, ella ponía tensa su espalda, gemía despacio frotando su mejilla en la almohada; estuve así un rato sacando y metiendo mis dedos de su vagina, repartiendo besos al interior de sus dos nalgas, luego volví a lamer su ano con la punta de mi lengua endurecida intentando abrir su orificio, y mis dedos se movían más intensamente al interior de su vagina, esta vez ya no los sacaba hasta afuera, sino que los deje en el fondo de su vagina y ahí me puse a removerlos para penetrarla cada vez más adentro.

Su vagina volvió a mojarse, sus labios vaginales estaban salpicados de humedad y brillaban, mis dedos ahí dentro estaban empapados, yo oía como disfrutaba con mi lengua clavándose en su ano y mis dedos entrando cada vez más adentro de su vagina. Su húmeda vagina rociaba hacia afuera todos esos flujos blancos que luego se iban a esparcir y desaparecer otra vez al interior de su vagina por la acometida de mis dedos que frotaban esa zona donde se habían acumulado sus secreciones cada vez que volvían a entrar profundamente en su vagina.
Continuara…
Las interesadas en leer completo este relato pueden pedírmelo a: isabela.4102@gmail.com No olviden pedirlo haciendo referencia al nombre del relato, y por favor solo chicas.