Relatos Eróticos Lesbicos

Con los pechos apoyados en el cristal de su ventana

Publicado por Isabela el 21/07/2015

Dedicado a las chicas de “El club de las bragas rosa.”

Yo la vi pegada a su ventana, ella estaba esperándome, con su pecho apoyado en el cristal de la ventana y sus nalgas apuntando hacia donde yo me hacía presente, traía encima ese top cortito y transparente que la hacía ver tan sexi, le quedaba tan ajustado que resalta deliciosamente sus senos. Cuando me escucho entrar puso la cabeza a un costado como mirándome de reojo, levantó los brazos por sus costados juntando sus manos por encima de su cabeza y apoyándolas en el cristal al igual que sus pechos, con todo su cuerpo apoyado sobre la ventana, elevó sus redondas y carnosas nalgas hacia arriba, como traía puesta únicamente su tanguita rosa sus nalgas se veían completas.

Ambas nalgas al ir para arriba se abrieron un poco, dejándome ver en medio, la tela de su tanga que cubría su ano y más abajo su vagina, eso me excitaba demasiado. La veía sonriendo y con sus ojos en dirección a sus nalgas como sugiriéndome que le siga viendo ahí. De pronto la vi darse vuelta para dejarme ver su hermoso cuerpo de frente.

Sus muslos eran tan firmes, su abdomen tan esbelto, y cubriendo por encima sus redondos senos ese top tan pegado a su cuerpo; ella había apoyado sus manos en sus caderas y me miraba con esa sonrisa que tanto me encantaba, me miraba fijamente a los ojos, movía levemente la cabeza y no paraba de sonreírme, hasta que, levantando los costados de su tanga con sus manos, puso sus dedos por debajo de las delgadas tiras de tela de su tanga elevándola más hacia arriba, haciendo que se pegara más la parte que cubre su vagina.

Ese pequeño pedazo de tela que apenas cubría su pubis quedo tan pegado que se marcaron sus ricos labios vaginales, y delataron su excitación al humedecerse del centro con sus fluidos vaginales. Sintiéndose excitada a más no poder, elevó la cabeza hasta quedar mirando hacia el techo, yo me quede contemplando su sensual cuello que tanto me atraía, ya quería pegarme a su cuerpo y bajar por su cuello humedeciéndoselo a besos.

Luego jalaba hacia arriba con sus manos ambos costados de la tanga, suspendiendo y separando de su piel la prenda, cuando jalaba el costado derecho más arriba que el izquierdo, sacaba la cadera hacia el costado y curveaba su cuello hacia ese costado, y viceversa cuando hacía lo mismo con el borde izquierdo de su tanga.

Después de un rato de estar jugando con los costados de su tanga, la soltó y agarró su top por los costados para ir desprendiéndose de él lenta y sensualmente subiéndolo por sus costados, liberando sus senos y dejando que caigan ligeramente con su peso suspendidos aun por su sostén, era un sostén de encaje que hacía resaltar sus voluminosos senos. Termino de sacarse el top por arriba liberando sus brazos y su cabeza, lo tiro al piso y me dejo contemplarla de cuerpo entero en ese sexi conjunto de ropa interior que traía encima.

Sus hombros eran tan seductores que quería besárselos con mi boca abierta sellándole mis dientes levemente, su pelo rubio y corto terminando en un copetito parado hacia adelante y su espalda tan perfectamente marcada, sus caderas eran tan bien hechas, tan redondas que quería tenerlas en mis manos, sus senos se dejaban ver entre la tela de encaje que los cubría y despuntaban sus sabrosos pezones. Quería comérmela.

Dio unos pasos hacia mí y volvió a voltearse para mostrarme sus nalgas, esta vez agachándose levemente para que sobresalieran hacia mí, sensualmente movió su cabeza y acomodo su copetito hacia un costado, definitivamente era la mujer más sexi que había tenido. Sus nalgas firmes puestas delante de mí eran una tentación a la que no podía resistirme, como se había agachado habían quedado levemente separadas dejándome ver una vez más esa delgada tira de tela que apenas cubría su ano. Y hacia abajo sus cautivadores muslos que por detrás eran tan tentadores como por delante.

Ella ya iba bajando de su hombro el tirante de su sostén, me hacía desear una vez más su exquisito hombro, la tentación de su piel ponía inquieta mi boca, de su hombro dejo que el tirante cayera sobre su brazo, puso sus manos en sus costados y apoyando bien sus piernas levemente abiertas meneo sus caderas a ambos lados, me encantaba como se meneaban sus nalgas con ese meneo. Ella aún me miraba poniendo su rostro de costado. Y para agarrar sus caderas desnudas, metió los dedos de sus manos bajo los costados de su tanga una vez más, se agarró las caderas extendiendo sus pulgares hacia atrás y sus demás dedos por delante y volvió a menear sus voluptuosas caderas.

Sus anchas y carnosas nalgas eran exquisitas, ahora que había metido sus manos por los costados de su tanga y que ésta había quedado aún más arriba, podía apreciar en todo su esplendor aquellas nalgas tan firmes y redondas, sin embargo aún quedaba cubierto su ano.

Saco una de sus manos del costado de su tanga y la subió hacia arriba por su espalda, esa espalda tan bien formada que en medio se había esculpido tan bien, su mano avanzaba hacia arriba acariciando su piel, y de pronto escuche que soltó los broches de su sostén juntando los dedos en medio, entonces vi como por los costados de sus brazos saltaron como un par de resortes los lados de su sostén, aquellos que se cerraban en su espalda y que ahora quedaban liberados.

Para que el sostén no cayera hacia abajo ella flexionó los codos y con las manos sujetó su sostén por las copas, luego se dio vuelta, sus caderas bien formadas traían de frente su hermoso cuerpo, ella fue liberando lentamente su sostén y poco a poco salieron hacia adelante sus redondos senos, pero rápidamente cubrió ambos pechos con una de sus manos y su antebrazo, dejándome ver uno de sus pechos saliendo por debajo de su mano, un pecho redondo firme y bien formado del cual quedaba cubierto por su mano extendida de su pezón hacia arriba, me excitaba pensar que en medio de la palma de su mano había ido a dar su pezón y que ella lo sentía. Y su antebrazo cubría su otro pecho casi completamente pero de él también me dejaba ver la parte de abajo de su seno que era carnoso y grueso.

Mientras tenía cubiertos sus senos, jalaba hacia arriba el costado de su tanga para dejar descubiertas por completo su cadera y su cintura. Entre sus piernas separadas despuntaba su sexo cubierto por su tanga y a los costados quedaban desnudas sus entrepiernas, esas entrepiernas jugosas de las que se desprendían sus muslos bien formados y hacia arriba se formaba una zona intima lisa y perfecta que daba paso a su vientre esbelto, de piel firme en el que se elevaban hacia arriba los delgados costados de su tanga. Una mujer con una zona intima por demás excitante.

Yo acudí con mi mano a tocar esa su zona intima, encajaba su tanga en medio con mis dedos metiéndola en su raja, podía sentir su humedad como salía encima de la prenda íntima, a medida que iba metiendo más mis dedos entre sus pliegues vaginales encima de la tanga ella se inundaba de placer y deseo, su delicioso aroma impregnaba mis dedos, sus muslos se sentían calientes, casi y sentía como se cerraban esos muslos mientras movía las entrepiernas.

Ella no aguanto más su excitación y liberó sus senos, los dejo libres para que yo tomara uno de sus pezones con mi otra mano y comenzara a jalar su pezón, a la vez ella se puso a besarme intensamente en la boca, otra demostración de la enorme excitación que sentía, y no era para menos, yo tenía una de mis manos jalándole uno de sus pezones y mi otra mano dedeando su vagina encima de su braga rosa.

Su seno era enorme, cuando abrí mi mano para tocarlo todo, apenas y me alcanzaba la mano, pero como me gustaba sentir lo redondo que estaba en toda la palma de mi mano y mientras rozaba ese su seno, podía sentir como se iba hacia arriba ese su pezón en medio de mi mano, era algo realmente excitante sentir ese pezón tan dócil que se dejaba llevar y seguía el movimiento de mi mano sobre su pecho. Luego pase a su otro pecho, también se los acaricie poniendo mi mano encima y fui acariciando por todos lados hasta llenarme la mano con esa piel tan firme, como ese pezón oscurito y tan despuntado.

Tan redonda era su teta que mi mano resbalaba con facilidad de su redondez y así fue a dar a su abdomen, por ahí seguí un sendero que me llevaba por el centro hacia abajo, mi mano continuaba resbalando por ese abdomen tan bien definido y esbelto. Continuara…

Este relato es parte de mi último libro digital “EL CLUB DE LAS BRAGAS ROSA” que lo distribuyo gratis a través de correo electrónico, las interesadas en leerlo completo sólo deben pedírmelo a: isabela.4102@gmail.com
No olviden pedirlo por el nombre del libro y por favor solo chicas.