Relatos Eróticos Lesbicos
Amigas muy calientes
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
El relato que os narro, sucedió cuando un día salí de juerga, acabé en una discoteca, allí vi a una amistad femenina mía, se llamaba Diana, que estaba con una amiga suya, la cual después me enteré que se llamaba Lorena.
Esta última iba vestida con una falda blanca, arriba un top azul, con unas botas altas blancas, medía sobre 1,65, rubia, bastante guapa, con dos grandes pechos, y un buen culo. Diana, llevaba un pantalón negro ajustado, con una camisa blanca, pelo largo, guapa de cara, 1,60, ojos marrones, no muchas tetas, pero uno de los mejores culos del mundo, era impresionante.
Cuando las vi, me fui hacia ellas, y empecé a hablar con mi amiga Diana, la cual después me presentó a su colega Lorena, ambas estaban bastante locas y eran muy descaradas, me dijeron que habían salido de caza. Tras un rato de charla volví a donde yo estaba, dejando a las dos chicas solas, en busca de tíos que las pudieran satisfacer.
Yo no perdía ojo de lo que hacían, y fue cuando ya bastante tarde, la caza de las chicas tuvo resultados, se empezaron a liar con dos chicos allí en medio de la discoteca.
Así fue pasando el tiempo, hasta que dio las cinco de la mañana, cuando de repente vi a los chicos irse de la discoteca, yo me quedé sorprendido. Fui a pedir una copa, y pasé por al lado de las chicas, sin vergüenza les pregunté qué dónde dejaron a los chicos Diana me respondió que no les propusieron nada y que de repente le dijeron que se tenían que ir, yo me reí un rato, y seguidamente me fui otra vez a mi sitio, eso sí, sin dejar de mirarlas.
Ellas se quedaron totalmente calientes, con la desilusión de una fallida caza, un poco borrachas, continuaron bailando las dos, a veces incluso con movimientos sexy, que alteraban al personal masculino que por su alrededor había.
Un rato después decidieron irse, yo las seguí sin que me vieran, para ver que hacían, cuando al llegar a una plaza cercana, vi que se paraban, una enfrente de la otra Entonces Lorena empezó a acariciar el pelo de Diana, entre risas borrachas, hasta que de pronto empezaron a besarse, a liarse en la plaza, se comían mutuamente las bocas, no podían para Lorena le comía el cuello a su amiga, y después al revés, después Lorena empezó a agarrar el culo de su amiga, Diana plantó sus manos en las tetas de la otra chica, así estuvieron un buen rato, masajeándose sin parar un rato, cada una dándose en sus respectivos puntos fuertes, incluso metiendo Lorena las manos dentro del pantalón de Diana, agarrándole con ansia el culo, por su parte, Diana le sobaba por dentro del sujetador las tetas.
Pasado un rato, de repente pararon las dos, parecía que se dieron cuenta de lo que estaban haciendo, que se habían pasado de la raya. Se separaron, y las dos chicas continuaron hasta el portal de Diana, que estaba próximo al de Lorena.
Una vez allí, se dieron el último beso en la boca y se despidieron. Después Lorena se fue a su casa también.
Yo me quedé muy caliente con la pequeña escena lésbica, me fui a mi casa, y rápidamente me masturbé pensando en lo vivido en aquella plaza.