Relatos Eróticos Gays
Todo por un gato
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Hola soy Gustavo nuevamente para contarles lo que me sucedió hace unos días. Estaba un sábado en mi casa, tratando de cocinarme algo, cuando de pronto suena el timbre de mi casa; salí y pude ver que se trataba de mi vecino llamado Jorge, quien tras saludarme me dice que su gato esta sobre un damasco inmenso que hay en la parte trasera de mi casa, subido desde el día anterior. Como saben los gatos siempre que se asustan se suben a cualquier lugar y después no saben como bajarse.
Bueno la cosa es que Jorge, un hombre de unos 45 años, algo descuidado de su cuerpo pasó hasta el patio trasero donde estaba el bendito gato maullando. Hizo varios intentos por bajarlo, sin lograrlo y después de insistir por unos 20 minutos me dijo:¡¡¡Gustavo, te puedo mandar a mi sobrino!!!!¡¡¡Cómo es mas joven podrá trepar y seguro que lo baja!!!Le dije que no había problema; y mientras venía su sobrino fui nuevamente a la cocina para seguir con lo que estaba haciendo. Pasaron 10 minutos y nuevamente el timbre; salí encontrándome con un muchacho de unos 20 años, de precioso pelo largo y rubio, con camiseta ajustada, que le marcaban perfectamente los pectorales y con un pantalón corto y zapatillas.
Después de mirarlo le dije que pasara y enseguida se fue al patio y se trepó en el árbol como un verdadero mono. Mientras Carlos así se llama el sobrino intentaba bajarlo, yo le admiraba desde abajo. Que sorpresa más agradable me llevé cuando me fijé que debajo de sus pantalones cortos no llevaba calzoncillos, lo que permitía que su paquete se moviera para todos lados, permitiendo que mis ojos se recrearan viendo su verga blanca, con sus testículos rosados que se movían como verdaderos péndulos, produciendo que mis ojos solo se preocuparan de ellos y no de lo que estaba haciendo Carlos. Finalmente logró llegar hasta donde estaba el gato y tras un par de peripecias bajo con él. Su pelo y cara estaban llenos de sudor por el calor que a esa hora imperaba y sin que él hablara le dije:¡¡¡¡Quieres refrescarte un poco y beber algo!!!Carlos no alcanzó a responder cuando nuevamente suena el timbre, le dije que esperara y para mi mala suerte, estaba parado en la puerta, mi vecino:¡¡¡¡Logró atraparlo!!!Si le dije y justamente cuando quise decirle que le había ofrecido refrescarse, apareció Carlos con el gato en brazos y entregándoselo a su tío le dijo:¡¡¡Toma tío, enseguida voy!!!¡¡¡Es que el vecino me ofreció un refresco y acepté!!! Jorge, mi vecino me agradeció y se retiró con el gato no sin antes decirle a su sobrino:¡¡¡¡No te demores que tu tía tiene preparada la comida!!!
Cerré la puerta y entramos con Carlos a la casa:¡¡¡Si quiere te das una ducha, mientras te sirvo el refresco!!!Enseguida aceptó, es más sin ningún problema se quitó delante de mí la poca ropa que llevaba, mostrando sus perfectos atributos físicos. Su verga está erecta, no muy grande pero sí muy cabezona:¡¡¡Sé que te gustan los hombres!!!¡¡¡Aquí tienes uno para que te lo devores!!!
No alcance a pronunciar palabra porque enseguida me abrazó y me besó, metiendo su larga lengua en mi boca, a la vez que restregaba su falo contra mí. Sin perder tiempo me sacó la camisa y se arrodilló y tras bajarme los pantalones junto con los calzoncillos, se metió mi verga en la boca, iniciando una breve, pero feroz mamada que me hacía delirar del gusto. Luego me dijo que se la chupara un poco, enseguida me arrodillé y se la mamé no más de un minuto y sin previo aviso descargó su leche en mi boca, gimiendo del gusto mientras me agarraba la cabeza. Pude saborear sus últimas descargas de juvenil semen. Casi al instante me pidió que me levantara y me dijo:¡¡¡¡Tienes un condón a mano!!!Le dije que si y fui hasta mi habitación; traje uno y se lo pasé como sorprendido por la petición. Procedió a abrirlo y me lo puso en mi ya dolorosa erección:¡¡¡¡Quiero que me la metas, pero suavemente!!!¡¡¡Esta será la segunda vez y tú la tienes mucho más grande!!!!
Luego se apoyó en la mesa y estiró su hermoso culo hacia atrás, ofreciéndome tremendo manjar, que no pensaba dejar escapar. Tomé un poco de lubricante que tenía en uno de los cajones de un mueble y le embetuné un poco su prieto hoyo y luego me puse en mi pene forrado por el preservativo. Lentamente fui abriéndole esa hermosa flor que da paso a la entrada rectal, solo escuché un solo quejido porque el mismo estiró sus brazos hacia atrás, atrapando mis nalgas, tirándomelo hacia adelante y se encajó todo mi ariete en su culo. ¡¡¡¡Cabálgame salvajemente!!!¡¡¡Quiero sentir el culo como se me parte!!!!
Ya para esos instantes mi excitación estaba al máximo por lo que le embestí unas cuantas veces y descargué todo mi semen en ese esfínter que pienso era la primera vez que se comía una verga. Me quedé unos segundos quieto con mi verga dentro, pero él me dijo que se la sacara entre gemidos. Rápidamente se vistió, se fue al baño se mojó un poco la cara y el pelo, mientras yo me vestía nuevamente. Salió muy apurado del baño y me besó: ¡¡¡¡Me dejas afuera !!!Le sonreí y salí a dejarle a la calle sin mediar palabra, luego le miré hasta que entró en casa de su tío.
Desde ese día no le he visto más, aunque el gato anda algunas veces por mi casa, no se ha quedado nuevamente arriba de mi árbol, espero que pase algún día, así esta vez si viene Carlos le preguntaré dónde vive y como puedo ubicarlo. Lamentablemente como comprenderán a su tío no puedo preguntarle por él, en fin el tiempo lo dirá, o quien dice, el bendito gato.