Relatos Eróticos Filial
Mi tia y su hermana son gemelas
Publicado por Anónimo el 30/11/-0001
Cuando llegue a mi casa y vi a mi madre después de mucho tiempo encerrado en el internado, se sorprendió al ver un hombre en su casa, pues desde que papa murió nunca intento rehacer su vida. Así parecía que esa muñeca de carne y huesos diseñada para coger sin limites y que parecía una estrella porno, en las que deseaba intervenir, no tuviera uno o varios hombres orgullosos de compartir su colchón.
Al besarla sentí una excitación que me provoco una gran erección que jamás hubiera querido tener con ella, no obstante al estar abrazados, Elena lo noto y en lugar de separarse, froto con picardía su vientre por el bulto descomunal de mi pantalón y estuve a punto de eyacular, pues su proximidad me hizo olvidar quienes éramos y que entre madre e hijo no podía haber ninguna clase contacto sexual, aunque eso era precisamente lo que más deseaba, ya que ella era mi tipo ideal de mujer.
Pasaron los días y ella se mostraba muy sexy cuando yo la observaba o me contaba chistes colorados y se sentaba en mis piernas, al verla tan guapa y vestida a la ultima moda, me olvidaba del respeto que como madre le debía, era muy franco con ella, sin disimulos. Ella sabia cuantos revolcones me daba con mis amigas, si les había tocado las tetas e incluso le comente que Nina la vecina me la había mamado.
Cierta noche me madre me dijo que hiciéramos maletas, porque nos íbamos la mañana siguiente a pasar el fin de semana a casa de su hermana Noelia, su gemela a la que hacia tiempo no visitaba, a regañadientes acepte que nos fuéramos juntos, a ese lugar carente de diversión, pero no imaginaba que ese viaje iba a ser punto clave para mi futuro sentimental.
Cuando llegamos al pueblo me quede impresionado por la belleza de mi tía Noelia, que era idéntica a mi mama, aunque temí que al no tener posibilidades de conquista me iba a aburrir mucho. Una mañana salí muy temprano de la casa y mi mama se quedo durmiendo, pues quería acercarme hasta la granja que había montado mi tía cerca del pueblo en pleno contacto con la naturaleza.
Y como me había llevado un pornográfico espectáculo al espiar a mi madre y a mi tía mientras se bañaban, traía una erección descomunal y en las inmediaciones de la granja de mi tía, que por cierto era veterinaria, vi a la famosa bolita, una burrita que mencionaba mucho mi tía, ya que era su animal favorito y la quería mucho, de color gris, muy mansa y sumisa, pastaba ajena a las maldades que estaba tramando.
Había oído decir a mi amigo Iván, que él se había tirado varias veces a una oveja y también a una burrita, a falta de una mujer para hacer el amor, porque no podía desahogarme con ese animal? Que mi tía mantenía tan limpia. En un principio intente desechar esta idea zoofilica, pero eran tantas mis ganas de coger, que hasta el desagrado a hacerlo con un animal me valió un sorbete y olvidando mis prejuicios me acerque a esa burrita, despacio para no asustarla, y tomando un lazo la ate a un árbol. Ahí estaba al aire libre! En aquel lugar desierto, convencido de que mi tía no estaba, porque no había pasado la noche en la casa, ya que se fue al pueblo cercano para ayudar a parir una vaca.
Me excito tanto ver a la burrita trabada e indefensa, me acerque a ella y tras colocar una cubeta a manera de escalera, me baje los pantalones, me saque la verga erecta y se la clave sin piedad! Por ese hoyo solo reservado para los burros.
— Bravo sobrino! Como has sido capaz de cogerte a mi bolita?
Me quede helado al ver a mi tía a mi lado, bellísimas, más sexy que nunca. Ella sin decir nada tomo mi verga y sin soltármela me llevo hasta el interior de la granja. Una vez ahí, me condujo al baño, me enjabono el miembro, lo lavo meticulosamente y lo seco con una toallita muy suavemente.
Cuando comprobó que estaba limpio y pese a mi relación carnal con su burrita, se arrodillo delante de mi y tímidamente me empezó a chupar el pito, poco a poco fue tragándoselo hasta tenerlo por completo en la boca. Mi tía estaba en cuatro patas sobre una alfombra del baño y ella que parecía el doble exacto de mama, me dio unas lamidas muy ricas que me hicieron temblar y por la cabeza de mi falo chorreaba de pasión y esto me hacia desearla con mas fuerza que nunca y olvidar nuestro parentesco.
Mi tía paso el dedo pulgar humedecido alrededor de mi glande, cerré los ojos y la deje sorber, expulsar y mordisquear mi trozo de carne, que gracias a sus lamidas me había convertido en el esclavo más sumiso, me abandone a su felación, dejando volar la fantasía e imaginarme que era Elena (mi madre) a la que tenia sumisa a mis pies, por este pensamiento tan prohibido estuve a punto de eyacular, pero mi tía al darse cuenta me lo impidió de un fuerte apretón, tras recobrar la vertical, Noelia se levanto el vestido, se quito su deliciosa tanga de encaje y poniendo el pie sobre el taburete del baño me mostró su almejita, provista de unos labios lubricados.
Sentí entonces un deseo de mamarle su chochita, imaginando que era el sexo de mi madre, tan igual a ella, pero Elena era con la que realmente me apetecía fornicar por el morbo de dicha relación incestuosa.
Me sorprendí cuando mi tía se sentó sobre el retrete del inodoro y me volvió a mostrar su vulva que despedía un aroma a pescado, no comprendía muy bien lo que ella quería, así hice lo que mi calentura me indico en ese momento, pues deseaba penetrarla, pese a la copula con la burrita, pues quería gozar dentro de una mujer.
Nunca imagine que el interior de su vagina fueran tan esponjoso, se amoldaba a todas la protuberancias de mi verga, mientras sus tetas estaban expuestas a mis labios, le chupe sus esféricas superficies embriagadas por el sudor de su cuerpo. Le alce los muslos mientras empujaba la pelvis contra su vientre, dándole unas embestidas de semental, dominándola para convertirla en mi deseo sexual de satisfacción suprema.
Cuando llevábamos cerca de 15 minutos disfrutando de nuestros cuerpos, ella estiro su cuello ofreciéndome su boca para besarla. 5 minutos después ella se puso de nuevo hincada y cuando puse mi miembro al alcance de su boca, lo atrapó y esta vez no interrumpió la mamada hasta que mi eyaculacion y mi dureza tras alcanzar el clímax, marcaron el punto final de nuestro primer encuentro amoroso.
Alegando que mi madre podría venir de un momento a otro a la granja y sorprendernos, nos vestimos sin demora y mi tía volvió a su trabajo y yo me despedí, consciente de que había ido muy lejos al tirarme a la hermana de mi madre!
Me fui a dar una vuelta por los alrededores del pueblo, caminando hasta agotarme, para olvidar lo que había hecho, aunque la quietud del campo y sus paisajes me hicieron rememorar una y otra vez las apasionadas escenas vividas con mi tía. Tendría las agallas para contarle a mi madre lo que le había hecho a su hermana? Perdonaría mi osadía? Y olvidaría que me había cogido a su hermana?
Mejor callé este secreto. Así después de cenar, mi tía Noelia y yo fuimos a la cocina a lavar los platos y sin reprimir mi curiosidad le pregunte, a mi ahora amante, en que se diferenciaban sexualmente hablando ella y mi mama.
— Somos iguales en todo, aunque a tu madre, cuando era una jovencita y algún chico le acariciaba el culo, no podía soportarlo y se quedaba exhausta, vencida, sumisa! Y suplicaba que el galán se la cogiera y le apaciguara la entrepierna, porque es más cachonda y puta que yo! Aunque parezca una buena mujer incapaz de chupar una buena verga.
— Pero, no es muy cerrada mi madre?
— Cerrada dices? Si supieras las de veces que me ha contado por teléfono o en las cartas que me escribe, de cuantos jovencitos como de tu edad se la han cogido! Dos, tres y hasta cinco a la vez.
— Pero, crees que acepte tener relaciones sexuales conmigo?
— Paciencia muchacho, que a lo mejor muy pronto, podrás tirarte a ese cuerazo tan caliente capaz de soportar la fogosidad de los jóvenes!
Esa noche después de conversar me dormí temprano. De repente alguien entro a mi habitación, de entre las sombras pude ver el cuerpo de una mujer que se quitaba el camisón para mostrar sus deliciosos pechos al aire, mi tía venia por más pensé, así que me hice el dormido para y ella se metió a mi cama sigilosamente, y ella aprovechando que yo estaba desnudo, coloco sus labios en mi polla a la vez que me ofrecía su vagina, la cual lamí con deleite, imaginándome en ese 69 con mi madre! Aquel pensamiento morboso me producía cierta incertidumbre y placer sin igual, ya era innecesario fingir que dormía.
Ella obed4eciendo mis instrucciones, puso su colita al alcance de mi boca y lamí esa diminuta entrada, percibiendo un aroma que horas antes no logre identificar, el botón de su clítoris crecía a causa de mis lengüetazos, era muy excitante, mordisqueaba con ardor sus labios vaginales haciéndola gemir de satisfacción, instantes después me lleno de sus fluidos los cuales bebí hasta la saciedad, mientras notaba como mi pené se sumergía en un volcán de succiones y saliva que calmaban el ardor que tenia en mí interior.
Luego me encontré penetrando su suave vagina hasta los testículos, mientras saboreaba sus pezones erectados, sentía la aridez de sus puntas granulosas, seguí moviéndome con fuerza penetrando a mi compañera de aventura nocturna, como si quisiera traspasarle mi virilidad en cada embestida, que la hacia la vibrar en oleadas de goce supremo. Su conducto vaginal caliente parecía que iba a tragarse mi verga, hasta que un grito proveniente de su pecho me hizo estremecer.
Al fin, había alcanzado un nuevo orgasmo y se derrumbo hacia atrás con las piernas abiertas de par en par, jadeante, agotada, satisfecha.
— Gracias Hijo, me has hecho muy feliz! A sido el mejor orgasmo de mi vida, ni siquiera tu impotente progenitor logro complacerme tanto como tu lo has hecho hoy.
Eyacule! Incapaz de contenerme y ella se irguió mientras le sobaba los pechos.
— Te amo desde niño mama! Quieres ser mi amante?
— Si mi niño! Seré tuya por siempre, ahora no habrá mas vergas solo la tuya. Hijo desde hace tiempo que quería ser tu mujer, y hoy, con ayuda de mi hermana, que me contó de la platica que tuvieron y de cómo te la habías cogido, y de lo cerca que estuviste de hacerlo con un animal, así que me dije: - Sí mi hijo quiere coger que lo haga con una mujer! Y que mejor que conmigo, así ya no tendrá ideas zoofilicas, o derrochara su dinero en putas, o en el autobús para venir a cogerse su tía, si aquí estaba yo! Que te tuve en mi vientre y ahora 19 años después seré tu mujer siempre que quieras, porque te adoro hijo.
Aquella confesión me sacudió, pues ahora podía fornicar hasta el cansancio.
No han pasado ni un par de meses, desde que tuvimos nuestro primer encuentro y ya somos pareja! Aunque nadie puede imaginárselo (Solo su hermana Noelia) Elena ejerce su rol de madre a la perfección durante todo el día y cuando estamos en publico, en la intimidad sin embargo, se comporta como la más sensual y ardiente de las mujeres, haciéndome gozar hasta limites insoportables.
Para que me voy a buscar otra mujer? Si ella me satisface plenamente.