Relatos Eróticos Filial

Consolando a mi yerno

Publicado por Joanluzian el 10/08/2024

Hola. Soy una mujer de 54 años, divorciada y con dos hijas mayores de edad (una de 29 y otra de 27);
La mayor lleva tres años casada, la mas chica trabaja fuera de la ciudad y nos visita de vez en cuando, razón por la cual generalmente estoy sola y puedo dedicarme a mi y a mis necesidades, una de ellas es auto satisfacerme cuando tengo ganas de un buen orgasmo, cosa que hago con frecuencia ya sea viendo videos o imaginando cosas ricas.
Mi hija la embarazada ha tenido algunos problemas de salud que la obligan a guardar reposo y no esforzarse demasiado; aunque no es de riesgo pero preferimos cuidarla y no tener algún problemas, razón por la cual estoy algunos días completos con ellos para ayudarles a que la pase lo mas relajada posible.
En una noche que estaba en su casa y me quede a apoyar, ella había pasado algunas noches un tanto molesta por lo que el médico le receto un medicamento de origen natural para dormir y pudiera descansar, cosa que me tranquilizo mucho.
Ya era como las 2 de la madrugada cuando desperté con sed y decidí ir a la cocina por un vaso de agua; así que me levanté, me puse mi delgada bata bajo mi short y playera de dormir y salí por el agua, después de tomar agua me dieron ganas de ir al baño y al pasar por fuera de la sala vi luz de televisor; pensando que se había quedado encendida decidí ir a revisar...
Mi sorpresa fue mayor al ver que mi yerno era el que miraba el televisor, lo tenía con una película porno y él se estaba masturbando... Al verme trato de ocultar y tapar su miembro que estaba todo erecto y empezó a tartamudear todo apenado.
Entre otras cosas me dijo que no pensara mal de él, que lo comprendiera, que mi hija, su esposa, dado su embarazo y por recomendaciones del médico debían de abstenerse de tener relaciones íntimas para no causar algún inconveniente.
Yo comprensiva, me senté junto a él en el sillón y traté de tranquilizarlo diciéndole que no se preocupara que entendía que necesitaba desahogo, que era joven y eso era normal dada su necesidad.
Al seguir platicando noté que yo estaba muy nerviosa y me percaté con sorpresa que me había excitado mucho al verlo y me aventuré a decírselo y a proponerle alivio a su tensión y al mismo tiempo a mi también me podría ayudar.
Con ojos de sorpresa me confesó que no esperaba eso de mi, que aunque yo era muy guapa, según él, siempre me había visto como suegra y no como mujer. Haciéndome la ofendida le dije que entonces él me veía vieja y nada deseable... Al contrario me contestó, dijo que yo era muy atractiva y que me conservaba muy bien; al escucharlo me decidí y me plante frente a él y me despojé de mi bata. Al verme con mis diminutas y delgadas prendas de dormir, solo alcanzo a exclamar que era muy bella, cosa que me decidió y entonces me hinqué frente a él que permanecía inmóvil en el sillón y le quité el cojín que lo cubría; su pene hermoso y totalmente erecto me indicó que estaba totalmente dispuesto a la batalla, así que lo tomé con mis dos manos y le dije que era muy grande, que realmente mi hija era muy afortunada en poder disfrutarlo y que seguramente se deleitaba con él. Me confesó que pocas veces ya que lo veía muy grande y ella siendo de boca pequeña rara vez podía abarcar todo... Entonces yo me acerqué aún más y empecé a besarlo tiernamente, luego fui dándole unos deliciosos lengüetazos en todo el tronco de esa espléndida verga>
Él suspiraba lenta y profundamente, lo que me animó a abrir mi boca con la intención de engullirlo todo. Al sentir su dureza y las venas fuertes que lo rodeaban fui sanado y metiendo mi boca, primero lento y poco a poco aumentando de rapidez e intensidad. Era algo delicioso como tiempo atrás no probaba, lo mamé con tanto gusto y devoción por su delicioso sabor, textura y firmeza que noté que empezaba con espasmos que indicaban una inminente eyaculación... Mamiii, me dijo, me vengo! yo apresuré mis mamadas para que culminara en mi boca. Al sentir que tremendos chorros de semén me llenaban me apresuré a beberme tan delicioso néctar que ya casi había olvidado lo bien que sabía y que tanto disfrutaba. Lo dejé totalmente limpio con mi lengua, recorrí todo su tronco desde los testículos hasta el glande y cuando quedó seco con un tierno beso lo volví a cubrir con el cojín dejándolo todavía respirando fuertemente y asimilando lo que le había hecho.
Con un tierno beso en los labios me despedí diciéndole que ese sería nuestro hermoso secreto y recordándole que cada vez que quisiera desahogo él podría contar con mami que siempre estaría dispuesta a ayudarle y de paso a mi también me ayudaría.