Relatos Eróticos Filial

Con mi tia marina dormida

Publicado por Anónimo el 30/11/-0001

Hola, me llamo AngeL y esta experiencia que les voy a relatar me ocurrió cuando yo tenía 22 años, vivo en el Norte de España y físicamente soy o dicen que soy bastante guapo, durante mi vida he tenido bastantes escarceos con las mujeres y bueno, en definitiva no me ha ido mal.

Mi familia es bastante numerosa, y entre todos ellos, tengo varias tías, y entre ellas se encuentra Marina, hermana de mi madre, Marina que en aquellos momentos rondaba los 36 años, de pelo moreno, ojos verdes y altura media, tenía un cuerpo bonito, se encontraba en esa madurez que tienen las mujeres a los treinta y tantos, esa madurez en la que está en la plenitud como mujer. No destacaba en nada físicamente, y esto se debía a que todo estaba en su sitio, armoniosamente. Cuando ocurrió este relato, tenía dos niños, uno de 5 años y un bebé de 4 meses, en definitiva, que estaba bien, aun después del reciente parto, con algún kilo debido a su reciente maternidad, pero aún así para mi entender estaba estupenda, rotunda y en forma.

Una de las veces en que acompañé a mi hermana Patricia, que tiene dos años mas que yo, se encontraba sola con el bebé, ya que mi tio y mi primo se habían ido a casa de los abuelos a pasar el día, después de saludarnos y preguntar sobre el bebé, yo salí al jardín de la casa donde disponen de una piscina, mi hermana y mi tía se quedaron en la casa con el bebé hablando de sus cosas, me entretuve con unas motos antiguas que tiene mi tío en el garaje y que está restaurándolas, cuando habían pasado ya cerca de dos horas me entraron ganas de irme y fui en busca de mi hermana.

En la planta baja de la casa no estaba por lo que subí a la planta de arriba que es donde se encuentran los dormitorios del chalet, y pasé por las habitaciones, en un principio no vi a nadie, y aprovechando que tenía un servicio ante mi, pasé a orinar, cuando salí me acerqué a la habitación de matrimonio y vi como mi tía se encontraba dentro del dormitorio, recostada sobre la cama a la altura del cabecero y dando de amamantar al bebé. Llevaba puesto un vestido holgado que le llegaba un poco por encima de las rodillas y tenía desabrochado la parte superior de él para poder sacar un pecho y que el niño pudiera chupar a gusto, por lo que se le podía ver la parte superior junto con la cabecita de mi primo.

Mi hermana debía haberse ido, creyendo que yo había hecho lo propio anteriormente, así que entré en la estancia para despedirme de mi tía y la llamo en voz baja para no alterar al bebé, al ver que no me responde, me doy cuenta que se ha quedado dormida, supongo que debido al cansancio acumulado después de las muchas noches en las que duerme muy poco. Me acerco a ella y veo que el bebé también está dormido y que había soltado el pezón después de haber saciado el hambre.

Me quedo mirando y veo que el pezón y la aureola mi tía se encuentran cubiertos de restos de leche, también me quedo asombrado del tamaño del pezón, es muy similar al de un garbanzo y no puedo evitar quedarme quieto mirándolo atentamente. Sin creerme lo que estoy haciendo, toco con delicadeza el pezón y recojo un poco de leche de él, la llevo a mis labios y la chupo, no sabe a nada, acerco mi cara al pecho de mi tía muy despacio y temblando de excitación, y acabo dándole un beso en él.

Mi tía parece que no siente nada y que está muy dormida, y al ver que no hace ningún movimiento, instantes después vuelvo a hacerlo de nuevo, acerco mis labios a su piel y le doy un beso muy suavemente, viendo que el resultado es el mismo, es decir, que no se despierta. Acerco la punta de la lengua a su pezón, y la chupo levemente, al hacer esto pareció que cobraba vida y se agitó un poco, me paré con miedo a que mi tía se hubiera despertado y al ver que no había sido así, me levanté y no sabía que hacer.

Por un lado estaba excitadísimo y por otro tenía miedo a las consecuencias de ir más allá, pero la escena era un tentación muy grande y me animaba yo mismo a seguir sólo un poco mas, acerqué mi cara otra vez a su pezón, y con la lengua lo chupé, al ver que no pasaba nada, acerqué mi boca e introduje todo el pezón en ella, lentamente y muy suavemente, empecé a chupar de él y consigo extraer un poco de leche, era increíble, estaba chupándole el pecho a mi tía y mamando su leche, de repente me asusté, mi tía había metido mano por debajo del pecho, a la vez que lo estrujaba muy suavemente para facilitar, miré hacia arriba y vi que seguía durmiendo. Estaba tan cansada que era un acto reflejo, animado por ello, seguí chupando y deleitándome, al rato de estar así, acerqué mi mano a su pecho libre y lo masajeé delicadamente, vi como el pezón poco a poco se iba incrementando de tamaño y le desabroché un botón mas del vestido para liberarlo, cuando lo tuve a la vista, lo toqué con los dedos y con la palma de la mano, pasaba mi mano muy suavemente procurando que no se incomodara y pudiera llegar a despertarse, veo como la piel de alrededor de la aureola se altera y que mi tía sigue con la cara relajada y respirando muy lentamente.

La boca la tenía un poco entreabierta y enseñando los dientes, me acerqué a ella y le rocé los labios, sus labios casi no se movieron, vuelvo a insistir e introduje mi lengua despacio entre sus labios y ella abrió un poquito la boca, entre esto y que yo seguía rozando su pezón, me encontraba en un estado tal de excitación y de emoción por el riesgo, que no podía aguantarme.

Bajé mi mano a su vientre y lo acaricié sobre la tela del vestido, me agaché a ver si se veía algo por debajo de él y entre sus piernas, pero no se veía nada, lentamente traté de subírselo, pero por la postura y por los botones, era imposible sin despertarla, con cuidado desabroché un par de botones de la parte inferior del vestido, pero aún así no podía ver gran cosa, me senté en la cama y empecé a acariciarle uno de sus pies, al rato y al ver que parecía que le gustaba la sensación por la cara que ponía y por los suspiros de alivio que soltaba de vez en cuando, me coloqué mejor y unté mis manos con el aceite que tenía en la mesita para el bebé.

Me froté las manos con él y lentamente le fui dando un masaje en las plantas de los pies y entre sus dedos, miraba su cara y se la veía totalmente relajada, hubo un momento al principio que entreabrió muy poco los ojos, dejó al niño a su lado en la cama, se deslizó hacia abajo y siguió durmiendo, creí entenderle musitar algo entre suspiros, pero no le entendí y seguí con el masaje en los pies, observando en todo momento sus reacciones.

Podía verla perfectamente y después de masajearle uno de los pies hasta la altura de sus rodillas se lo deposité suavemente en la cama y recogí el otro, me moví un poco hacia el otro lado para poder separar a la vez sus piernas y poder ver a través de su vestido el interior, conseguido esto, pude observar que llevaba unas bragas de color gris, eran de cintura alta y en el medio se apreciaba la separación de sus labios, me separé más todavía y ya casi todo su cuerpo se encontraba desnudo ante mi vista.

Me apliqué a la tarea de masajearla sin prisas y disfrutando del momento, primero el pie, luego su pierna, la rodilla y seguí subiendo hasta su muslo, la mano me temblaba conforme me acercaba más al objeto de mi deseo y me obligué a no precipitarme y seguir dándole caricias en sus piernas. Acaricié sus muslos exteriormente y mas tarde en su interior, notaba como mi pene estaba totalmente erguido y que incluso me estaba mojando los slips debido a la gran excitación que en ese momento tenía, me dolía incluso la cabeza de tener algo tan rico al alcance, estarlo tocando y no poder introducir mi pene en ese tesoro, pero no debía precipitarme, mis manos recorrían sus muslos y al principio notaba cierta tensión en ellos, pero al rato de estar tocándolos, se relajaron, y pude recorrer perfectamente todo su contorno, cada vez iba subiendo un poco mas hacia sus bragas, pero de vez en cuando empezaba otra vez de nuevo en sus rodillas, cuando llegaba hasta sus bragas, las rozaba con el canto de mi mano, firmemente pero con suavidad a la vez que seguía masajeando su muslo.

Me di cuenta que después de realizar esta acción varias veces, su cintura se empezó a mover cada vez que pasaba mi mano por ese lugar buscando un contacto mas firme, y así lo hice, a cada pasada que realizaba, me entretenía mas y mas en rozar sus labios, llegó el momento en que el canto de mi mano estaba ya incrustado entre sus labios y frotaba muy delicadamente su vagina arriba abajo, arriba abajo, todo ello muy sensualmente, sus piernas empezaron a abrirse, suspiraba y su respiración antes relajada, había ido in crescendo, los pezones de su pecho se veían duros y excitados y su cuerpo reaccionaba al mínimo roce de mi mano.

Pasé a dedicarme a masajear sus labios a través de la tela de la braga, notaba como ésta estaba empezando a empaparse y jugaba dejando de tocarla a veces para luego seguir incidiendo sobre su clítoris, aparté un poquito la tela e introduje un dedo hasta tocar la parte superior de sus labios, los toqué una y otra vez hasta que su cuerpo seguía el ritmo que yo marcaba sobre ellos, introduje el principio de mi dedo medio en su interior mientras miraba su cara y veía como murmuraba entre dientes que quería mas, lo fui introduciendo poco a poco hasta hacer tope y una vez dentro lo saqué y lo metí rítmicamente, muy despacio, a la vez que con mi dedo gordo seguía insistiendo sobre el principio de sus labios.

Su cuerpo sufría de espasmos cortos y yo estaba que iba a reventar, bajé mi cara hasta su coño acerqué mi nariz y olí su aroma, olía a gloria, tenía un olor fuerte que me atraía y que me excitaba mas si cabe, sus jugos estaban empezando a deslizarse por sus muslos, estaba totalmente empapada y con la punta de mi lengua, toqué sus labios y fue como una descarga, suspiró y bajó un poco su cuerpo buscando mi boca, ahora yo pasaba toda mi lengua por su vagina de abajo arriba a la vez que mi dedo no había dejado de introducirse dentro de ella, noté como una de sus manos se posaba en mi nuca y hacía por atraerme.

Su cuerpo estaba totalmente a mi merced y sus piernas estaban abiertas todo lo que podían, mi polla suplicaba por salir de mis bóxer y la saqué, incorporé mi cuerpo a la vez que seguía con mi mano en su coño y acerqué mi pene a la entrada, la restregué un poquito por encima de su braga y jugué repetidamente a intentar introducirla con la tela de por medio. Ella bajó sus manos y apartó la tela, acerqué la cabeza de mi polla a sus labios que se abrieron deseosos, me dejé caer un poquito y noté como se introducía sin problemas la cabeza, ella se arqueó más todavía suspirando y temblando de placer y rodeó con sus manos mi cintura tratando de arrimarse a mí e introducir toda mi verga en su interior, cuando lo consiguió, empezó un movimiento de arriba y abajo con la pelvis y sin moverme yo para nada, mi boca descendió a su pecho y agarré uno de sus pezones con mis labios mientras succionaba la leche de su interior, era una sensación maravillosa, estaba dentro de ella y a la vez succionaba parte de su esencia.

Al poco rato de estar moviéndose, llegó al orgasmo arqueando definitivamente todo su cuerpo y suspirando se dejó caer agotada en el colchón llevando una mano a un costado y la otra a la comisura de su labios, yo por mi parte seguí dentro de ella y llegó un momento en el que no pude aguantarme mas y me corrí, y lo conseguí sin moverme, era tal la excitación acumulada, que no me fue necesario bombear para llegar a un orgasmo que no olvidaré nunca.
Salí de su interior, la limpié mi semen con delicadeza y seguidamente le coloqué sus ropas lo mejor posible, tapándola con una manta.

Al bebé, a mi primo, lo llevé hasta su cuna y lo deposité dormido en su interior, dormido y a gusto, tan a gusto como quedó su madre y tan a gusto como me quedé yo.
A partir de aquel día, entre mi tía y yo hay un cariño especial, nunca hablamos de ese instante, y siempre me ha quedado la duda de si ella llegó a ser consciente de lo ocurrido, o si aún siendo consciente de ello, sus deseos fueron demasiado intensos para reprimirlos.